Polonia gira a la derecha con la elección de Nawrocki

El primer ministro polaco, el proeuropeo Donald Tusk, anunció este lunes que solicitará un voto de confianza en el Parlamento tras la ajustada victoria del candidato opositor, el nacionalista Karol Nawrocki, en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, celebrada el domingo.

El triunfo del ultraconservador y euroescéptico Nawrocki podría dificultar la agenda reformista del Gobierno liberal de Tusk tanto en el ámbito interno como en la Unión Europea, y confirma una marcada polarización en la sociedad polaca. 

Con 42 años, historiador de formación y admirador declarado del expresidente estadounidense Donald Trump, Nawrocki se impuso con el 50,89 por ciento de los votos frente al 49,11 por ciento obtenido por su rival, el alcalde de Varsovia y aliado del gobierno de Tusk, Rafal Trzaskowski, según informó la comisión electoral.

En un mensaje difundido por Facebook, Nawrocki agradeció el “apoyo diario” y el “compromiso” de sus votantes durante la campaña, y aseguró que desea que Polonia sea “un Estado relevante a nivel internacional, europeo y en las relaciones transatlánticas”.

El triunfo del nacionalista contrasta con la línea proeuropea y de respaldo a Ucrania que impulsa el actual Ejecutivo. Jaroslaw Kaczynski, líder del partido opositor populista Ley y Justicia (PiS), que respaldó a Nawrocki, calificó el resultado como “una tarjeta roja” para Tusk y propuso la formación de un “gobierno apolítico y técnico”, integrado por expertos.

Las próximas elecciones legislativas están previstas para 2027, pero Tusk anunció este lunes que buscará pronto el respaldo del Parlamento. “La primera prueba será un voto de confianza que solicitaré próximamente a la Cámara Baja”, declaró en un discurso televisado, en el que aseguró que “la elección presidencial no ha cambiado nada aquí y no cambiará nada”.

“Polonia primero, los polacos primero”

Con el lema “Polonia primero, los polacos primero”, Nawrocki centró su campaña en cuestionar el asilo de casi un millón de refugiados ucranianos. Aunque Polonia es miembro de la OTAN y de la UE —instituciones que el ahora presidente electo también critica—, el nacionalista se opone a la adhesión de Ucrania a la alianza atlántica y rechaza las ayudas a los desplazados.

El resultado no supone un giro inmediato, pero consolida un equilibrio de poder que ya generaba tensiones: como ocurrió con el saliente presidente, Andrzej Duda, Nawrocki podría utilizar su facultad de veto para frenar proyectos legislativos clave del Ejecutivo liberal, en particular las reformas judiciales, un tema sensible tanto para el gobierno de Tusk como para Bruselas, el centro del poder europeo.

Nawrocki afirmó que su mandato permitirá “acabar con el monopolio del poder maligno” y que su victoria representa a “todo el bando patriótico de Polonia”, aquellos que desean un país “normal, seguro y sin inmigrantes ilegales”. El presidente electo insistió en que los polacos deben “tener prioridad”, cuestionó la “falta de gratitud” de Ucrania por el apoyo brindado y acusó al presidente, Volodimir Zelenski, de “insolencia”.

Admirador de Trump, Nawrocki se reunió con el presidente republicano en la Casa Blanca antes de la primera vuelta. Según afirmó, Trump le dijo: “Vas a ganar”. Este encuentro desató críticas en Polonia y acusaciones de injerencia extranjera.

Durante la campaña, el nuevo mandatario defendió la implementación de controles en la frontera con Alemania para frenar el ingreso de migrantes “deportados” del país vecino, y exigió reparaciones por la Segunda Guerra Mundial. Además, firmó compromisos impulsados por el líder ultraderechista, Slawomir Mentzen, para captar ese electorado.

Un pasado en las sombras

Nacido en Gdansk, Nawrocki jugó al fútbol y practicó boxeo en su juventud. Tiene un doctorado en Historia y un MBA. Entre 2017 y 2021 dirigió el Museo de la Segunda Guerra Mundial en su ciudad natal, y luego asumió la presidencia del Instituto de la Memoria Nacional (IPN), centrado en investigar crímenes del nazismo y del régimen comunista.

Sus trabajos académicos se enfocan en la oposición anticomunista, el crimen organizado en la era soviética y la historia del deporte. Por sus iniciativas para desmontar monumentos de la era comunista, Rusia lo incluyó el año pasado en su lista de personas buscadas.

Contrario al impuesto sobre la propiedad, Nawrocki declaró poseer solo un departamento. Sin embargo, medios locales revelaron que adquirió una segunda vivienda de manos de un anciano en una operación calificada como opaca por sus críticos.

El notorio portal informativo, Onet.pl, también reportó que, hace unos 20 años, cuando trabajaba como guardia de seguridad en un hotel, habría contratado servicios de prostitutas. Nawrocki negó ambos  señalamientos, los calificó de “montón de mentiras” y anunció que demandará a los medios involucrados en su difusión.

Autor de varios libros —uno de ellos publicado bajo seudónimo—, el electo mandatario fue acusado además de tener vínculos con mafiosos y neonazis. Él lo niega rotundamente, asegura que cualquier contacto fue esporádico y por motivos profesionales, y afirmó: “Nadie me ha oído nunca decir algo positivo del nazismo”.

Cortesía de Página 12



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