¿Qué le pasa a Justin Bieber?: La predecible caída del cantante que pisó la bandera argentina y preocupa con su deterioro físico actual

Cuando comenzó su carrera, Justin Bieber subió rápidamente de cero a cien. Y es que, a los 13 años, luego de ser descubierto por Scooter Braun, el artista pasó de ser el hijo de una madre joven y soltera que apenas podía llegar a fin de mes a convertirse en la estrella más grande y prometedora de su generación. Sin embargo, el éxito no le duró el tiempo que todos esperaban y hoy su estado físico y su salud mental son temas que preocupan a sus fans.

Al mejor estilo Britney Spears, unas semanas atrás, Justin Bieber empezó a publicar una serie de fotos y videos en sus historias de Instagram que no tienen sentido alguno, en las que se lo ve en un estado preocupante, que alerta que volvió a caer en el consumo fuerte de drogas. Además, en cada publicación añade textos incoherentes que no llegan a ningún lado.

Por ejemplo, hace unos días, publicó de la nada una selfie en blanco y negro y escribió “El secreto de la vida es el perdón”. Sin dar respiro, publicó un carrusel de Instagram que incluía 13 videos diferentes y una foto con un filtro que lo dejaba irreconocible.

En los clips, hablando directo a cámara, aseguró que vivió en Alaska durante su adolescencia y que le gustaba ir a pescar. Luego, les afirmó que no tienen por qué preocuparse por él. Asimismo, habló de una manera muy extraña de cómo lo ayuda la religión.

“Dios. Nuestro hijo Jesús tiene un plan y lo hace todo por Gucci”, dijo, antes de aclarar: “Gucci es lo que queremos decir cuando queremos ser buenos”. Durante varios minutos, continuaron las frases sueltas sin sentido, dejando aún más en evidencia que Bieber necesita ayuda.

Todas estas publicaciones se sumaron a varias actitudes preocupantes que tuvo Justin en el último año, siendo una de las más relevantes su aparición en medio del público del festival Coachella. Allí, cientos de personas publicaron videos de él totalmente perdido por el consumo de sustancias. En ese mismo estado lo vieron en la calle y en eventos, acrecentando la preocupación.

Toda esta evidencia sobre las adicciones de Justin Bieber apareció poco tiempo después de que el cantante vendiera su discografía completa para salir de su estado de quiebra. De acuerdo con una investigación del sitio dedicado a la farándula TMZ, el artista obtuvo 200 millones de dólares gracias a esta cesión de derechos sobre sus canciones.

Según el mismo medio estadounidense, Bieber había llegado a acumular más de mil millones de dólares a lo largo de su carrera musical, pero perdió casi todo por una mala administración de los recursos. Todo esto escaló aún más tras la cancelación de su última gira, gracias a la que contrajo una importante deuda.

Días después, se anunció que Hailey Bieber, la esposa de Justin, le vendió Rhode, su marca de maquillajes, a E.L.F., uno de los gigantes de los cosméticos, por una suma millonaria. Esto sólo incrementó más en los fans la idea de que los problemas monetarios de la pareja son reales.

Si bien para muchos es una sorpresa ver a Justin Bieber en el estado en el que se encuentra actualmente, lo cierto es que hay varias perlitas en su historia que adelantaban que esto podía ocurrir. En nuestro país, una de las más recordadas es aquel concierto en River Plate en el que pisó la bandera nacional, para luego cancelar su show al día siguiente por una severa intoxicación.

A pesar de que entonces tenía tan sólo 19 años, en ese momento ya se hablaba de que el cantante tenía problemas con las sustancias. Si bien, luego de casarse, parecía que su acercamiento a la Iglesia lo había ayudado a superar las adicciones, este año demostró que todavía son un fantasma que lo persigue.

Lo llamativo de todo esto es que, hasta el momento, nadie del entorno íntimo de Justin Bieber salió a dar declaraciones respecto de su salud. Su esposa, a pesar de mostrarse constantemente en las redes sociales, se mantiene en silencio, y finge que nada de esto está pasando en internet. A los fans sólo les queda la opción de mandarle mensajes de apoyo a lo lejos, a la espera de que su red de contención lo ayude a salir adelante.