
El término “preinfarto” es una expresión comúnmente utilizada para describir una serie de síntomas similares a los de un infarto, aunque sin que se haya producido uno. En muchos casos, esta condición se asocia con la angina de pecho, un indicador de que existe una disminución en el flujo sanguíneo que llega al corazón.
De acuerdo con Mayo Clinic, la angina de pecho, también conocida como angina pectoris, se manifiesta a través de dolor o presión en el pecho, sensación de pesadez y en algunos casos, molestia en otras partes del cuerpo como los brazos, mandíbula o espalda. Aunque en sí misma no representa un infarto, sí es una señal de alerta sobre posibles complicaciones cardíacas futuras.
¿Cuántos tipos de angina de pecho existen?
Según esta misma fuente, existen distintos tipos de angina de pecho, cada uno con características y niveles de riesgo distintos.
La angina estable es la más frecuente. Suele manifestarse durante el esfuerzo físico y desaparece con el reposo o con medicación específica. Es predecible y se presenta de forma similar en episodios sucesivos.
Por otro lado, la angina inestable representa una condición más grave. Puede presentarse incluso en reposo, con mayor intensidad y duración. Este tipo de angina no responde fácilmente a los tratamientos convencionales y podría ser antesala de un ataque cardíaco.
¿Cuáles son los síntomas de la angina de pecho?
Identificar los síntomas de la angina de pecho a tiempo puede resultar clave para evitar complicaciones graves.
Entre los signos más frecuentes se encuentran:
- Dolor en el pecho
- Sensación de presión o ardor
- Dificultad para respirar
- Sudoración excesiva
- Náuseas
- Fatiga
- Molestias que se extienden hacia el cuello, brazos, hombros o espalda
Cualquier persona que experimente estas señales, especialmente si son recurrentes o se intensifican en reposo, debe consultar con un profesional de la salud para recibir el diagnóstico y tratamiento adecuados.
Con información de SUN
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Cortesía de El Informador
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