Del 10 al 19 de octubre, en diversos recintos de la ciudad, se llevará a cabo la décima edición del Festival Internacional para los Primeros Años (FITPA). La propuesta, pionera en México, ha logrado, en una década, posicionarse como un referente en la escena cultural al ofrecer experiencias escénicas pensadas para bebés, niñas y niños pequeños, además de generar redes de formación para madres, padres, cuidadores y profesionales de la cultura.
El FITPA nació en 2014 como una chispa que detonó en la directora de la compañía A la Deriva Teatro, Susana Romo, tras el nacimiento de su hija. Renata Romo, actriz y productora de la agrupación, recuerda para EL INFORMADOR aquel momento: “Con Juliana, Susana descubrió no solo que existía el teatro para bebés, sino también la necesidad de dignificar los espacios culturales y defender los derechos de las primeras infancias. Esa búsqueda personal abrió un camino que terminó transformándose en un festival”.
De la semilla a la comunidad
Lo que comenzó como una exploración artística se ha consolidado como un movimiento que ha acompañado el crecimiento de múltiples familias. Isamar Buenrostro, actriz y parte del equipo de producción, explica que la experiencia trasciende la mera función de teatro. “Cada año hemos sido testigos de cómo la comunidad se va ampliando. No es solo el encuentro con las obras, sino todo lo que sucede alrededor del festival: redes de apoyo entre mamás, papás y cuidadores que comparten experiencias y se acompañan en las dificultades cotidianas”.
Ambas productoras se unieron al proyecto en 2017, un año que marcó un punto de inflexión en la consolidación del festival. Desde entonces, han presenciado cómo el FITPA no solo se ha fortalecido en términos artísticos, sino también en su impacto social. “Hay bebés que asistieron hace una década y que ahora son adolescentes. Eso habla de un proceso de acompañamiento que crece junto con las familias y que permite ver cómo cambian los públicos”, señala Buenrostro.
Renata Romo coincide y enfatiza que aún hay mucho camino por recorrer. “En el mundo entero falta trabajar sobre los derechos culturales de la primera infancia. En estos diez años se ha generado un espacio real para ellas y ellos, pero siempre debemos volver a sensibilizar a las instituciones y a quienes toman decisiones públicas, porque las perspectivas cambian con cada administración”.
Un perfil pensado en los primeros años
El FITPA ofrece espectáculos y experiencias diseñadas específicamente para bebés de cero a seis años, con propuestas adaptadas a cada etapa. “Es importante aclarar que toda la familia es bienvenida: abuelos, hermanos, tíos. Lo que menos buscamos es excluir. Pero las obras están concebidas para ese rango de edad porque ahí se encuentra la semilla de la experiencia estética”, explica Renata.
Además de los montajes escénicos, el festival incluye talleres para madres, padres y cuidadores. “FITPA también busca generar sensibilidad en quienes rodean a las infancias, no solo en quienes tienen bebés. Todos somos parte de esta sociedad y necesitamos herramientas para acompañarles. Al final, todos fuimos bebés alguna vez”, afirma Buenrostro.
Un trabajo constante de sensibilización
El FITPA busca mantener su presencia durante todo el año. “Cada edición significa volver a sensibilizar a las instituciones, a las y los funcionarios, a quienes administran los espacios. Ese diálogo nunca termina. La defensa de los derechos culturales de la infancia es un trabajo constante”, apunta Renata Romo.
A lo largo de estos diez años, el festival ha acumulado imágenes y recuerdos que testimonian esa labor. Una de las más significativas, menciona Romo, es una fotografía de una de las primeras juntas en el Teatro Alarife Martín Casillas, donde técnicos y encargados de la Secretaría de Cultura escuchaban atentamente a Susana Romo. “Esa foto resume el espíritu del FITPA: sensibilizar desde adentro, generar complicidad no solo con las familias, sino también con quienes hacen posible que existan los espacios”.
Programación internacional
La edición de este año contará con la participación de artistas y compañías provenientes de Chile, España, Ciudad de México y Guanajuato, quienes compartirán funciones, laboratorios y talleres. Entre los espacios sede se encuentran el Conjunto Santander de Artes Escénicas, centros universitarios de la Universidad de Guadalajara, la Secretaría de Cultura Jalisco, el DIF Guadalajara y el Centro de Readaptación Femenil de Puente Grande, lo que amplía el alcance del festival hacia distintos públicos.
Entre las actividades más destacadas se encuentra el Proyecto TENIS, un taller-laboratorio de creación coordinado por la compañía chilena MANADA, reconocida internacionalmente por su trabajo con las primeras infancias. El proceso, dirigido a estudiantes y jóvenes creadores, culminará con una presentación en la Sala 4 del Conjunto Santander de Artes Escénicas.
La inauguración será el 10 de octubre en el DIF Guadalajara, con la compañía A la Deriva Teatro a cargo de la apertura. A lo largo de la programación se presentarán espectáculos como “Atrapando luz, envolviendo aire entre colores” de Grecia GA (Morelia), “Arrullo” de Natalia Cárdenas (CDMX) en Casa Hogar La Esperanza, y talleres como “Neurociencias aplicadas a la atención a niños y niñas en sus primeros años” o “Ballet Consciente para madres”, impartido por la chilena Ana Manríquez.

Diez años de historias compartidas
Con la mirada puesta en su décima edición, el FITPA reafirma su propósito de ser un festival que acompaña, transforma y genera comunidad. “Lo más bonito es que los bebés dejan de ser bebés, pero lo que permanece es la red que se forma alrededor de ellos”, señala Buenrostro.
Romo resume el espíritu de esta celebración: “Queremos que el FITPA siga creciendo y que cada vez más familias y más instituciones entiendan que el arte y la cultura son derechos desde la primera infancia. Ese es el compromiso que nos mueve”.
La programación completa puede consultarse en las redes sociales del festival (@festival_fitpa).
CT
Cortesía de El Informador
Dejanos un comentario: