Sin dudarlo, Pedro Gargantilla —médico, escritor y divulgador científico— se embarcaría, de la mano de Magallanes, en el primer viaje de la historia de la humanidad para dar la vuelta al mundo. “No volveríamos, pero la experiencia valdría la pena”. Así lo afirmó en el evento “Madrid descubre. Encuentros con la ciencia”, organizado en colaboración por la red de Bibliotecas de la Comunidad de Madrid y la revista Muy Interesante.
Un par de años luego de publicar el libro “Viajes que cambiaron nuestra forma de ver el mundo”, en donde reúne 42 viajes asombrosos hacia distintos puntos del planeta, Gargantilla ofreció una charla exclusiva el pasado 27 de noviembre para hablar de un viaje especial: la primera vuelta al mundo.
Viajes que cambiaron nuestra forma de ver el mundo
“El mundo es como un libro y quien no viaja solo lee una página”, Gargantilla comenzó citando a San Agustín para explicar la potencia de estas expediciones que transformaron la existencia humana en muchos sentidos. Una metáfora que explica el sentido de su libro, en donde una lista de aventureros no se limitó a su entorno, obteniendo una recompensa mayor que la riqueza: una comprensión más amplia del mundo y la vida.
De esta manera, estos primeros aventureros influyeron en generaciones futuras. “Los antiguos sembraron la semilla de la exploración”, explicó el autor para resaltar que no han sido pocos los que se han atrevido a cruzar las barreras de la imaginación. Porque en muchas de estas expediciones, los resultados erróneos condujeron a respuestas necesarias. Por ejemplo, la expedición de Magallanes no pretendía dar la vuelta al mundo, solo buscaban especias.
La mortal travesía
Los errores de cálculo extendieron el tiempo de regreso en la expedición de Magallanes, de la que él mismo no regresó. “57% fallecieron en algún momento del viaje…12% se quedaron por el camino para rehacer su vida”, comentó Gargantilla.
“Magallanes emprende una travesía abismal”, añadió. Los marineros mueren por desnutrición, intoxicaciones alimentarias y accidentes. Conocemos cada detalle de la expedición por la crónica a bordo que realizó Antonio Pigafetta. “Si Pigafetta viviera ahora sería un tuitero,” bromeó Gargantilla. “Sabemos dónde muere cada marinero del barco por un diario de Antonio Pigafetta”. Por ejemplo, Pigafetta escribió en sus diarios: “bebíamos agua amarilla, pútrida desde hace tiempo y comíamos las pieles del buey que están sobre el palo mayor”. Un excelente relator que dejó constancia de cada paso de este histórico viaje.
El olvido de los héroes
Después de encontrar aventuras, adversidades y muerte, únicamente regresó un barco. El oro que llegó en el barco compensó a la Corona española por la inversión realizada en los cincos barcos que partieron por especias. Sin embargo, los marineros que llegaron a sus hogares más tarde de lo esperado no recibieron ninguna compensación.
Tres años dando la vuelta al mundo no fue una tarea sencilla con todas las inclemencias que atravesaron estos hombres. Sin embargo, es una hazaña imprescindible para la humanidad. A pesar de eso, la historia no los recuerda a todos por igual: Juan Sebastián Elcano, es reconocido como el primer hombre en dar la vuelta al mundo, después de quedar al frente de la expedición tras la muerte de Magallanes. Pero no todos los conocedores de la historia comparten esta idea. “Yo tengo una teoría,” dijo Gargantilla. “El primer hombre en dar la vuelta al mundo no es un hombre libre, fue un esclavo: Enrique de Malaca”.
Las expediciones propias
Cada año, desde hace poco más de una década, Gargantilla realiza un viaje a Alemania con sus alumnos para observar los horrores del nazismo. Para recordar cuando “los médicos dejamos la bata blanca y nos pusimos la negra”. Esta es una de esas locuras de vida que el médico y escritor afirma hacer en nombre de la ciencia.
Esta expedición de conocimiento para llegar a nuevas generaciones de estudiantes, se entiende como una de las premisas de vida de este doctor: “la curiosidad es el motor del conocimiento. Tan solo nos hacemos mayores cuando no somos curiosos”. Y cada gota de curiosidad se lee en sus libros, se interpreta en sus palabras y traspasa hacia la audiencia. Un público que este último miércoles de noviembre se acercó a la biblioteca Rafael Alberti para indagar sobre las historias de viajes que todavía asombran a la humanidad.
Cortesía de Muy Interesante
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