El trastorno de acumulación compulsiva no solo afecta a quienes lo padecen, sino que también deja marca en sus hijos, que crecen en un entorno de caos, desorden y muchas veces, peligro. A diferencia de otros trastornos psicológicos, la acumulación no solo altera la vida del afectado, sino que también impacta directamente el desarrollo emocional y social de los niños que viven en hogares donde el espacio está dominado por objetos, desperdicios y desorden extremo. Según The Guardian, esta problemática ha sido ignorada por mucho tiempo, pero nuevas investigaciones han comenzado a revelar sus efectos devastadores.
La organización HoardingUK ha alertado que los hijos de acumuladores pueden estar en mayor riesgo físico que los hijos de alcohólicos, debido a los peligros que implica vivir en un hogar repleto de objetos apilados, con condiciones de higiene precarias, infestaciones de plagas y riesgo de incendios. Además, el impacto emocional de crecer en un entorno así puede generar traumas profundos y patrones de comportamiento que podrían llevar a desarrollar el mismo trastorno en la adultez.
Además, Megan Karnes, de HoardingUK, señaló que el trauma de haber crecido en un entorno de acumulación puede desencadenar conductas de acumulación en un niño y reafirmó lo grave que esto puede ser para un menor: “Los hijos de padres que acumulan cosas pueden correr un mayor riesgo físico que los hijos de alcohólicos“.
Los niños que crecen en hogares desordenados podrían convertirse en acumuladores adultos
De acuerdo con un artículo de investigación publicado por la Universidad de Cambridge, 70% de los adultos que actualmente padecen acumulación compulsiva reportan haber mostrado los primeros signos del trastorno entre los 11 y 15 años. Esto indica que los factores ambientales tienen un papel clave en el desarrollo del problema y que el desorden en casa no solo es una consecuencia del trastorno, sino que puede ser su origen.
El estudio destaca que los niños que crecen en hogares de acumuladores suelen experimentar dificultades para establecer relaciones saludables con los objetos y las posesiones. Mientras otros niños aprenden a organizar, priorizar y desechar cosas con naturalidad, los hijos de acumuladores se ven obligados a adaptarse a un ambiente donde cada objeto tiene un significado emocional desproporcionado y donde deshacerse de algo es visto como una pérdida inaceptable.
Richard, un joven de 21 años entrevistado por The Guardian, recuerda que desde niño, tuvo que esconder la realidad de su casa del mundo exterior. Nunca pudo invitar amigos a jugar y su vida social estuvo marcada por el miedo a que alguien descubriera su secreto. Con el tiempo, el desorden se convirtió en parte de su identidad, y hoy en día, a pesar de que reconoce que su hogar no es un lugar habitable, no puede separarse de sus pertenencias.
Un problema distinto al desorden y con raíces en la ansiedad y el apego emocional
El Instituto de Mente Infantil (Child Mind Institute ) ha identificado que la acumulación en niños tiene características únicas que la diferencian del simple desorden o de una afición por coleccionar cosas. Los niños que acumulan suelen desarrollar un apego extremo a objetos sin valor aparente, como envolturas de dulces o tubos de cartón y creen que deshacerse de ellos significa perder importantes recuerdos o incluso lastimar emocionalmente a los mismos objetos.
A diferencia de un niño coleccionista, que organiza y muestra sus pertenencias con orgullo, un niño acumulador esconde sus posesiones y siente vergüenza si alguien las descubre. Además, el acto de desprenderse de cualquier objeto puede generar una ansiedad extrema, lo que los lleva a desarrollar patrones de comportamiento que persisten hasta la adultez.
De acuerdo con la investigación de la Universidad de Cambridge, muchos niños acumuladores provienen de familias donde uno o ambos padres también tienen el trastorno. La relación entre acumulación y ansiedad es tan estrecha que, en muchos casos, los niños que presentan este problema también tienen síntomas de trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) o déficit de atención (TDAH), lo que dificulta aún más su tratamiento.
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Los primeros programas de apoyo comienzan a surgir
Por mucho tiempo, la acumulación fue vista como una simple excentricidad o un problema de desorganización. Sin embargo, organizaciones como Hoarding Disorders UK y HoardingUK ya comenzaron a presionar para que las autoridades de su país reconozcan su impacto en la salud mental de los niños. Según The Guardian, se están implementando nuevos enfoques en Reino Unido para ayudar a los hijos de acumuladores antes de que desarrollen el trastorno ellos mismos.
