El primer ministro húngaro, el ultraconservador Viktor Orbán, se ha comprometido a no bloquear el apoyo de la OTAN a Ucrania. En un encuentro con el secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg, este miércoles en Budapest, los dos dirigentes han acordado que Hungría se acogerá a su derecho a mantenerse al margen de cualquier programa de ayuda a Kiev, ya sea en forma de financiación, soporte militar o entrenamiento, pero no vetará las decisiones del resto de socios. Stoltenberg ha despejado uno de los grandes obstáculos para la unidad en la cumbre que los aliados celebrarán entre el 9 y el 11 de julio en Washington.
En una comparecencia tras el encuentro entre ambos líderes, Orbán ha declarado: “Hungría ha dejado claro hoy que no bloqueará las decisiones de la OTAN que, aunque difieran de nuestra evaluación racional de la situación, son compartidas y defendidas por el resto de la Alianza”. El primer ministro ha afirmado que ha recibido garantías de Stoltenberg de que Hungría no tendrá que aportar fondos a Ucrania ni enviar personal a ese país, según declaraciones recogidas por Reuters.
“Lo que el primer ministro y yo hemos acordado hoy es que Hungría no bloqueará a otros aliados para acordar un compromiso de apoyo financiero a Ucrania y un papel de liderazgo de la OTAN en la coordinación de la asistencia”, manifestó Stoltenberg, que confió en que los aliados puedan cerrar un acuerdo en Washington. Sobre la mesa está un paquete de ayuda financiera anual de 40.000 millones de euros para Ucrania, que se encuentra en un momento crítico por los avances rusos en el frente. Varios socios han dado permiso a Kiev para emplear munición de largo alcance contra objetivos en territorio ruso. También algunos miembros, como Francia, han abierto el debate sobre la posibilidad de enviar instructores al terreno.
Orbán mantiene una relación fluida con el Kremlin a pesar de la invasión de Ucrania. El dirigente ultraconservador ha dificultado de forma sistemática la toma de decisiones en apoyo a Kiev en el seno de la OTAN y de la UE, donde ha empleado asiduamente su derecho a veto, para frustración del resto de socios. Desde el inicio de la agresión rusa, Hungría se ha situado al margen de acciones como el envío de armas a Ucrania, con quien comparte un vínculo problemático por el trato de la minoría húngara en la región ucrania de Transcarpatia.
El enfado y la desconfianza crecientes entre los miembros de la Alianza han quedado patentes de nuevo esta semana, cuando se ha celebrado la reunión de los nueve de Bucarest, un grupo formado por los socios del Este de la OTAN —Polonia, los Estados bálticos de Estonia, Letonia y Lituania, la República Checa, Eslovaquia, Bulgaria, Rumania y Hungría—. Budapest no ha participado en el encuentro que celebraron este martes en Riga. Los países que conformaban en buena medida el Pacto de Varsovia, los más acérrimos defensores de una respuesta firme frente a Rusia por razones históricas y geográficas, han debatido la posibilidad de excluir a Hungría del club, según publicó el Financial Times.
El Gobierno de Hungría defiende una supuesta paz en Ucrania que otros socios consideran una capitulación frente a Rusia. Para las elecciones del pasado domingo, Fidesz, el partido de Orbán —que tuvo el peor resultado de su historia en unas europeas—, centró su campaña en ese mensaje, con el argumento de que Occidente arrastra al mundo hacia una guerra mundial. “Estamos a centímetros”, afirmó el primer ministro, que se presenta como el único garante posible de la paz.
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Cortesía de El País
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