El personal de los consulados mexicanos en Estados Unidos enfrenta una realidad que pone a prueba no sólo su compromiso, sino también su resistencia. Llevan décadas con salarios congelados, al borde de la pobreza, dependiendo de ayudas sociales estadounidenses y bancos de comida para sobrevivir.
La doble paradoja es que su trabajo ha crecido exponencialmente, mientras el presupuesto asignado para estos consulados sufre recortes constantes. Hoy es 38% menor al de 2018, ajustado a la inflación, y un 6% inferior al año pasado.
Cortesía de Unomásuno.
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