Primero, una aclaración: no es clickbait. Todo lo enunciado en el título es cierto. Tuve el privilegio de escuchar completo el nuevo disco de Potra -el nombre artístico de Sofía Vitola, una exquisita cantante y compositora- en las condiciones enunciadas: junto a ella (y unas quince personas más, tampoco hay que presumir tanto), mientras hacían una degustación de vinos finos y pasaban canapés delicadísimos y empanadas fritas, todo esto en una hermosa mansión del año 1911 en plena Recoleta.
Esto fue el miércoles 29 de octubre, por la tarde, en el preciso momento en que Bajo la lluvia, el tercer álbum de Potra, se publicaba en todas las plataformas.
Sofía Vitola, con vestido verde brillante brillante y engomado, era la encargada de recibir a los invitados en Néctar, la casona de la chef (y psicopedagoga) Toti Quesada.
Siempre mirando a los ojos y explicando qué era lo que íbamos a escuchar, Sofía dijo cosas como esta: “Es un disco hecho en el mar, en un estudio de José Ignacio (cercano a Punta del Este, Uruguay), con músicos tocando de verdad y con algunos lujitos que pude darme, como mi hermano Joaquín Vitola -líder de la banda Indios- cantando y tocando el piano y la participación de Nancy Dupláa“.
Sofía -o Potra, valen los dos nombres- también contó por qué decidió hacer la escucha. “La verdad, tengo un video lindísimo para que podamos ver, pero prefiero que nos sentemos y escuchemos todo de un tirón, sin nada que nos distraiga. Hay demasiada contaminación visual por estos días, mucha información que entra por los ojos, y el ejercicio de sentarse a escuchar un disco es inusual y muy placentero”.
Y aquí vamos entonces, a la escucha. Primera canción: Buen actor. La voz de Potra arranca firme: “Así que no vas a volver a amarme, ya me vio llorar toda la ciudad…”. Y de repente, una estrofa que marca todo lo que vendrá después: “Te mandé un mensaje de amor y vos me hiciste un chiste. No es que no tenga humor, estoy un poco triste”.
Definir la música de Potra -a quien hemos visto en vivo innumerables veces, en shows propios, en festivales, abriendo para Miranda! o a dúo con Rosario Ortega– no es sencillo. La simplificación sería decir pop. Pero detrás hay toda una impronta rockera, con buenos músicos tocando de verdad, pocas máquinas. Y su forma de cantar, tan clara, no le escapa a ciertos fraseos del jazz. A veces, suele ofrecer cálidos conciertos de piano y voz que ojalá se plasmaran en un álbum.
Seguimos. Títulos: Nada funciona con vos o Amantes de verano. Epa, Bajo la lluvia arranca así, con tres claras canciones de desamor. Preguntamos.
-¿Qué dijo Mike (Amigorena, el actor, con quien comparten a Miel, la hija en común)?
Ok, todo comprendido. Continuamos escuchando. El cuarto tema es Bajo la lluvia, una celebración entre dos amigas que se pelean pero llegan a la conclusión “Somos dos taradas” y se reconcilian.
Hay más canciones chica-chico (Ya quiero más de nosotros, Dejame), una cumbia (Tramposa), que es un potencial hit, una suerte de bolero (Bésame, con alusión al célebre Bésame mucho y una guitarra jazzera) y otra (Amar al mar) que refleja el momento de grabación y condensa el clima de todo el álbum.
Cuando la escucha termina, hay aplausos, gritos (¡Potra, Potra!) y un gesto de agradecimiento de la artista a los presentes.
La experiencia es exitosa y no solamente para Sofía. Por unos 35/40 minutos pudimos abstraernos de lo que pasaba afuera de la mansión y dedicarnos a la música.
Bajo la lluvia -editado por el sello Geiser- tal vez marque la salida de Potra del underground, para ser cobijada por públicos más grandes. Tiene con qué. Buenas canciones, muy bien cantadas, muy bien tocadas, con coherencia estilística y una lírica que no le escapa a las confesiones ni al humor ni a la autocrítica.
Y si la buscan para el hit radial, ahí están Bajo la lluvia, Buen actor y Tramposa. Seguro pueden encontrar algo allí.
Cortesía de Clarín
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