Promover un sistema de gobernanza global más justo y razonable

La humanidad se encuentra en una encrucijada histórica, marcada por una transformación inédita en el último siglo, que hoy la enfrenta a una serie de desafíos entrelazados en materia de paz, desarrollo, gobernanza y legalidad. En medio de una profunda renovación del orden mundial, los interrogantes sobre qué tipo de gobernanza global es preciso impulsar se han convertido en un tema que concita cada vez más interés en la comunidad internacional.

Este año se cumple el 80.º aniversario de la victoria de la Guerra Antifascista Mundial y la fundación de las Naciones Unidas. En este año histórico y especial que une el pasado y el futuro, el presidente Xi Jinping presentó recientemente de manera solemne la iniciativa para la gobernanza global en la reunión de la «Organización de Cooperación de Shanghái Plus». Sus conceptos fundamentales se plasman en cinco aspectos:

En primer lugar, la defensa del principio de igualdad soberana. Plantea que todos los países, independientemente de su tamaño, fuerza o riqueza, participen por igual tanto en la gobernanza global como en la toma de decisiones y la obtención de beneficios. En ese camino, destaca que es preciso impulsar una mayor democratización de las relaciones internacionales para mejorar la representación y la voz de los países en desarrollo.

En segundo lugar, la adhesión a la legalidad internacional. Esta premisa implica el cumplimiento efectivo de todas las normas universalmente reconocidas de las relaciones internacionales, entre ellos los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas. Para lograrlo, considera fundamental garantizar la aplicación igualitaria y transversal del derecho y las normas internacionales, además de rechazar los dobles raseros y la imposición de las “normas internas” de unos pocos países en detrimento de otros.

En tercer lugar, la práctica del multilateralismo. Es fundamental defender la visión de una gobernanza global basada en la consulta, la contribución conjunta y los beneficios compartidos. En este enfoque tienen un papel insustituible el fortalecimiento de la solidaridad y la cooperación, la oposición al unilateralismo, y la salvaguarda del rol fundamental que desempeña las Naciones Unidas.

En cuarto lugar, la defensa de un enfoque centrado en las personas. Una reforma del sistema de gobernanza global solo será exitosa si garantiza que los pueblos de todas las naciones participen y compartan sus beneficios. En este aspecto, la iniciativa propone optimizar los abordajes a los retos comunes a los que se enfrenta la humanidad, subsanar las brechas de desarrollo entre el Norte y el Sur, y salvaguardar los intereses comunes de todos los países del mundo.

En quinto lugar, la necesidad de impulsar los enfoques orientados a la acción. Bajo la premisa de promover una cooperación pragmática, y evitar el retraso y la fragmentación, es importante coordinar los esfuerzos globales, movilizar los recursos de todas las partes y atenerse a una planificación sistemática y a un fomento holístico.

En un mundo marcado por la agitación y los cambios vertiginosos, la demanda de un orden internacional justo y razonable es cada vez más urgente. Frente a ello, esta Iniciativa para la Gobernanza Global propone que todas las naciones se ubiquen en el lado correcto de la historia, del progreso humano y del multilateralismo; en una postura que privilegie la unión en lugar de la división, y la cooperación mundial sobre los enfrentamientos.

La Iniciativa para la Gobernanza Global se suma a la serie de bienes públicos ya aportados al mundo por China (Iniciativa para el Desarrollo Global, Iniciativa para la Seguridad Global e Iniciativa para la Civilización Global) con la misión de inyectar una mayor estabilidad y certeza en las cuatro dimensiones del desarrollo, la seguridad, la civilización y la gobernanza.

La gobernanza global requiere esfuerzos concertados de toda la comunidad internacional. La República Popular China está dispuesta a trabajar con el Sur Global, incluida la Argentina, para practicar un multilateralismo genuino, implementar en forma conjunta las cuatro iniciativas globales, promover el establecimiento de un sistema de gobernanza global más justo y razonable, y avanzar de la mano hacia una comunidad de futuro compartido de la humanidad.

* Embajador de China en Argentina

Cortesía de Página 12



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