
La presentación del Panorama Agroalimentario 2025 de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) muestra una solidez en términos de producción y comercio exterior, pero, enfrenta una serie de desafíos estructurales que amenazan la estabilidad del campo mexicano, sobre todo por la adversidad climática y económica, advirtieron especialistas.
La maestra Lina Paul, representante de la FAO en México, fue enfática al señalar que “El panorama no evade los desafíos. La sequía, la presión sobre el agua, la volatilidad de los precios, las brechas sociales siguen presentes”. Como ejemplo, citó que en el 2024 “la producción de maíz blanco se redujo de manera importante por la menor disponibilidad de agua, con impactos severos en estados claves como Sinaloa“.
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Esta vulnerabilidad climática se suma a una coyuntura de mercado sumamente compleja. Julio Berdegué, secretario de Agricultura y Desarrollo Rural, apuntó que “este año enfrentamos una crisis histórica de precios. Todos los precios están muy bajos, bajísimos. Internacionales”, lo que pone a los productores en una situación compleja que el gobierno atiende con “medidas, prácticas concretas y recursos, no con demagogia”.
A pesar de las dificultades, la salud comercial del sector agroalimentario sigue en números positivos. La balanza comercial agroalimentaria se mantiene superavitaria, un hecho que, según la maestra Paul, ocurre “por décimo año consecutivo”.
Jorge Domínguez del SIAP detalló que esta continuidad “nos da prueba de que es un sector fuerte y resiliente”. En la medición más reciente, el sector trae “una balanza superavitaria de 3.668 millones de dólares a octubre”, precisó Berdegué.
Destacó que las exportaciones se han mantenido a flote gracias a productos clave que le dan a México una posición de liderazgo en los mercados internacionales.
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Entre los que sostienen este saldo positivo se mencionaron la cerveza, el aguacate, las berries, el jitomate, el tequila y la carne de bovino. En una nota optimista, el secretario Berdegué concluyó que, a pesar de los pesimistas y los efectos de la sequía, “el PIB agropecuario… creció 3.1% real en lo que va del año, comparado con el año anterior”, demostrando que el campo, con todo y sus retos, se mantiene de pie.
Cortesía de El Economista
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