Moscú confirmó este martes el impacto del primer ataque ucraniano con misiles balísticos proporcionados por Estados Unidos, los ATACMS, contra una instalación militar en territorio ruso, luego de la autorización de su uso “hasta 300 kilómetros” dentro de Rusia, por parte de Joe Biden.
El ataque, que llega dos días después de que se hiciera público el visto bueno estadounidense, frente al cual funcionarios del Kremlin advirtieron sobre una “nueva fase” del conflicto con Ucrania, fue respondido el mismo martes con el anuncio de una nueva doctrina nuclear. El presidente Vladimir Putin firmó un decreto que habilita a Rusia a emplear armamento atómico en caso de ataques convencionales con asistencia externa.
Jugando con fuego
Según el parte de guerra, publicado vía Telegram, cinco misiles fueron derribados antes de llegar a su objetivo, mientras que fragmentos de un sexto proyectil impactaron en una instalación militar localizada en la región fronteriza de Briansk. “Como resultado, se declaró un incendio que fue operativamente extinguido. No hay muertos ni heridos”, señala el comunicado castrense.
Las autoridades rusas denunciaron que el ataque, perpetrado a las 03.25 horas de la madrugada, hizo “uso de misiles tácticos ATACMS de fabricación estadounidense”, que fueron repelidos casi en su totalidad por baterías antiaéreas S-400 y Pantsir.
Previo a la confirmación rusa, el Estado Mayor de Ucrania había informado sobre un ataque exitoso contra un arsenal del Ejército ruso en Briansk, sin dar detalles del tipo de armamento utilizado.
El ataque viene dos días después de que se haga público el permiso del presidente estadounidense a Kiev para utilizar los ATACMS, que en un principio se informó como limitado a la región de Kursk, a 200km de Briansk.
El gobierno ucraniano pedía desde hacía tiempo la autorización de usar armas occidentales de largo alcance para atacar bases desde las cuales Rusia lanza sus bombardeos y así poder contrarrestar el avance de las tropas rusas en el este.
Una respuesta ¿”necesaria”?
En respuesta a la decisión de Washington, Putin aprobó este martes una nueva doctrina nuclear para su país, que le permite emplear armamento atómico en respuesta a ataques convencionales asistidos externamente.
El decreto, publicado de forma oficial por las autoridades rusas, tiene como objetivo “mejorar la política de Estado en el campo de la disuasión nuclear”, y cuenta con vigencia inmediata desde su aprobación. La medida sustituye a la promulgada en 2020, y autoriza el uso de armamento nuclear en caso de que el ataque enemigo suponga “una amenaza crítica para la soberanía y (o) integridad territorial” de los países que integran la Unión Estatal Rusia-Bielorrusia.
El Kremlin afirma que el mandato permite contemplar el apoyo recibido por Ucrania por parte de potencias nucleares, como Estados Unidos, y es “necesario para adaptar nuestro fundamentos a la situación actual”. Rusia reconoció hace meses que ya había comenzado la renovación de su doctrina militar y nuclear debido a los cambios en la situación internacional, especialmente por la guerra en Ucrania.
El propio Putin aseguró a finales de septiembre que Moscú había decidido introducir cambios para “corregir los enfoques”, antes de reseñar que el uso de estas armas es “una medida extrema” destinada a proteger “la soberanía del país”
La nueva fase
Por la mañana del martes, el canciller ruso, Serguéi Lavrov, prometió que Rusia dará una “respuesta apropiada” al ataque, y estimó que, con el involucramiento estadounidense en el mismo, se abre una “nueva fase” de la guerra con Ucrania.
“Si hay un lanzamiento de misiles de largo alcance desde Ucrania hacia el territorio ruso quiere decir que éstos son operados por expertos militares de Estados Unidos. Consideramos que se trata de una nueva fase de la guerra de Occidente contra Rusia y reaccionaremos en consecuencia”, declaró Lavrov a la prensa en Río de Janeiro, después de la cumbre del G20.
“Es imposible usar estos misiles de alta tecnología sin los estadounidenses”, insistió, al recomendar a los occidentales que “lean en su totalidad” la nueva doctrina nuclear rusa, que busca lidiar con la intervención externa mediante el apoyo. Lavrov se remitió a las palabras del presidente ruso, quien advirtió en septiembre que, si Occidente permitía a Ucrania atacar territorio ruso con misiles de largo alcance, significaría que “los países de la OTAN están en guerra con Rusia”.
“Putin no se detendrá por sí mismo”
El presidente ucraniano, Volodomir Zelenski, afirmó este martes que Putin “no se detendrá por sí mismo”, en su mensaje al Parlamento Europeo por los 1.000 días de guerra entre su país y Rusia, durante el cual pidió más apoyo por parte de los demás 27 integrantes de la Unión Europea (UE). “Juntos hemos logrado mucho, tenemos que hacer más”, dijo el mandatario.
Para Zelenski, Rusia no tendrá una “motivación real” para negociar una salida del conflicto sin “incendios en depósitos de municiones (…), sin destrucción de sus bases aéreas, sin la pérdida de sus capacidades de producción de misiles”, según expresó frente al Parlamento.
El mismo día, en medio de un discurso frente a los diputados ucranianos, el presidente aseguró que el país aún puede vencer a Rusia. “Es muy difícil, pero tenemos la fuerza interna para lograrlo”, aseguró Zelenski, aunque admitió que, para “restaurar” su integridad territorial -es decir, recuperar los territorios ocupados, Kiev podría tener que esperar a la muerte de Putin.
Es la primera vez que el mandatario reconoce que su país tendrá que aceptar, aunque sea temporalmente, la pérdida de los territorios ocupados por el enemigo, que representan cerca de un 20% de la superficie del país. Zelenski señaló estar trabajando con el resto de sus aliados para que se sumen a la decisión de autorizar el uso del armamento que le suministran sobre territorio ruso.
Una amenaza para Occidente
El alto representante de la UE para Asuntos Exteriores y Seguridad, Josep Borrell, afirmó que no ve una relación entre la aprobación del uso del armamento externo sobre territorio ruso por parte de Ucrania y una “hipotética guerra nuclear”.
“No veo la relación entre la decisión tomada por el presidente Biden y una hipotética guerra nuclear. He dicho que es una irresponsabilidad hablar de utilizar la amenaza de las armas nucleares” por parte de Moscú, indicó Borrell en una rueda de prensa al finalizar el Consejo de ministros comunitarios de Defensa.
El funcionario consideró “irresponsable” la decisión de Rusia de modificar su doctrina nuclear después del anuncio estadounidense. “El hecho de que hayan actualizado su doctrina nuclear coincidiendo con los mil días de guerra rusa contra Ucrania, tiene algo de simbólico”, valoró.
Por su parte, tras un encuentro con sus pares de cara a la situación, el canciller polaco, Radoslaw Sikorski, afirmó que varios países europeos están dispuestos a proporcionar ayuda, financiera y militar, en el caso de que Washington reduzca su apoyo tras la llegada de Trump a la Casa Blanca, en enero.
El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, señaló a su vez que es “crucial que Putin no se salga con la suya”, ya que ello dejaría a una Rusia fortalecida en las fronteras de Europa. “Estamos dispuestos a proporcionar lo necesario a Ucrania”, declaró Rutte, para quien Rusia representa “una amenaza directa para todos nosotros en occidente”.
Cortesía de Página 12
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