Una de las estrategias más prometedoras es la creación de grupos de apoyo exclusivos para hijos de acumuladores, donde pueden compartir sus experiencias y aprender herramientas para evitar repetir los patrones de sus padres. Además, en algunos casos, se trabaja con las autoridades locales para evitar que los niños terminen en el sistema de adopción cuando sus hogares se consideran no habitables y se les brinda apoyo para mejorar su calidad de vida sin separarlos de sus familias.
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Kayley Hyman, hija de un acumulador y fundadora de la organización Holistic Hoarding, contrató recientemente a la primera trabajadora social especializada en ayudar a hijos de acumuladores en Reino Unido. En un solo año, esta especialista ha logrado evitar que 18 niños fueran enviados a hogares de adopción y así demostró que con la intervención adecuada, es posible reducir los daños del trastorno en las siguientes generaciones.
Un problema silencioso que también afecta a miles de personas en México
El trastorno de acumulación compulsiva es una condición mental que afecta entre el 2% y el 6% de la población mundial y que, según la Secretaría de Salud de México, se considera una variante del Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC). Este padecimiento se caracteriza por la acumulación excesiva de objetos, incluidos basura o animales, sin que la persona sea capaz de deshacerse de ellos, incluso si no tienen valor.
De acuerdo con la Secretaría de Salud, esta conducta puede originarse como un mecanismo de defensa ante un estado depresivo profundo o tras la pérdida de un ser querido o posesiones valiosas. Los síntomas pueden comenzar a manifestarse desde la infancia, entre los 11 y 15 años, cuando los menores empiezan a guardar objetos como lápices rotos, cuadernos en desuso o revistas viejas.
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La acumulación también tiene consecuencias emocionales y sociales, ya que muchas personas que padecen este trastorno experimentan ansiedad extrema ante la posibilidad de desprenderse de sus pertenencias, lo que puede llevarlos al aislamiento y conflictos con su entorno. La Secretaría de Salud enfatiza que, aunque el síndrome de acumulación compulsiva puede tratarse, es fundamental contar con apoyo profesional y familiar para lograr avances.
¿Qué opciones existen en México para quienes buscan ayuda?
En México existen opciones para quienes padecen el trastorno de acumulación compulsiva. Además del Centro TOC México, se pueden encontrar psicólogos especializados en este padecimiento a través de plataformas como Psychology Today, que ofrece directorios de profesionales en diversas regiones del país. Asimismo, la Secretaría de Salud recomienda que las personas afectadas busquen apoyo psicológico lo antes posible para evitar que la acumulación se convierta en un problema aún más grave.
Si bien en el país existen instituciones y profesionales especializados en el tratamiento de la acumulación compulsiva, la atención especializada los hijos de personas con este trastorno sigue siendo muy limitada a diferencia del caso de Reino Unido.
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El Centro TOC México es una de las instituciones pioneras en el país en el tratamiento del TOC y trastornos relacionados, incluyendo la acumulación compulsiva. Este centro ofrece programas de recuperación basados en terapias como la Terapia Cognitivo-Conductual (TCC), la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT) y la práctica de Mindfulness.
Sin embargo, aunque estas terapias pueden beneficiar indirectamente a los hijos de acumuladores al mejorar la condición de sus padres, no existen programas diseñados específicamente para atender sus necesidades particulares. El enfoque actual del tratamiento en México sigue centrándose en los individuos que padecen el trastorno.
Cómo ayudar a un acumulador: estrategias para familiares y amigos
De acuerdo con Help Guide, abordar el trastorno de acumulación compulsiva requiere paciencia y un enfoque empático. Algunas estrategias clave incluyen:
- No juzgar ni minimizar el problema: es importante reconocer que la acumulación no es una simple cuestión de desorden, sino un trastorno psicológico con profundas raíces emocionales.
- Evitar deshacerse de los objetos del acumulador sin su consentimiento: aunque la acumulación puede parecer irracional, el apego a los objetos es real y forzar a una persona a tirar sus cosas puede generar un efecto contrario al esperado.
- Enfocarse en la seguridad: en lugar de insistir en que la casa esté impecable, es más efectivo establecer objetivos pequeños, como despejar áreas clave para reducir riesgos de incendio o caídas.
- Animar al acumulador a buscar ayuda profesional: la terapia cognitivo-conductual ha demostrado ser efectiva en el tratamiento del trastorno, ayudando a los pacientes a desarrollar estrategias para desprenderse de objetos de manera controlada y sin angustia extrema.
Cortesía de Xataka
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