Que el balón ruede, solo mientras sea más y más rentable


La perspectiva recaudatoria de la FIFA va camino a agotarse. Aunque por estos tiempos parezca improbable o lejano, la mirada “clink-caja” de quienes manejan el futbol a nivel mundial quedará caduca más temprano que tarde y no será sostenible en el largo plazo. Aseverar esto podría parecer cuanto menos una exclamación osada, porque en los tiempos actuales es contra fáctico plantear un cambio de paradigma mientras cuestionamos la brutalidad de los ajustados calendarios con los que FIFA programa sus eventos, a la vez que experimentan la creación de más torneos, nuevos formatos y pretenden más certámenes con partidos comprimidos en su órbita, escenario que contradice la premisa que aquí venimos a pronunciar. Ahora bien, el planteo es, si esta visión meramente recaudatoria es sostenible en el tiempo, y creemos que no. Al menos no como está configurada.

Es difícil relativizar las sensaciones que experimentamos cubriendo el Mundial de Clubes que recientemente se disputó en Estados Unidos. Los estadios parecían un sauna, los partidos se jugaban, en la mayoría de los casos, bajo un calor abrasador y, con ese tipo de decisiones que toman quienes ostentan cargos ejecutivos, en verdad están descuidando lo más preponderante que tiene el futbol, algo irremplazable, en esencia, que son los futbolistas; los verdaderos y auténticos protagonistas de este bendito deporte.

No pocos jugadores, y algunos de renombre top y consagrados a nivel mundial, se quejaron públicamente por las condiciones de practicar deporte bajo condiciones climáticas poco recomendables, situación que los expertos de la salud desaconsejan. ¿Es necesario organizar un partido con 40 grados de sensación térmica? Para la FIFA pareciera que sí. Lo que debería ser inadmisible, y aquí radica el verdadero problema de desafiar los límites, es organizar ese partido en un horario de calor extremo, solo porque debe ser televisado hacia otros continentes en horario prime, porque en fin la estrategia es meramente recaudatoria.

Los organismos y comités organizadores desoyeron el reclamo de deportistas de elite que se quejaron a viva voz del estado de los campos de juego en la Copa América de Estados Unidos 2024, y la FIFA no mejoró esa problemática para el Mundial de Clubes.

¿Corregirán alguno de estos aspectos para la Copa del Mundo 2026, a realizarse en Estados Unidos, México y Canadá? Hasta aquí, parecería que no. Pero todas esas cuestiones operativas que tienen que ver con la puesta a punto de los escenarios para un partido, incluso quedan en un segundo plano ante la preocupación máxima y constante de las delegaciones: competir en un contexto de calor extremo, situación que es riesgosa para todos menos para quienes recaudan.

Los campos no son óptimos para un nivel de élite, hay un sinfín de fallas a nivel organizativo, principalmente en Estados Unidos, un país con escasa cultura futbolera, y exponen a los jugadores obligándolos a competir bajo temperaturas sofocantes para que el show pueda ser televisado hacia Europa y otros continentes, porque el horario prime y los fines recaudatorios son la prioridad. No todo debería estar permitido, en algo la FIFA debería ceder. 

Ni siquiera esta política de FIFA asegura espectacularidad o encuentros atractivos, cantidad no es necesariamente calidad, los partidos se están volviendo poco encantadores, escasean los goles, los futbolistas tienen instantes de creatividad a cuenta gotas. 

Un estudio internacional presentado por las organizaciones Football for Future y Common Goal junto con la empresa Jupiter Intelligence, advirtió que 10 de los 16 estadios seleccionados para la Copa del Mundo 2026 superan los límites de seguridad térmica, lo que debería contemplar la posibilidad de replantear sedes, horarios o al menos protocolos deportivos. El análisis, titulado Pitches in Peril, divide los días de partidos en tres categorías: “jugables”, “jugables con adaptación” e “injugables”. Según los datos que revelan, en 2025 el estadio de Houston ya cuenta con 51 jornadas catalogadas como “injugables”. Dallas tendrá 33, Kansas 17, Atlanta y Monterrey 9 cada uno, Miami 8, Filadelfia 7, Nueva Jersey 3, Boston 2 y Los Ángeles una. 

¿Será que es momento de que llegue una instancia de reflexión, una pizca de sensatez? ¿Será que llegó el momento de implementar buenas prácticas para resguardar a los futbolistas? Ojalá prevalezca el sentido común y la humanidad como valores, porque el modelo de los millones a todo costo, ojalá que no, pero podría costarles más de lo que recaudan.

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Cortesía de El Informador



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