Oscar 2024: Lo que dejó la ceremonia, con Anora como gran ganadora y varias perlitas

Suele suceder que, cuando los miembros de la Academia de Hollywood no están del todo convencidos con ninguna de las películas candidatas, terminen repartiendo en vez de entregando los premios Oscar.

No fue el caso anoche, cuando Anora se llevó 5 de los 6 premios a los que aspiraba: mejor película, dirección, actriz protagónica para Mikey Madison, guion original y edición. El único que no ganó fue actor de reparto, para Yura Borisov (Igor en el filme).

Tal vez no lo sabían, pero convirtieron a Sean Baker, el realizador de Anora, en la primera persona en la historia en ganar cuatro Oscar por la misma película. Bong Joon-ho, hace cinco años, días antes de la pandemia, se llevó tres estatuillas por Parásitos (película, dirección y guion original).

Y la mención no es casualidad: ambas películas tuvieron la misma distribuidora independiente en los Estados Unidos, Neon. Bueno, de las 10 películas candidatas, la mayoría partieron de productoras independientes, a excepción de los blockbusters Wicked y Duna: Parte Dos, y Un completo desconocido.

Al margen, el espaldarazo de la Academia a Baker, un realizador que nunca se apartó del cine independiente (Tangerine o Proyecto Florida, con Willem Dafoe) y que se movió cómodamente fuera de la industria hollywoodense, podría dejar enseñanzas puertas adentro de la industria.

Anora costó 6 millones de dólares, menos de la mitad de lo que Demi Moore cobró hace casi 30 años por Striptease (12,5 millones de dólares), y lleva recaudados 40 millones de dólares. Está entre las ganadoras del Oscar que menos recaudó en taquilla. Y ya estrenó en todo el mundo, pero tal vez los premios -todos relevantes, en rubros importantes- la empujen para arriba.

En sus discursos, tanto Baker como Madison se mostraron más del lado independiente y sin poder creer lo que habían alcanzado.

Baker, tras recibir la estatuilla a la mejor dirección de manos de Quentin Tarantino, le agradeció por haber hecho Había una vez… en Hollywood (allí trabajó Mikey Madison). “Todos estamos aquí esta noche porque amamos las películas. ¿Dónde nos enamoramos de las películas? En el cine”, arrancó, y prosiguió: “Los cineastas siguen haciendo películas para la pantalla grande, sé que yo lo haré. Distribuidores, por favor, concéntrense, en primer lugar, en los estrenos en salas de cine de sus películas. Padres, presenten a sus hijos películas de cine y estarán formando a la próxima generación de amantes del cine y cineastas.”

“Y para todos nosotros, cuando podamos ver películas en una sala de cine, mantengamos viva y en buen estado la gran tradición de la experiencia cinematográfica”, graficó.

Madison fue más personal. “Guau, esto es muy surrealista. Perdónenme, estoy nerviosa. Voy a leer un texto. Muchas gracias a la Academia. Crecí en Los Ángeles, pero Hollywood siempre me pareció muy lejano. Estar aquí, de pie en esta sala, es realmente increíble. Quiero reconocer y honrar a la comunidad de trabajadoras sexuales. Seguiré apoyando y siendo una aliada”.

Para quienes no lo saben, Anora trata precisamente sobre una trabajadora sexual de la que se enamora en Nueva York el hijo caprichoso de un magnate y oligarca ruso.

Adrien Brody, que ganó por El brutalista, también recordó que últimamente no estaba atravesando un buen período de trabajo, por lo que éste, su segundo Oscar (el primero lo ganó por interpretar a otro sobreviviente del Holocausto, en El pianista, de Roman Polanski, hace 22 años) es casi como un reposicionamiento.

Dijo Brody, tras lanzarle el chicle que masticaba a su pareja, Georgina Chapman, antes de subir al escenario: “Actuar es una profesión muy frágil, no importa en qué etapa de tu carrera te encuentres, no importa lo que hayas logrado, todo puede desaparecer. Y creo que lo que hace que esta noche sea más especial es ser consciente de eso. Y la gratitud que siento por seguir haciendo el trabajo que amo”.

Entre lágrimas, Zoe Saldaña (mejor actriz de reparto por la abogada de Emilia Pérez) se declaró “una orgullosa hija de padres inmigrantes” y señaló: “Soy la primera estadounidense de origen dominicano en aceptar un premio de la Academia y sé que no seré la última”.

