Prueba de manejo: Jeep JT Red Hunter

El Estado de México una vez más fue la sede de una de las experiencias todoterreno más emocionantes de los últimos meses junto con Bosco’s Camp 4×4. La ruta de esta ocasión se llevó a cabo en las lagunas de Teotihuacán en donde se dieron cita 18 vehículos Jeep de diferentes modelos que fueron conducidos solamente por mujeres.

En esta ocasión tocó liderar al contingente el Jeep JT “Red Hunter”, un ejemplar que fue mejorado y sus capacidades potenciadas gracias a que cuenta con una serie de accesorios y equipamiento oficial de Mopar; durante esta travesía cada uno de ellos fue activado en diferentes situaciones como el tener superar un obstáculo para lo cual es necesario un kit de elevación de la suspensión.

Para aumentar la tracción es necesario bajar la presión de los neumáticos sin embargo esto puede provocar que las llantas se salgan de los rines. Por ello la importancia de los Bedlocks..

Entre carriles inundados, tramos de lodo y superficies fangosas, el Red Hunter marcó el ritmo para superar cada prueba de forma eficiente sin haber obstáculo que lo detuviera. Gracias a Mopar montaba Beadlock en los rines, un dispositivo fundamental en la conducción off road porque asegura las llantas al rin evitando que se descalcen al rodar con presiones bajas, una acción que se realiza ya que aumenta la tracción sobre superficies resbaladizas. Un elemento de serie son los neumáticos BFGoodrich KM3 35×12.50R17 que entre sus ventajas están un alto nivel de tracción y paredes reforzadas.

El kit de elevación de la suspensión, además de mejorar la vista en todas direcciones, permite circular con mayor seguridad al reducir el riesgo de golpear la parte baja del vehículo.

El kit de levantamiento de 2 pulgadas le otorgó una ventaja clave. Esa altura extra sobre el suelo permitió al Red Hunter superar zanjas y zonas profundas de agua sin que la carrocería tocara el terreno. Sumado al snorkel, que eleva la toma de aire del motor hacia un punto alto, la seguridad mecánica estuvo garantizada al atravesar carriles inundados. Mientras otros vehículos corrían el riesgo de succionar agua, el JT respiraba sin problema.

El techo panorámico Sunrider fue un detalle que aportó frescura a la experiencia. Aunque la prueba estaba cargada de adrenalina y lodo, las pilotos disfrutaron de vistas únicas a las pirámides de Teotihuacán. En la defensa lateral, los rockrails cumplieron su misión de proteger la carrocería contra impactos de piedras y bordes mientras que los tapetes de uso rudo hicieron lo propio en el interior.

El winch, aunque no necesitó entrar en acción en esta ocasión, representó un seguro de vida en caso de que algún integrante de la caravana hubiera quedado atascado; un recordatorio de que la preparación siempre es la mejor aliada en este tipo de aventuras.

Cortesía de El Economista



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