Hace 25 años vio la luz una de las grandes películas de época del nuevo siglo. Entre batallas llenas de intensidad, escenarios deslumbrantes y una banda sonora inigualable, llegó a los cines Gladiador. Hace casi un año, su secuela transportó al público una vez más al apogeo de la antigua Roma.
Bajo la dirección de Ridley Scott, esta continuación sigue la trama de venganza en medio del coliseo romano ahora con Paul Mescal y Pedro Pascal como protagonistas. Y aunque para los fanáticos significó el gran regreso del género péplum, para la también estrella de Los Cuatro Fantásticos solo significó una cosa: enfrentarse cara a cara con Mescal.
Para quienes ya han visto Gladiador 2, seguramente notaron el físico que deslumbra Mescal en pantalla. Como era de esperarse, el actor se sometió a un riguroso entrenamiento para lograr el cuerpo no solo de un gladiador de la antigua Roma, sino que también estuviera a la altura del que mostró Russell Crowe en su momento.
Al respecto, Pascal platicó para una entrevista con Vanity Fair lo impresionado que quedó al ver a su compañero de reparto. Además de enaltecer su condición bastante en forma, recalcó que lo último que quiso era enfrentarse cuerpo a cuerpo con él. A tal grado llegó ese temor-respeto que lo apodó “el Muro Paul”.
“Es brutal. Yo le llamo el Muro Paul. Se puso muy fuerte. Prefiero que me tiren de un edificio a volver a tener que pelear contra él. Enfrentarme a alguien tan en forma, con tanto talento y mucho más joven… Aparte del hecho de que Ridley es un genio total, Paul fue un motivo de peso para que yo sometiese a mi pobre cuerpo a tal experiencia”.
Mescal también platicó sobre su transformación física para el metraje. Según explicó, más allá de querer verse bien estéticamente quiso mostrar la fortaleza de la que es capaz un guerrero. Y es que, si recordamos, en esta segunda entrega Mescal da vida a la versión adulta de Lucius, el sobrino de Cómodo (Joaquin Phoenix).
“Sólo quise ser grande y fuerte y parecer el tipo de persona que puede hacer un poco de daño cuando todo se va a la mierda. Los músculos empiezan a crecer y eso puede considerarse estético en ciertos sentidos, pero hay algo sobre sentirte fuerte en tu propio cuerpo que provoca una sensación diferente”.
La trama de esta secuela nos sitúa varios años después de la original. Tras presenciar la muerte de Máximo a manos de su tío, Lucio huye para no ser asesinado y se refugia en un pueblo remoto alejado del imperio. Sin embargo, cuando los conquistadores liderados por Marcus Acacius matan a su esposa y lo capturan, se ve obligado a entrar en el Coliseo.
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Cortesía de Xataka
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