En Oaxaca, una iniciativa para reforzar la seguridad vial quedó enterrada. La propuesta, que buscaba establecer un examen práctico obligatorio para entregar licencias de conducir, fue declarada improcedente por la Comisión de Movilidad y Transporte del Congreso local, reporta El Universal Oaxaca. La razón no fue técnica, sino económica. Los diputados argumentaron que aplicar esa prueba reduciría el ingreso por licencias, lo que afectaría el presupuesto estatal.
La propuesta venía de Movimiento Ciudadano. Legisladores de ese partido advirtieron que Oaxaca figura entre los estados del país con mayor número de muertes por accidentes de tránsito, según datos de INEGI. Accidentes que pudieron haberse evitado con un mejor control sobre quién maneja y cómo se otorgan los permisos para conducir. El plan era claro: reforzar la Ley de Movilidad de Oaxaca para alinearla con la Ley General de Movilidad y Seguridad Vial.
El examen de manejo no sería un mero trámite. Iba a ser una prueba práctica, aplicada por personal capacitado, que pondría a prueba maniobras básicas, conocimiento de señales, reacción ante imprevistos y dominio del vehículo. Esto implicaba mayor infraestructura, más personal técnico y un rediseño operativo dentro de la Secretaría de Movilidad (SEMOVI). Pero en vez de aprobarlo, los legisladores decidieron no tocar el modelo actual. Alegaron que la reforma representaría un “balance presupuestario negativo” porque se dejarían de percibir derechos que hoy se cobran por expedición directa.
Movimiento Ciudadano también expuso que la licencia de manejo no debería ser vista como un simple trámite. Al contrario, se trata de una herramienta de seguridad pública. En un contexto donde cada año se pierden miles de vidas en el país por falta de preparación al volante. La omisión de una evaluación real antes de entregar una licencia genera conductores sin noción del riesgo. Personas que jamás aprendieron a frenar con seguridad, que no saben revisar espejos o respetar señales. Es decir, potenciales responsables de muertes.
Hoy, para obtener la licencia en Oaxaca, la SEMOVI exige una prueba teórica y, en algunos casos, una práctica. Pero el examen no es parejo para todos. Depende del tipo de licencia y, en ocasiones, de la ciudad donde se tramite. Esta falta de uniformidad es parte del problema. En una agencia es posible tramitarla sin tocar el volante. En otras se requiere demostrar habilidad frente al evaluador. Pero nada es obligatorio por ley, y eso es justo lo que esta reforma quería cambiar.

El debate dejó una pregunta en el aire: ¿vale más el ingreso por trámites que la vida de las personas? Oaxaca se enfrenta a una paradoja. Aumentar los requisitos para manejar puede salvar vidas, pero también incomoda al sistema que cobra por cada trámite expedito. Los diputados tomaron partido. Eligieron mantener intacto un modelo que prioriza lo económico antes que lo técnico. Mientras tanto, los accidentes siguen cobrando víctimas. Y la licencia de conducir continúa siendo, en muchos casos, una simple hoja con firma y foto, no una certificación de capacidad real.
Cortesía de Xataka
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