Parece ciencia ficción, pero es real: desarrollan en China un láser que lee letras del tamaño de una semilla a 1,3 km de distancia

Imagínate estar en lo alto de una colina, apuntar hacia el otro lado del valle y poder leer la etiqueta de una botella sin necesidad de telescopios ni cámaras. No es una escena de película de espías ni una promesa futurista, sino una realidad nacida en un laboratorio de China. Investigadores han diseñado un sistema óptico que, mediante el uso de rayos láser infrarrojos, puede leer caracteres diminutos —de apenas tres milímetros— a una distancia de 1,36 kilómetros. Es decir, puede distinguir detalles más pequeños que un grano de arroz desde casi una milla de distancia.

Lo realmente revolucionario de este desarrollo no es solo la distancia o la precisión, sino el método. A diferencia de las lentes tradicionales, que recogen la imagen directamente como lo haría una cámara, esta tecnología se basa en un principio llamado interferometría de intensidad activa. Es un enfoque radicalmente distinto: se enfoca en cómo la luz rebota en un objeto y cómo estas pequeñas variaciones de intensidad se cruzan y se combinan, creando una imagen reconstruida mediante cálculos precisos.

Este sistema logra una resolución que supera en 14 veces la capacidad teórica de un solo telescopio. Si se usara un telescopio convencional para observar el mismo objetivo, lo único que podría distinguir serían formas de al menos 42 milímetros de tamaño. En otras palabras, vería un bloque borroso donde este sistema láser ve letras nítidas y definidas.

Una herramienta que podría cambiar muchas disciplinas

Aunque el término “láser espía” ha sido el más utilizado para referirse a este avance, su utilidad va mucho más allá del mundo de los servicios de inteligencia. Desde ya, varios sectores se muestran fascinados por su potencial.

Uno de los más entusiastas es el de la arqueología. Lugares con inscripciones antiguas en acantilados, paredes inaccesibles o monumentos erosionados podrían ser escaneados desde la distancia, sin necesidad de que un equipo de expertos se juegue el tipo escalando con cuerdas o drones. Las letras talladas hace siglos en rocas remotas, por ejemplo, podrían ser leídas con una precisión hasta ahora imposible.

En el ámbito medioambiental, se abren nuevas posibilidades para el monitoreo de hábitats sensibles. En lugar de acercarse y alterar el comportamiento de especies animales, los científicos podrían obtener información visual desde lejos, con una precisión hasta ahora impensable. En zonas montañosas, selváticas o desérticas, donde colocar sensores o cámaras es complicado, esta tecnología podría representar un salto cualitativo.

Incluso podría tener aplicaciones en el mantenimiento de infraestructuras: detectar grietas minúsculas o alteraciones en la superficie de puentes, presas o edificios históricos sin acercarse físicamente. La tecnología permite no solo ver, sino leer en el más literal de los sentidos, desde donde antes solo se intuían formas.

Algunas de las letras fueron descifradas analizando las variaciones en la intensidad de la luz reflejada
Algunas de las letras fueron descifradas analizando las variaciones en la intensidad de la luz reflejada. Fuente: Liu et al., Physical Review Letters (2025)

¿Un nuevo dilema para la privacidad?

Como suele ocurrir con los avances disruptivos, el entusiasmo viene acompañado de inquietudes legítimas. La posibilidad de leer texto diminuto desde más de un kilómetro sin tocar el objeto observado plantea dudas sobre el uso potencial de esta tecnología para fines de vigilancia masiva.

En teoría, con los láseres calibrados y alineados correctamente, se podría observar desde la distancia lo que ocurre al interior de una oficina, un vehículo o incluso una vivienda, siempre que el objetivo esté a la vista. Eso sí, hay limitaciones: el sistema requiere una línea de visión despejada y el objetivo debe ser iluminado activamente por el láser. No es, al menos por ahora, una herramienta de espionaje invisible.

No obstante, con el rápido avance de las tecnologías de dirección de haz, y con la integración de inteligencia artificial para reconstruir imágenes aún más nítidas, no es difícil imaginar escenarios donde se reduzcan o eliminen estas restricciones técnicas. Si el láser puede ser ocultado, y si las condiciones atmosféricas son favorables, podríamos estar ante una herramienta con potencial para vulnerar la privacidad sin que el objetivo lo note.

Los investigadores lograron identificar texto a una distancia cercana a los 1,5 kilómetros
Los investigadores lograron identificar texto a una distancia cercana a los 1,5 kilómetros. Fuente: Liu et al., Physical Review Letters (2025)

De los observatorios astronómicos al espionaje terrestre

Lo más curioso es que la técnica en sí misma no es nueva. La interferometría de intensidad se ha utilizado durante décadas para observar estrellas lejanas desde observatorios espaciales. Sin embargo, su uso había estado limitado al estudio de cuerpos celestes debido a la complejidad del sistema y la necesidad de condiciones de observación estables.

La novedad reside en su miniaturización, adaptación a escenarios terrestres y la posibilidad de iluminar los objetivos con múltiples haces de luz láser coordinados. En el experimento llevado a cabo por los científicos chinos, se usaron ocho haces de luz infrarroja dirigidos al objetivo. Luego, dos telescopios separados registraron las variaciones en la intensidad de la luz reflejada. Mediante complejos algoritmos, el sistema reconstruyó con precisión los caracteres impresos, con una nitidez inigualable.

Esta convergencia entre física cuántica, óptica avanzada y potencia de cálculo es lo que ha permitido que un método pensado para mirar estrellas ahora sirva para leer etiquetas desde la Tierra.

Una tecnología en evolución constante

Por supuesto, aún hay camino por recorrer. El sistema es extremadamente sensible a la alineación y a las condiciones atmosféricas. Un ligero error en el ángulo de los haces láser o una fuerte turbulencia de aire puede distorsionar la señal. Además, el hecho de que el objetivo tenga que estar iluminado visiblemente con luz láser limita su uso en operaciones encubiertas.

Los investigadores están ya trabajando en formas de automatizar el sistema, facilitar la alineación de los haces y, sobre todo, incorporar inteligencia artificial para optimizar la reconstrucción de las imágenes. Se espera que estas mejoras permitan no solo leer texto, sino también identificar patrones complejos, símbolos o incluso reconocer objetos de forma automática.

Los próximos años podrían traer una nueva generación de dispositivos ópticos portátiles que combinen este tipo de láser con aprendizaje automático, cambiando no solo cómo vemos a distancia, sino cómo interactuamos con el mundo visual en entornos remotos.

El artículo ha sido publicado en Physical Review Letters.

Referencias

  • Thiry, Médard y Milnes, Anthony. 2024. “Reports Engineered ‘landmarks’ associated with Late Paleolithic engraved shelters”. Journal of Archaeological Science: Reports, 55: 1-25. DOI: 10.1016/j.jasrep.2024.104490

Cortesía de Muy Interesante



Dejanos un comentario: