Petro vuelve a decir que no recibe deportados esposados, ¿habrá respuesta de Trump?

Menos de una semana después de la mayor crisis diplomática con Estados Unidos en la historia reciente, el presidente Gustavo Petro anticipó varias movidas que podrían volver a significar un problema con Donald Trump. La Cancillería confirmó a EL COLOMBIANO que solicitó una reprogramación de los vuelos con deportados del próximo lunes y martes. La razón es que la nueva canciller, Laura Sarabia, se encuentra realizando un protocolo para el trato humanitario a los ciudadanos que son puestos en centros de detención. Esta solicitud parecía razonable porque fue hecha por los canales diplomáticos, contrario a lo que sucedió el domingo pasado en la madrugada cuando Petro anunció al mundo que no autorizaba el aterrizaje del avión militar estadounidense con el primer grupo de deportados, tras ver las imágenes de lo sucedido en Brasil.

Lejos de esa intención de guardar la diplomacia, el presidente eligió otra vez una forma de intentar retar a Donald Trump. En una entrevista con el periodista Félix De Bedout en Univisión, anunció que Colombia no recibirá más aviones que vengan con deportados si estos se encuentran con cadenas o esposas.

De hecho, en una conversación con periodistas, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, respondió una pregunta sobre esa declaración del presidente Petro. “El presidente Gustavo Petro ha dicho en una entrevista que no recibirá más aviones si los deportados vienen esposados. ¿Qué tiene que decir la Casa Blanca?”, dijo el reportero de Univisión a la joven de 27 años que ha tenido un papel protagónico junto a Trump. “Le informaré al presidente de los Estados Unidos de esta nueva declaración y vendré con una respuesta”, le contestó moviendo sus cejas en gesto de sorpresa. En la entrevista Petro además aseguró que su Gobierno está dispuesto a contratar los vuelos para traer a los deportados, que podrían ser más de 25.000, e incluso que lo haría también a través de cruceros.

Este anuncio se suma a otros que hizo a través de X pidiéndoles a los migrantes colombianos que regresen al país con el incentivo de créditos de fácil acceso en el Departamento de Prosperidad Social. Al mismo tiempo, la Fuerza Aérea reveló que en los dos vuelos que trajeron a más de 200 ciudadanos indocumentados se gastaron 2.200 millones de pesos. La decisión de usar dos vías de mensajes con el presidente Donald Trump es sumamente riesgosa. Para expertos como Camilo González, profesor de Ciencia Política en la Universidad Javeriana, la crisis del domingo anterior va a ser un signo de cómo se desarrollarán las relaciones entre ambos países en adelante.

Estados Unidos no solo puso en pausa la financiación de USAID en el mundo, incluyendo importantes proyectos en Colombia, sino que también escogerá a cuáles aliados apoyar, o, en el mejor de los casos, no afectar gravemente. Este mensaje en medios de comunicación que Petro envía directamente a la Casa Blanca se da en un contexto crítico, pues Trump ya firmó las autorizaciones para imponer un 25 % de aranceles a México y Canadá y un 10 % a China. En Bogotá la sección de visas de la Embajada estuvo cerrada durante una semana, y a los viajeros en Estados Unidos los recibieron con revisiones independientes, filas aparte e interrogatorios.

Aunque Trump es conocido en el mundo por su estrategia de “la hipérbole en la negociación”, que señala que hay que pedir muy alto y con muchas expectativas en las negociaciones para poder alcanzar los objetivos, con acciones como la de imponer aranceles de 25 % a México y Canadá, y de 10% a China, demuestra que no se trata solo de amenazas. Trump firmó ya la salida de Estados Unidos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y del Acuerdo de Paris y ha ejecutado otras medidas internas en tiempo récord, que demuestran una mejor preparación y efectividad para aprovechar los cuatro años de gobierno en su último mandato.

Justamente por estas decisiones el presidente Petro corre un riesgo importante para la estabilidad económica del país, los índices de su aprobación y la campaña de su grupo político en 2025.

Si la próxima semana se desata otra crisis ante la desautorización de los vuelos con deportados, Trump podría materializar las sanciones que, según su comunicado de hace unos días, se suspendieron luego de que el presidente colombiano “accedió a todas las demandas de Estados Unidos”. Esas sanciones contemplan la anulación de visas a altos funcionarios del Gobierno, miembros del partido y “simpatizantes”; sanciones económicas en sistema IEEPA, que establecen las cancelaciones de transacciones con tarjetas de débito y crédito controladas por empresas americanas, y otras transacciones digitales.

El presidente respondió a esa primera tanda de sanciones anunciadas por Trump con el famoso “tit for tat”, que en política internacional significa medidas de retaliación. Ordenó establecer un 50 % de aranceles a las importaciones de Estados Unidos, pero con eso los mayores afectados serían los consumidores en Colombia que tendrían que pagar los productos de la Unión Americana un 50 % más costosos que antes. Colombia no es un mercado prioritario para Trump pero Estados Unidos sí lo es para varios sectores en el país.

Por ejemplo, es más del 80 % de las exportaciones de los cafeteros y una cifra similar para el sector de los floricultores. El argumento esencial de Petro es que deben respetarse los Derechos Humanos a los deportados. En esto lo ratificó un delegado oficial de Naciones Unidas que pidió al Gobierno Trump atender los protocolos para la deportación. Esta semana el magnate republicano dijo dos veces que los deportados de los vuelos colombianos eran “narcotraficantes, violadores y asesinos, de los peores que se hayan visto”. Pero los más de 200 colombianos que aterrizaron en Bogotá los primeros días de la semana no tenían antecedentes penales ni órdenes de captura.

Trump miente y exagera sobre ese hecho, obedeciendo a una política de migración muy cuestionada. Aunque por otra parte entrar de manera ilegal a Estados Unidos es considerado como delito en el código penal de ese país.

Un estudio de 2024 del Brennan Center for Justice concluyó que en las llamadas “ciudades santuario”, que han recibido las mayores cantidades de migrantes indocumentados en los últimos años: Nueva York, Boston, Chicago y Washington, los índices de criminalidad se han reducido en general año tras año mientras que aumenta el número de migrantes. El estudio asegura que no hay datos que correlacionen al aumento de migrantes indocumentados con las cifras ni las categorías del crimen en esas ciudades. Es decir, que en las ciudades con mayor número de migrantes, el crimen, lejos de subir, se ha reducido anualmente.

El presidente Petro podría estar jugando con fuego. Como ya se vio, una secuencia de sanciones económicas y a los protocolos de visas de parte del Gobierno americano significarían la pérdida de la estabilidad macro económica durante su último año y medio de administración. Ambos presidentes tienen un temperamento difícil y para lidiar con esas diferencias se supone que están los canales de la diplomacia. Por ahora Petro insiste en su cuenta de X y en las entrevistas de televisión para enviarle mensajes al hombre más poderoso del mundo.

Las cifras de las deportaciones

¿Cuántos migrantes pretende deportar Trump?

El presidente se ha trazado el objetivo de deportar a un millón de personas por año. El año pasado fueron 14.200 ciudadanos colombianos deportados desde Estados Unidos en el Gobierno Biden y este año van más 700 entre los últimos días de Biden y el inicio de la administración Trump.

El costo de los vuelos

La Fuerza Aérea de Colombia confirmó que se gastaron 2.200 millones de pesos en el traslado de más de 200 ciudadanos colombianos deportados en aviones del país. Petro asegura que contrataría los vuelos o el transporte marítimo para su llegada al país.

Cortesía de El Colombiano



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