Kieran Culkin fue el primer ganador de la noche, como actor de reparto por Un dolor real, de Jesse Eisenberg, en la que interpreta al nieto de una mujer que estuvo en un campo de concentración en Polonia. El hermano menor del actor de Mi pobre angelito, le recordó a su esposa, Jazz Charton, que después de que él ganara un Emmy por Succession, ella le había prometido tener más hijos si ganaba un Oscar. “Vamos a ponernos a trabajar con esos niños”, le dijo. La película de Eisenberg se había quedado, por poco, fuera del lote de las 10 candidatas a mejor filme.

Días atrás decíamos que en esta edición del Oscar no había una película favorita clara, neta, como por ejemplo el año pasado con Oppenheimer. Este año, de las 10 candidatas, 5 en algún momento estuvieron consideradas como predilectas.

Primero fue Wicked, que terminó ganando solo 2 Oscar: diseño de producción y de vestuario. Luego, El brutalista, cuando ganó mejor drama en los Globo de Oro (se llevó 3 Oscar: actor protagónico para Adrien Brody, música original y dirección de fotografía). Con el anuncio de las nominaciones al Oscar, parecía que Emilia Pérez (13 candidaturas: récord para una película extranjera) arrasaría, pero cosechó solo dos estatuillas: mejor actriz de reparto para Zoe Saldaña, y mejor canción (El Mal).

Después, sí, apareció Anora, cuando los sindicatos de los productores y de directores la eligieron la mejor del año (también ganó el Critics Choice Awards, que a estas alturas merece ser considerado mejor parámetro que los devaluados Globo de Oro). Y, al final, asomó Cónclave, mejor película en los BAFTA y mejor elenco para el Sindicato de actores, que ganó un solo Oscar, a mejor guion adaptado, cuando ni siquiera los Writers Guild Awards lo nominaron…

Peor les fue a Un completo desconocido, que hizo sapo en sus 8 candidaturas (incluyendo película, dirección, actor protagónico -Timothée Chalamet- y guion adaptado) y a Nickel Boys, que perdió en sus dos candidaturas, mejor película y guion adaptado.

Las otras tres candidatas a mejor película se llevaron algo: Aún estoy aquí, de Walter Salles (Diarios de motocicleta) fue la mejor película internacional -primera vez que una brasileña lo logra-; Duna: Parte Dos, mejor sonido y efectos visuales; y La sustancia, mejor maquillaje y peinados.

Y hablando de Duna: Parte Dos, el filme del canadiense Denis Villeneuve hizo trizas los sueños de las dos esperanzas argentinas. Es que los compatriotas Pablo Helman (cuarta vez nominado) y Nelson Sepúlveda-Fauser (segunda vez candidato) competían por Wicked y Alien: Romulus, respectivamente en el rubro de efectos visuales. Y no pudo ser.

El otro premio importante de la noche fue para Flow, como mejor película de animación. El filme de Lituania, que también estaba nominado como mejor película internacional, sorprendió ganándole a Robot salvaje, de DreamWorks, que llegaba al Dolby Theatre como favorita. Y el documental No Other Land, que hizo un colectivo de cineastas y activistas palestinos e israelíes, fue el momento más político de la noche.

“Hacemos un llamamiento al mundo para que adopte medidas serias para poner fin a la injusticia y a la limpieza étnica del pueblo palestino”, dijo Basel Adra, un periodista palestino que es uno de los directores de la película. “Hace unos dos meses me convertí en padre y le deseo a mi hija que no tenga que vivir la misma vida que yo vivo ahora”.

Un párrafo aparte merece el fragmento In memoriam, que recuerda a quienes fallecieron entre una ceremonia del Oscar y otra. Y la figura central del mismo fue, cómo no, Gene Hackman.

La ceremonia había arrancado con Ariana Grande y Cynthia Erivo protagonizando un número musical. Primero Grande cantó sola Somewhere Over the Rainbow, de El Mago de Oz, y luego con Erivo Defying Gravity, de Wicked, el musical que las tiene al frente del elenco.

Y luego, Conan O’Brien fue el animador de los Oscar por primera vez, reemplazando a Jimmy Kimmel, quien había sido el maestro de ceremonias de 2022 a 2024.

Como suele suceder, el monólogo de apertura sirvió para presentar a algunos candidatos y burlarse de todo, arrancando con el horario de la premiación en Los Angeles (“todos aquí acaban de almorzar”) y dedicándole unas palabras a Karla Sofía Gascón, la que pudo haber sido la primera mujer trans en ganar el premio a la mejor actriz protagónica por Emilia Pérez. Recordando su escándalo en las redes sociales, le dijo: “Karla, si vas a tuitear sobre los Oscar, mi nombre es Jimmy Kimmel”.