Qué está pasando con los bosques de Andalucía: la tecnología de la NASA lo revela con un análisis de 28 años de imágenes de satélite

En los últimos 30 años, los bosques de Andalucía han cambiado de forma sorprendente. Un equipo de investigadores de la Universidad de Córdoba ha analizado imágenes satelitales de la NASA para estudiar su evolución y ha descubierto un fenómeno inesperado: el territorio es ahora más verde que en los años 90.

Este hallazgo, publicado en la revista Ecological Indicators, tiene implicaciones clave para comprender cómo los ecosistemas mediterráneos responden a factores como el cambio climático, la aridez y la actividad humana. Gracias a las imágenes del programa Landsat, que ha estado monitorizando la Tierra desde 1972, los científicos han podido reconstruir con precisión la transformación de los bosques andaluces entre 1994 y 2021.

Andalucía, más verde que hace tres décadas

Uno de los resultados más llamativos del estudio es que la masa forestal andaluza ha crecido en los últimos 30 años. Aunque se podría pensar que el aumento de la aridez y el impacto humano han reducido la vegetación, las imágenes satelitales muestran lo contrario. Según el equipo de investigación, este crecimiento ha sido más evidente entre 1994 y 2005, mientras que en los años posteriores la tendencia ha sido más moderada.

Las causas de este reverdecimiento son diversas. El abandono de tierras agrícolas debido a la migración de población rural hacia ciudades ha permitido la regeneración natural de la vegetación. Además, algunas especies han demostrado una notable capacidad de adaptación a la aridez, como el Pinus halepensis y la Quercus ilex, que han logrado prosperar en condiciones difíciles. También se han identificado otros factores clave, como el efecto de la fertilización por CO₂ atmosférico, el manejo forestal y los cambios en las políticas de conservación.

Sin embargo, el estudio señala que este crecimiento no ha sido uniforme en toda Andalucía. En zonas más áridas, como Almería, la respuesta de la vegetación ha sido más limitada. Como explicó la investigadora Cristina Acosta, esta tendencia hacia el reverdecimiento es el resultado de un promedio de toda Andalucía en el tiempo. En otras palabras, aunque el conjunto del territorio es más verde, algunas áreas siguen sufriendo las consecuencias del estrés hídrico.

Los puntos negros representan las 2.358 parcelas permanentes del Inventario Forestal Español en la región de Andalucía. Fuente: Ecological Indicators

Imágenes satelitales y monitoreo ambiental

El uso de imágenes satelitales ha sido fundamental para llevar a cabo este estudio. Los satélites Landsat de la NASA han permitido recopilar datos en distintas bandas del espectro electromagnético, incluidas aquellas que no son visibles al ojo humano. Esto ha facilitado la identificación de cambios sutiles en la vegetación a lo largo del tiempo.

Por otra parte, la teledetección es una herramienta esencial para el monitoreo de ecosistemas a gran escala. En palabras del estudio, permite una evaluación continua de la evolución de los bosques, la detección temprana de procesos de degradación y el análisis de su capacidad para actuar como sumideros de carbono. Todo esto convierte a las imágenes satelitales en una alternativa eficaz y económica frente al trabajo de campo tradicional.

Uno de los aspectos más relevantes es que esta metodología no solo permite estudiar la evolución de los bosques, sino también predecir tendencias futuras. Con la crisis climática en curso, contar con datos detallados sobre la respuesta de los ecosistemas puede ser clave para diseñar estrategias de conservación y mitigación.

Landsat 8. Fuente: Wikipedia

Impacto del cambio climático en los bosques andaluces

Aunque la masa forestal ha aumentado, el cambio climático sigue teniendo un impacto notable en la dinámica de los bosques andaluces. El estudio ha identificado modificaciones en el ciclo fenológico de diversas especies, es decir, en los períodos de crecimiento y desarrollo de los árboles.

En especies como el olivo y el eucalipto, la temporada de crecimiento se ha acortado en las últimas décadas. Este efecto es aún más drástico en el pino silvestre (Pinus sylvestris), una especie especialmente sensible a la escasez de lluvias. Su período de crecimiento se ha reducido notablemente como mecanismo de adaptación a las condiciones climáticas cambiantes.

Estos hallazgos reflejan cómo los bosques están respondiendo a un clima cada vez más extremo. Si bien algunas especies han logrado expandirse, otras están viendo comprometida su capacidad de crecimiento. Esto podría tener implicaciones a largo plazo en la estructura y composición de los ecosistemas andaluces.

Hojas de Pinus sylvestris. Fuente: Wikipedia

El papel de la gestión forestal en este proceso

Otro aspecto clave del estudio es el impacto de la gestión forestal y las políticas de conservación en la evolución de los bosques. Las decisiones humanas han influido de manera significativa en los cambios observados en la cobertura vegetal.

El abandono de tierras agrícolas ha favorecido la regeneración forestal en algunas zonas, pero también se han implementado medidas activas de conservación. La reforestación, la protección de espacios naturales y la reducción de la tala han contribuido al aumento de la masa forestal.

Sin embargo, es necesario evaluar si estas estrategias seguirán siendo efectivas en el futuro. A medida que el clima se vuelve más árido y las olas de calor son más frecuentes, algunas especies podrían enfrentar dificultades para sobrevivir. La gestión forestal deberá adaptarse a estos cambios, favoreciendo aquellas especies más resistentes y asegurando la conservación de los ecosistemas más vulnerables.

Referencias

  • Aurelio D. Herraiz et al. Aridity-induced phenological shifts and greening trends in Mediterranean forest species: Insights from 28 years of Landsat data in southern Spain, Ecological Indicators (2025). DOI: 10.1016/j.ecolind.2025.113115.

Cortesía de Muy Interesante



Dejanos un comentario: