¿Por qué se ha dado una regresión democrática?

Hemos querido construir una democracia sin impulsar una cultura democrática entre la población. No solo la mayoría de la población, sino la mayoría de los políticos en México, no tienen realmente un compromiso con la democracia, son demócratas cuando les beneficia, cuando la democracia juega en contra de ellos, están dispuestos a cualquier maniobra para ganar.

López obrador luchó desde la oposición por la división de poderes, por acabar con el presidencialismo y el partido de Estado y en cuanto tuvo el poder en sus manos, traicionó todos sus compromisos democráticos, para centralizar el poder en su persona y su partido. Da coraje ver a la mayoría de los políticos de Morena que en un tiempo defendieron y participaron en la transformación política del país, ser ahora cómplices de la regresión democrática. Pelearon por organismos electorales autónomos, por reconocer la pluralidad, el federalismo y sobre todo la división de poderes, para ser ahora promotores de un presidencialismo autoritario y centralista. Claudia Sheinbaum nunca estuvo en esta lucha, se benefició de la apertura democrática, pero nunca lucho por ella, no tiene un compromiso con la democracia, por eso cualquier cosa puede esperarse de su reforma electoral, para ella la democracia reside en la presidencia y en su partido.

Nuestra historia no es la de un país democrático, probablemente la única elección libre que tuvimos desde la independencia hasta el 2000, fue la de Francisco I. Madero, las demás elecciones del siglo XIX y siglo XX, fueron manipuladas por el gobierno en turno. No existe una cultura democrática entre la población y si bien a partir de 1988 se inició una transformación política, en esta lucha no participó la mayoría de la población, fue un acuerdo cupular en la que participaron, el gobierno, los partidos, políticos de oposición, intelectuales y medios de comunicación.

La población no valora los avances democráticos porque no participó en este cambio y sobre todo porque la democracia no le ha beneficiado. Los problemas que enfrenta nuestro país en todo este periodo son los mismos y algunos de ellos han aumentado, desigualdad, pobreza, inseguridad, pésima educación pública, falta de acceso a la salud y medicinas, bajo crecimiento económico, falta de empleos formales, pésimos servicios públicos y en general desorden y falta de oportunidades de desarrollo para todos en especial para los jóvenes.

Hasta el 2000 la gente no decidía a sus gobernantes, los decidía el presidente en turno, las elecciones fueron una farsa durante mucho tiempo o manipulados los resultados para asegurar el triunfo del candidato oficial.

A partir de la elección del 2000, la gente se dio cuenta de que su voto contaba, sin embargo, la tan esperada democracia no la benefició. Esta falta de resultados abrió el camino al triunfo del populismo en la persona de López Obrador que, si bien estableció políticas de recuperación del salario y de apoyo a los pobres, se aprovechó de ellos para consolidar su persona y a su partido.

Morena tiene el poder para hacer lo que quiera, la lucha para sacarlos del gobierno no va a ser fácil, pero lo primero que tenemos que hacer para lograrlo es concientizar a la gente de la importancia de la democracia, de la división de poderes y de una justicia independiente del gobierno.

Cortesía de El Economista



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