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Pese a las molestias que ocasiona, la pirotecnia es una tradición muy viva que deja ganancias anuales por alrededor de 17 mil millones de pesos anuales en los 28 estados de México que la producen.
El 12 de diciembre es uno de los días donde los cielos suelen llenarse de las luces y humo de la pirotecnia, con estruendos que suelen lastimar a los perros.
Sin embargo, el creciente malestar por el uso de fuegos artificiales no ha podido derribar esta tradición que incluso parece tener más vigencia.
Hasta el 2023, se estimaba que esta industria generaba en todo el país una derrama anual mayor a los 17 mil millones de pesos, según un cálculo de la Coordinación Nacional de Protección Civil.
Estas ganancias beneficiaban con empleo a más de 200 mil familias distribuidas en los 28 estados de México donde se destaca dicha la producción de pirotecnia
Estado de México acapara la producción de fuegos artificiales
Fuera de este cálculo, el Instituto Mexiquense de la Pirotecnia estima que el Estado de México, por sí solo, genera más de 15 mil millones anuales en esta actividad artesanal.
Tultepec, un poblado del Estado de México, compuesto por 157 mil 645 habitantes -hasta 2020- mantiene la corona como el municipio con más elaboración de pirotecnia a nivel nacional.
Tan solo el Estado de México acapara más del 60% de la producción de fuegos artificiales de todo el país, según el Instituto Mexiquense de la Pirotecnia.
Origen de los fuegos artificiales
La inmensa producción de “cohetes” en el Estado de México se relaciona a la existencia de 8 mil 200 iglesias. Estas emplean los fuegos artificiales en sus festividades patronales.
La investigadora del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM, María Angélica Galicia Gordillo, asegura que los fuegos artificiales tienen un significado profundo dentro del catolicismo mexicano.
En la revista “UNAM Global”, explica que la pirotecnia funge como un vínculo entre la tierra y Dios. En el aire, se unifica en luz, en energía, con el “creador”.
“Entonces, este viaje se completa con el sonido de los cohetes, con las luces que produce”.
Por otra parte, la investigadora María del Carmen Vázquez Mantecón documentó que los fuegos artificiales surgieron durante el siglo XVI.
En su libro “Cohetes de regocijo. Una interpretación de la fiesta mexicana”, indica que en dicho siglo se perfeccionó el uso de la pólvora en Europa. Surgió el oficio de “artificiero”, quien era el fabricante de artillería y, a su vez, hacía espectáculos para los monarcas.
Durante el siglo XVIII, los fuegos artificiales se emplearon principalmente para expresar el “amor” hacia el rey. También, para festejar victorias.
No fue sino hasta el siglo XX que la pirotécnica comenzó a considerarse como una artesanía. En México, esta tradición sigue vigente por el clamor a las fiestas en contexto religioso.
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Cortesía de UNO TV
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