En un operativo conjunto encabezado por la Secretaría de Seguridad Ciudadana y la Fiscalía General de la República, autoridades federales lograron desarticular una red dedicada al robo y tráfico de combustible en varios estados del país, este decomiso se ha marcado como histórico.
¿Por qué se dice que es un decomiso histórico?
Porque no se trata de un golpe más al robo de combustibles, sino del desmantelamiento más grande en la historia reciente contra una red dedicada exclusivamente al saqueo y distribución ilícita de hidrocarburos en México.
La magnitud del operativo, su alcance territorial y los recursos asegurados lo convierten en un parteaguas en la lucha contra el huachicol.
La acción fue resultado de seis meses de investigaciones e inteligencia coordinada entre varias dependencias del Gobierno Federal, y se desplegó de forma simultánea en Ciudad de México, Estado de México, Querétaro y Coahuila.
El saldo: 32 detenidos, incluidos los cabecillas Ciro Sergio “N” y Luis Miguel “N”, alias “El Flaco de Oro”, quienes ya eran buscados por delincuencia organizada.
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El operativo incluyó más de una decena de cateos en domicilios, restaurantes y bodegas, revelando una estructura criminal altamente organizada. Se aseguraron 12 propiedades, más de 100 vehículos (entre tractocamiones, pipas, automóviles de lujo, motocicletas y un autobús), armamento de alto calibre, animales exóticos, drogas, medicamentos controlados, documentación falsa y más de 15 millones de pesos en efectivo. También se localizaron tomas clandestinas conectadas a ductos de Pemex.
Uno de los hallazgos clave fue la sofisticada red logística que el grupo operaba para perforar ductos, almacenar el combustible robado y distribuirlo, incluso usando establecimientos como fachadas. En lugares como Polotitlán, Ixtlahuaca y Huehuetoca, los domicilios servían como centros neurálgicos de esta operación criminal.
Además, el operativo incluyó una línea de investigación internacional: en marzo pasado, se incautó un buque con 10 millones de litros de hidrocarburo en Coahuila, lo que derivó en nuevas detenciones y decomisos recientes en Saltillo, donde se recuperaron casi 2 millones de litros adicionales.
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La Fiscalía General de la República confirmó que ya se iniciaron procesos de extinción de dominio sobre los bienes asegurados y se investigan posibles nexos con autoridades locales. La organización, se subrayó, no tiene vínculos con cárteles conocidos, como el CNG o Santa Rosa de Lima, sino que operaba como un grupo criminal autónomo especializado en el robo de combustibles.
El impacto económico del “huachicol” es enorme: Pemex ha perdido más de 75 mil millones de pesos desde 2019 por este delito. Solo en los primeros tres meses de 2025, la pérdida fue superior a los 5 mil millones de pesos.
Este operativo representa un hito nacional, no solo por la magnitud del decomiso, sino por lo que implica en términos de coordinación institucional, capacidad de reacción del Estado y avance real en la desarticulación de una red criminal especializada.
EE
Cortesía de El Informador
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