Si hay un tema excluyente por estos días en el universo del streaming y las recomendaciones es el de El Eternauta: si respeta la historieta original de 1957, si Ricardo Darín la rompe (una vez más) o no, si la nieve, si aggiornarla fue una buena o mala idea. Casi todos hablan de esta serie que llegó a Netflix el último día de abril y pareciera no haber otra ficción para ver, al menos en este fin de semana largo.
Pero en medio de la Eternautamanía hay otras historias que buscan ser vistas. Y de ese flamante puñado vale la pena rescatar Las cuatro estaciones, un delicioso retrato sobre la amistad a través del tiempo, los rituales, la vida conyugal… Y se mete de lleno en ese mágico universo de los vínculos.
Por ahí navega dulcemente la serie que el 1° de mayo estrenó la misma plataforma, una suerte de remake de la película homónima que dirigió y protagonizó Alan Alda en 1981. Y ahora, además de ser uno de sus productores, el actor de 89 años se da el lujo de hacer una breve participación en la ficción episódica que encabezan -aunque es un protagónico colectivo- Steve Carell y Tina Fey.
La serie desempolva suavemente la historia original de hace 44 años, sin modificarle el espíritu y sabiendo aggiornarla. Claro que hay disparadores que no tienen el mismo impacto que podían tener entonces. Como la separación de una pareja.
¿Y eso es tema? Es tema en Las cuatro estaciones porque la trama gira en torno al ritual que tienen tres parejas de amigos, que consiste en compartir unas minivacaciones en cada una de las cuatro estaciones por año.
Más allá de que se vean o no todos los días, se sabe que la primavera, el verano, el otoño y el invierno los reúne, con sus historias, sus secretos, mis miedos, sus confidencias, sus sombras y sus lealtades.
Ágil y bien estructurada, la serie se lleva dos capítulos por estación, arrancando por el encuentro de primavera. Ahí compartirán unos días Kate (Tina Fey) y su marido Jack (Will Forte), el matrimonio de Nick (Steve Carell) y Anne (Kerry Kenny-Silver) y el de Danny (Colman Domingo) y Claude (el italiano Marco Calvani).
De movida, el grupo formado a partir de viejos vínculos universitarios (a los que se sumaron sus parejas) se ve sacudido por el anuncio de una separación. Y la noticia salpica las almas de todos, porque el sexteto lleva vidas diferentes, pero en cada cita estacional pisa la misma baldosa, entre el disfrute, las confesiones, los placeres y las críticas piadosas.
Esa ruptura hará que el grupo tenga un mínimo cambio de nombres, pero no de costumbres. A lo largo de ocho episodios cortos (que rondan la media hora), la trama va mostrando las capas de cada pareja y las capas de las relaciones de unos con otros, mientras los paisajes de cada destino elegido va sembrando su magia.
Otro de los pilares son las actuaciones de este protagónico coral, en el que se destacan especialmente los trabajos de Steve Carell y Tina Fey.
Las cuatro estaciones, amparada en su presentación por la música de Vivaldi, es un viaje por las playas, los lagos o las montañas, pero básicamente es una travesía por los vínculos de todo tipo, que lleva al espectador a moverse por los distintos estados: tiene un atractivo arranque primaveral de risas y más molde de comedia, para ir mutando en la temporada otoño/invierno hacia zonas más profundas y dramáticas.
Terminado el viaje de ocho capítulos, es probable que quede en cada espectador una grata sensación de tributo a la amistad según pasan los años.
Comedia romántica/dramática Protagonistas: Tina Fey, Steve Carell, Colman Domingo, Kerry Kenny-Silver, Will Forte y Marco Calvani Creación: Tina Fey, Lang Fisher y Tracey Wigfield Emisión: Ocho episodios en Netflix.
Cortesía de Clarín
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