Ariana Grande y Cynthia Erivo, protagonistas de Wicked, puede que sean amigas, como testimonian en sus notas y en las premières del musical que probablemente arrase con nominaciones al Oscar. Lo mismo que Zoe Saldaña y Karla Sofía Gascón, que encabezan el elenco de otro musical, Emilia Pérez, que seguramente esté también ahí, peleando por varios premios.
Pero la inminente temporada de premios, que culminará el domingo 2 de marzo de 2025 con la entrega del Oscar, las va a enfrentar sí o sí. No es cuestión de quién tiene más talento, sino la campaña que elijan promocionar las productoras de sus películas ante la Academia, los Globo de Oro y los SAG (los galardones que entrega el sindicato de actores).
La decisión del estudio detrás de Emilia Pérez de hacer, digámoslo sin cuidado, lobby para que Karla Sofía Gascón sea la mejor actriz y posicionar a su coprotagonista Zoe Saldaña como actriz de reparto provocó una discusión, un debate. Que no es precisamente nuevo, ni de este año.
Se conoce como “fraude de categoría” y es la estrategia -¿alguien dijo manipulación?- que emplean los estudios de Hollywood para aumentar, supuestamente, sus posibilidades de ganar los Oscar.
Zoe Saldaña, de “Avatar” y Marvel a un drama musical
Saldaña, que del universo de Marvel y de Avatar saltó a este drama musical, es Rita, una abogada que ayuda a Manitas, jefe del cartel de la droga mexicano a fingir su muerte, someterse a una cirugía de cambio de sexo y pasar a ser la Emilia Pérez del título del filme de Jacques Audiard.
Quienes vieron Emilia Pérez en la Semana del Cine del Festival de Cannes, o en el Festival de Mar del Plata el fin de semana pasado, saben que tanto Rita como Manitas/Emilia tienen prácticamente el mismo protagonismo.
A no desesperar, que en casi dos meses, el 23 de enero, Emilia Pérez se estrena comercialmente en la Argentina, y podrán sacar sus conclusiones. Que a esas alturas ya habrán sido definidas para todos los premios que ahora están por venir.
En los Estados Unidos, donde hay gente para todo, no se sabe si es porque son muchos o porque no tienen nada que hacer, han medido la duración de las actuaciones de Saldaña y la actriz trans española Gascón. Según Matthew Stewart, de Screen Time Central, la actuación de Saldaña dura 57 minutos y 50 segundos, el 43,69% de lo que dura el filme. Es apenas un poco más que los 52 minutos y 21 segundos (39,54%) de Gascón en la película.
A Saldaña la presentan como actriz de reparto, y a Gascón, protagónica.
¿Vale cualquier estrategia, con tal de alcanzar una nominación a un premio, pensando que así después van a ganarlo?
Las reglas de la Academia de Hollywood
Aquí no puede decirse hecha la ley, hecha la trampa, porque en las reglas de la Academia de Hollywood no hay algo que marque cuál es un rol protagónico y cuál de reparto. No habrá ley, pero trampa…
Lo cierto es que si lanzaran a Saldaña y a Gascón a competir como mejor actriz protagónica, que parecería ser lo más justo, correrían el riesgo de que una no termine quedando nominada, o tal vez ninguna, si reparten votos en la misma categoría y favorecen a una tercera, o cuarta o quinta actriz.
Hay una larga lista de ejemplos, ya revelaremos algunos para graficarlo, en los que postular a dos intérpretes del mismo sexo en el mismo rubro termina jugándole en contra a los dos.
Pero si todo termina siendo como quieren los que produjeron Emilia Pérez, la película se sumará al selecto grupo que logró nominaciones en el que una actuación “de reparto”, no importa el género, tiene más tiempo en la pantalla que su contraparte principal. Si le pasa a Saldaña, dicen quienes hacen cálculos estadísticos, marcaría la 22ª vez que suceda en la historia de los Oscar. ¿Ejemplo? El triunfo de Timothy Hutton en Gente como uno (1980), como actor de reparto, que eclipsó la actuación nominada a actriz principal de Mary Tyler Moore por más de 32 minutos.
El antecedente de “Thelma & Louise”
Es muy poco común que una película obtenga dos candidaturas al Oscar a mejor actriz. Pasó cinco veces: La malvada (1950) con Anne Baxter y Bette Davis, De repente en el verano (1959) con Katharine Hepburn y Elizabeth Taylor, Momento de decisión (1977) con Anne Bancroft y Shirley MacLaine, La fuerza del cariño (1983) con Shirley MacLaine y Debra Winger, y Thelma & Louise (1991) con Geena Davis y Susan Sarandon.
Y una sola vez ganó una de las dos intérpretes: Shirley MacLaine, por La fuerza del cariño.
En el caso de los coprotagonistas masculinos se han visto nominaciones dobles 12 veces, la más reciente -y bastante lejana- fue en Amadeus (1984), en la que Tom Hulce (que era el personaje del título, Wolfgang Amadeus Mozart), compitió con su coprotagonista F. Murray Abraham (Salieri). Y ganó Abraham.
Pero no todo está perdido, sin que nadie venga a ofrecer su corazón, porque no hay que olvidar que los votantes no cuentan los minutos en pantalla a la hora de votar.
En sí, los términos clarifican todo. Está el actor o actriz protagónico/a, y el secundario/a, o sea, el que secunda a quien lleva adelante la trama. Más sencillo, échenle fuego al debate.
En la ganadora del Oscar Chicago (2002), Catherine Zeta-Jones ganó como actriz de reparto mientras que Renée Zellweger compitió en la categoría de actriz principal. La chica de Bridget Jones perdió.
Y Anthony Hopkins ganó como mejor actor protagónico con solo 24 minutos en pantalla en El silencio de los inocentes (1991). Fue la última vez que una película ganó los 5 Oscar principales: película, dirección (Milos Forman), actor y actriz protagónicos (Jodie Foster) y guion adaptado.
Por lo pronto, el papel de Saldaña ya fue aceptado por los Globo de Oro en la categoría de actriz secundaria. Los premios SAG y los BAFTA (de la Academia de cine británica) honran la ubicación de la campaña. Así que cuando los miembros de la Academia de Hollywood deban votar en enero pueden o no sentirse guiados por los otros premios.
¿Recuerdan a Matt Damon agradecer su Globo de Oro por Misión rescate? Sobre el escenario del Hotel Beverly Hilton decía que no estaba tan seguro de que la película de Ridley Scott por la que lo premiaban fuera una comedia o un musical: allí, en ese rubro lo habían nominado. Y ganó, sin haber bailado, cantado y sin hacer demasiados chistes estando solito y solo abandonado en Marte.
Dénme una copa del Chianti que le encantaba degustar a Hannibal Lecter, como acompañante del hígado que se comía de sus víctimas, y seguimos discutiendo.
Cortesía de Clarín
Dejanos un comentario: