Lograr hacer un espacio en medio de la rutina diaria para entrenar es increíble. Esto no solo permite mejorar la salud física, sino también la mental, siempre que se disfrute del ejercicio y se decida dedicar parte del escaso tiempo libre a esta actividad. Ya sea para obtener resultados físicos o simplemente sentirse mejor, la realidad es que el ejercicio puede volverse tedioso. Sin embargo, ¿cuál sería nuestra reacción si pudiéramos obtener sus beneficios sin realizarlo, solo con tomar una simple pastilla?
El concepto de una píldora con estos efectos no es nuevo. Desde hace aproximadamente diez años se han desarrollado productos con el potencial de simular los beneficios de la actividad física. Ahora, un equipo de investigadores de la Universidad de Aarhus ha creado una molécula con un impacto similar al de correr diez kilómetros sin necesidad de ingerir alimentos.
Es importante aclarar que esta pastilla no está diseñada para reemplazar el ejercicio ni para ofrecer sus beneficios sin esfuerzo. Su objetivo principal es encapsular las ventajas del esfuerzo físico, especialmente en lo que respecta a la salud cardiovascular y neurológica.
En este campo, ya se han logrado avances significativos. Por ejemplo, un equipo de la Universidad de California en San Francisco identificó una proteína llamada Gpld1, que se libera tras la actividad física. En estudios con ratones, se observó que niveles elevados de esta proteína en la sangre estaban relacionados con una mejor función cognitiva en ejemplares de edad avanzada. Asimismo, se descubrió que los humanos también presentan esta enzima si realizan ejercicio con regularidad.
Sin embargo, la Gpld1 se encuentra distribuida por todo el plasma sanguíneo, lo que ha llevado a los investigadores a explorar formas de convertirla en un medicamento viable. Algunos avances en este campo han permitido el desarrollo de fármacos que “engañan” al cuerpo para que crea que está ejercitándose.
Los efectos de la molécula
Estas investigaciones no solo buscan crear una píldora accesible a nivel global, sino también brindar apoyo a quienes tienen dificultades para realizar actividad física. Según un estudio publicado en el Journal of Agricultural and Food Chemistry, la molécula desarrollada por la Universidad de Aarhus es capaz de inducir efectos metabólicos similares a los del ejercicio en ayunas, sin la necesidad de esfuerzo físico ni restricciones alimenticias.
Thomas Poulsen, profesor del Departamento de Química de la Universidad de Aarhus, explica que la molécula imita la respuesta metabólica del cuerpo ante el ejercicio intenso y el ayuno simultáneos. En otras palabras, equivale a correr diez kilómetros a gran velocidad con el estómago vacío.
Esto es posible gracias al aumento en los niveles de lactato y cetonas en la sangre. Dichos compuestos incrementan la producción de una hormona que inhibe el apetito y disminuye la concentración de ácidos grasos libres en el torrente sanguíneo, lo que contribuye a reducir el riesgo de desarrollar síndrome metabólico.
Las cetonas son producidas por el hígado a partir de los ácidos grasos cuando los niveles de glucosa en la sangre son bajos, lo cual ocurre en dietas reducidas en carbohidratos o durante el ayuno prolongado. Por ejemplo, al despertar sin haber desayunado y comenzar a entrenar, el organismo utiliza estas cetonas como fuente de energía.
Cuando se realiza ejercicio de baja o moderada intensidad, el cuerpo emplea las reservas de grasa disponibles como energía. En caso de ayuno, el hígado convierte directamente los ácidos grasos en cetonas para aprovecharlas como combustible. En contraste, el ácido láctico se genera durante el ejercicio de alta intensidad. En estas condiciones, los músculos descomponen la glucosa, produciendo lactato, el cual regresa al hígado para ser transformado nuevamente en glucosa y reutilizado.
Así es la molécula Lake
Los científicos han denominado “LaKe” a la molécula descubierta y la han presentado como “milagrosa“. No obstante, aclaran que no es posible obtener el mismo efecto solo mediante la dieta, ya que tanto el lactato como las cetonas se producen de forma natural en el organismo en conjunto con los ácidos y la sal.
LaKe es el resultado de tres años de investigación y se basa en estudios previos. En esencia, es una fusión química entre lactato y cetonas, pero sin la presencia de sal ni ácido, lo que permite generar artificialmente cantidades seguras de estos compuestos.
Hasta ahora, las pruebas de LaKe se han realizado exclusivamente en ratas, aunque ya se han iniciado ensayos en humanos en el Hospital Universitario de Aarhus. Se espera que este avance beneficie a personas que no pueden seguir un plan de ejercicios o una dieta estricta, en particular a quienes padecen problemas de salud como debilidad general o afecciones cardíacas.
Los posibles usos adicionales de la molécula
Cabe mencionar que esta molécula presenta ciertos efectos secundarios, aunque, según los investigadores, estos son positivos. Por ejemplo, LaKe podría mejorar la concentración y utilizarse en tratamientos contra el Párkinson y la demencia.
Además, el equipo de investigación ha descubierto que es posible aumentar los niveles de lactato en personas con conmoción cerebral, lo que podría abrir nuevas oportunidades terapéuticas.
Aún queda por ver la evolución de los ensayos clínicos en humanos, sobre todo para quienes no pueden realizar actividad física. Sin embargo, todo apunta a que la humanidad está cada vez más cerca de desarrollar una pastilla capaz de simular los efectos del ejercicio sin necesidad de calzarse unos tenis.
Cortesía de Xataka
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