¿Qué le pasa realmente a tu cuerpo si dejas de tomar agua un día?


Todos sabemos que el agua es vital para vivir, pero pocas veces nos detenemos a pensar en lo que realmente pasa dentro de nuestro cuerpo cuando dejamos de tomarla, aunque sea por un solo día. Puede parecer inofensivo no beber agua durante unas horas o incluso durante todo un día si estamos ocupados, distraídos o simplemente no sentimos sed, pero lo cierto es que nuestro organismo comienza a resentirse mucho antes de lo que imaginamos.

El cuerpo humano está compuesto en gran parte por agua y cada célula, tejido y órgano depende de ella para funcionar correctamente, al dejar de consumirla, incluso por 24 horas, se desencadena una serie de reacciones que nos afectan tanto física como mentalmente.

Lo primero que suele notarse es una sensación general de fatiga o desgano, el cuerpo empieza a trabajar más para realizar tareas básicas, como regular la temperatura o transportar nutrientes, lo que nos hace sentir más lentos y menos enfocados.

La falta de hidratación también repercute en el cerebro. Puede ser difícil concentrarse, aparece un dolor de cabeza sordo y molesto, y se puede experimentar una especie de “niebla mental” que complica pensar con claridad. La boca se seca, hablar puede resultar incómodo y, en muchos casos, el aliento se vuelve más fuerte, ya que sin agua no se produce suficiente saliva para controlar las bacterias en la boca.

Otro signo evidente de deshidratación es el cambio en la orina, que se vuelve más oscura y escasa. Es una señal clara de que los riñones están tratando de conservar el poco líquido que queda en el cuerpo. También la piel puede verse afectada: se siente más tirante, se ve opaca y pierde parte de su elasticidad natural.

Aunque un solo día sin agua no suele causar consecuencias graves en una persona sana, el cuerpo empieza a enviar señales claras de que algo no está bien, y si además hace calor, haces ejercicio o estás enfermo, los efectos pueden ser más intensos e incluso peligrosos.

Tomar agua no es solo una recomendación, es una necesidad constante, y aunque muchas veces no nos demos cuenta, basta con un día sin ella para que el cuerpo comience a pedir ayuda.

MF

Cortesía de El Informador



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