Prioridad a sector energético no se refleja en mayor dinamismo

Los recursos destinados a obra pública en México no se tradujeron en un impulso sustancial para el valor del sector de la construcción en los estados beneficiados, de acuerdo con BBVA Research; esta relación es notoria para las obras energéticas, que concentran la mayor parte del presupuesto, en contraste con las obras de transporte, que sí demuestran un efecto positivo y estadísticamente comprobado.

La institución analizó 8.7 billones de pesos asignados a proyectos de construcción pública entre 2016 y 2025, de los cuales 76.7% se concentraron en desarrollo económico, 21.3% se destinó a desarrollo social, y en el último lugar para funciones propias de gobierno, con datos de los Presupuestos de Egresos de la Federación (PEF).

Estos datos llevarían a concluir que toda esta inversión tendría un impacto en el desarrollo económico; primero en el sector de la construcción y después en otros sectores, sobre todo en aquellos beneficiados como el sector energético, esto no ocurrió, señala el informe.

Al analizar el comportamiento del Producto Interno Bruto (PIB) de Minería Petrolera y el PIB de Derivados de Petróleo se observaron desempeños negativos o avances nulos. Aun cuando una de las obras públicas insignia del sexenio anterior fue precisamente la Refinería Olmeca en Dos Bocas, Tabasco.

Campeche, Tabasco y Ciudad de México absorbieron más de 55% del total del presupuesto analizado. No obstante, Campeche y Tabasco se mantienen como las economías estatales número 18 y 14, respectivamente a nivel nacional, ambos estados con economías estrechamente vinculadas al petróleo y sus derivados.

Si bien el estudio confirmó que el presupuesto federal para obra pública sí tiene un impacto directo en la actividad constructora de los estados, este impacto podría multiplicarse con una reasignación estratégica de los recursos, ya que al sector que más se le invierte es el que menos valor local en la construcción produce.

Por actividad económica, del 2016 al 2026, tomando en cuenta que este último año aún está por aprobarse, el mayor monto del presupuesto fue para obras energéticas con 4.2 billones de pesos, seguida por transportes con 1.4 billones y en último lugar a obras hidráulicas con 0.3 billones.

Del 2018 al 2025 el presupuesto dirigido a obras energéticas se concentró en Campeche, Tabasco y Veracruz. Para el 2026, el Proyecto de PEF establece que nuevamente estas tres entidades obtendrían casi 80% de los recursos para este tipo de obra pública.

La inversión en obras energéticas, en su gran mayoría asociadas al petróleo y sus derivados, no tiene un impacto estadísticamente significativo en el valor de la construcción estatal, lo cual resulta “sorprendente”, ya que en los últimos tres años ha recibido más de 200,000 millones de pesos anuales y representa más de 70% del presupuesto total de obra pública.

La infraestructura de transporte es el único tipo de obra pública que sí genera un impacto positivo y medible en la construcción estatal. No obstante, este potencial se ve comprometido, ya que para el 2026, la Ciudad de México y Yucatán concentrarán el 57.6% de todo el presupuesto de transporte.

Cortesía de El Economista



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