
La industria acerera de Estados Unidos propuso establecer un arancel externo común a las importaciones de acero en la zona del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
Esta iniciativa se presentó por parte del Instituto Americano del Hierro y el Acero (AISI, por su sigla en inglés) al representante comercial de la Casa Blanca, Jamieson Greer.
El AISI representa a la industria siderúrgica estadounidense en el ámbito de las políticas públicas y está integrado por fabricantes de acero con hornos de arco eléctrico, fabricantes de tubos y tuberías de acero, y procesadores y fabricantes de acero, lo que refleja la producción y distribución de aceros al carbono e inoxidables.
Su recomendación consiste en la “adopción de un arancel externo común para el acero por parte de los tres países norteamericanos sobre todas las importaciones de productos de acero provenientes de fuera de Norteamérica, para abordar los impactos del exceso de capacidad mundial de producción de acero y combatir el transbordo, la elusión y la evasión arancelaria”.
El documento fue presentado por Kevin M. Dempsey, presidente y director ejecutivo del AISI a Greer, en el marco de la consulta para la revisión del T-MEC programada para julio de 2026.
Actualmente las aduanas estadounidenses aplican tarifas de 50% al acero, aluminio y cobre importados desde todo el mundo, con algunas excepciones y al amparo de la Sección 232, lo que representa uno de los principales puntos a resolver en las negociaciones de México con Estados Unidos.
El AISI propuso además establecer una nueva regla de origen para el acero fundido y vertido, que permita que todos los productos de acero se consideren originarios de Norteamérica según el T-MEC y para la Sección 232 y regímenes arancelarios equivalentes en México y Canadá.
Entre las empresas productoras que integran el AISI destacan ArcelorMittal, Cleveland‑Cliffs Inc., North American Stainless, Outokumpu, SSAB Americas y Tenaris Bay City, y entre sus empresas asociadas están AKJ Steel Industries, Befesa Zinc US Inc. y GrafTech International.
Los productos sujetos a los aranceles automotrices de la Sección 232 están exentos de los aranceles al acero y al aluminio. A partir del 4 de junio, los productos de acero y aluminio canadienses y mexicanos enfrentan un arancel de 50%, pero están exentos de los aranceles de la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional (IEEPA) sobre productos canadienses y mexicanos.
El AISI recomendó también la creación de reglas de origen más sólidas en el T-MEC para incentivar el uso de acero norteamericano en productos manufacturados, como automóviles y camionetas, y una reforma a los programas de importación temporal, reintegro de derechos y aplazamiento de derechos dentro de Norteamérica para garantizar que no se utilicen para eludir aranceles.
En paralelo, el Instituto pidió un monitoreo mejorado y transparente de las importaciones de acero por parte de todos los países norteamericanos, incluyendo la recopilación y publicación de datos comerciales basados en el país de fundición y vertido para todos los productos de acero.
Por último, planteó una mayor cooperación entre las autoridades aduaneras de América del Norte para abordar el transbordo, la elusión y la evasión de medidas comerciales, así como la clasificación errónea y la subvaluación en aduanas.
Para Dempsey los aceros que producen los afiliados a la AISI son fundamentales para la seguridad nacional y económica de Estados Unidos, incluyendo carreteras y puentes, edificios, la red eléctrica, automóviles y camiones, y todas las tecnologías de energía limpia.
El AISI representa asimismo a miembros asociados que son proveedores o clientes de la industria siderúrgica.
Los aranceles impuestos por el presidente Donald Trump propiciaron caídas en las exportaciones mexicanas de acero y aluminio al mercado estadounidense, de 29 y 20% respectivamente, en el periodo de enero a julio de 2025. Primero los aranceles sobre ambos metales fueron de 25% en marzo y luego de 50% en junio.
Con ello, las exportaciones mexicanas de acero descendieron a 1,594 millones de dólares y las de aluminio bajaron a 403 millones de dólares en los siete primeros meses del año en curso.
Cortesía de El Economista
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