¿Qué ocurre en nuestro cerebro cuando improvisamos? La ciencia observa la creatividad en tiempo real

Lejos de ser un acto impulsivo, improvisar exige una toma constante de decisiones en tiempo real. Un nuevo estudio con pianistas de jazz logró observar ese proceso en vivo, dentro del cerebro, mientras la música se estaba creando. Los investigadores vieron cómo distintas redes cerebrales se organizan y se reorganizan según cuánta libertad creativa tenga el músico. El resultado ofrece una de las miradas más claras hasta ahora sobre cómo funciona la creatividad humana cuando ocurre de verdad.

La creatividad siempre ha sido un reto para la ciencia. No es un botón que se encienda, sino un proceso que cambia constantemente. A diferencia de otras funciones mentales, no aparece de forma aislada ni sigue una secuencia fija. Surge mientras pensamos, decidimos, sentimos y actuamos al mismo tiempo.

Por eso, durante años, los estudios sobre creatividad se basaron en tareas artificiales: resolver acertijos, imaginar usos alternativos para objetos o completar pruebas breves. El problema es que esas tareas rara vez reflejan cómo creamos en la vida real. La creatividad cotidiana ocurre mientras hacemos cosas, no sentados pensando en abstracto.

Crear no es un impulso caótico, sino una toma continua de decisiones que reorganiza redes cerebrales.
Crear no es un impulso caótico, sino una toma continua de decisiones que reorganiza redes cerebrales. Representación con IA. Fuente: Sora / Edgary Rodríguez R.

La creatividad, un fenómeno difícil de atrapar

La música, y en especial el jazz, ofrece una oportunidad única. Improvisar combina reglas claras con libertad inmediata. Hay una estructura armónica que respetar, pero dentro de ella el músico decide qué tocar en cada instante, sin saber qué nota vendrá después.

Ese equilibrio convirtió al jazz en el escenario perfecto para este estudio. Los investigadores querían ver qué pasa en el cerebro cuando la creatividad no se piensa, sino que se ejecuta. Y para lograrlo, llevaron la improvisación a un lugar poco habitual: un escáner cerebral.

Jazz dentro de un escáner cerebral

El experimento reunió a 16 pianistas de jazz con amplia experiencia. Todos tocaron el mismo estándar, “Days of Wine and Roses”, pero de tres maneras distintas. Primero, interpretaron la melodía de memoria; luego, improvisaron manteniéndose cerca de esa melodía; y finalmente, improvisaron libremente sobre los acordes.

Mientras tocaban, sus cerebros eran observados con resonancia magnética funcional. Esto permitió registrar cómo distintas áreas cerebrales se comunicaban entre sí en tiempo real. No se trataba solo de ver “qué zonas se activan”, sino cómo se coordinaban como redes dinámicas.

Además de medir la actividad cerebral, los investigadores analizaron la música producida. Cada nota tocada se convirtió en datos: cantidad, variedad, previsibilidad. Así pudieron relacionar lo que el músico hacía con lo que su cerebro estaba organizando internamente.

El diseño fue clave porque comparó distintos niveles de libertad creativa. No toda improvisación es igual, y el estudio partió de esa idea básica. Improvisar con límites no es lo mismo que improvisar sin ellos, y el cerebro parece saberlo muy bien.

Protocolo experimental para el estudio de la creatividad musical. (A) Pianistas profesionales interpretaron e improvisaron el estándar de jazz Days of Wine and Roses dentro de un escáner de resonancia magnética funcional, utilizando un teclado compatible con MRI de 25 teclas, bajo cuatro condiciones: ejecución de memoria, lectura de partitura, improvisación basada en la melodía e improvisación libre. (B) Las improvisaciones fueron analizadas mediante un modelo probabilístico de predictibilidad tonal basado en Information Dynamics of Music (IDyOM), que permitió extraer características musicales como distribución de notas, clases de altura, intervalos y métricas de predictibilidad MIDI (entropía y contenido de información). (C) La actividad cerebral se examinó a través del análisis dinámico de señales BOLD para caracterizar la huella funcional de todo el cerebro durante la tarea musical. Créditos: Revista Creativity in Music: Experimental Protocol and Methods.
Protocolo experimental para el estudio de la creatividad musical. (A) Pianistas profesionales interpretaron e improvisaron el estándar de jazz Days of Wine and Roses dentro de un escáner de resonancia magnética funcional, utilizando un teclado compatible con MRI de 25 teclas, bajo cuatro condiciones: ejecución de memoria, lectura de partitura, improvisación basada en la melodía e improvisación libre. (B) Las improvisaciones fueron analizadas mediante un modelo probabilístico de predictibilidad tonal basado en Information Dynamics of Music (IDyOM), que permitió extraer características musicales como distribución de notas, clases de altura, intervalos y métricas de predictibilidad MIDI (entropía y contenido de información). (C) La actividad cerebral se examinó a través del análisis dinámico de señales BOLD para caracterizar la huella funcional de todo el cerebro durante la tarea musical. Créditos: Annals of the New York Academy of Sciences.

Más libertad musical, más sorpresa sonora

Cuanta más libertad tenía el músico, más notas tocaba. La improvisación libre produjo líneas más densas y variadas que tocar la melodía de memoria. También cambió la previsibilidad. Las improvisaciones fueron menos “anticipables” que la melodía conocida, y dentro de ellas, la improvisación libre fue la más impredecible de todas. En términos simples, había más sorpresa en cada compás.

Otro dato importante fue la diversidad. La música improvisada mostró mayor variedad de notas y combinaciones, lo que indica un uso más amplio del “vocabulario” musical del intérprete. No se repetían fórmulas de manera mecánica.

Estos cambios no son solo estéticos. Reflejan que el cerebro está explorando más opciones en menos tiempo. Y esa exploración, como mostró el estudio, tiene un correlato directo en la forma en que se organizan las redes cerebrales.

El cerebro cuando crea: redes que se reorganizan

Uno de los hallazgos más importantes fue que el cerebro no usa una sola “red creativa”. En cambio, alterna entre distintos estados según lo que está haciendo el músico. Los científicos identificaron varios patrones recurrentes de actividad cerebral.

Al tocar música, incluso sin improvisar, apareció con fuerza un sistema ligado al placer y la recompensa. Tocar música activa circuitos asociados al disfrute, algo que explica por qué tocar puede resultar tan motivador.

Cuando los músicos improvisaban, se activaba especialmente un conjunto de áreas relacionadas con el oído, el movimiento y la atención. Este “modo improvisación” conecta lo que se escucha con lo que se ejecuta al instante. Es el cerebro reaccionando en tiempo real a lo que acaba de sonar.

En la improvisación más libre ocurrió algo interesante. Algunas redes asociadas a la reflexión y el control aparecían menos, no más. Esto sugiere que, en ciertos momentos creativos, pensar demasiado puede estorbar, y el cerebro prioriza la acción fluida sobre la evaluación constante.

A mayor libertad creativa, mayor complejidad, diversidad e imprevisibilidad en la música producida.
A mayor libertad creativa, mayor complejidad, diversidad e imprevisibilidad en la música producida. Fuente: iStock (composición).

Qué nos dice esto sobre la creatividad humana

La creatividad no depende de una sola zona del cerebro, sino de su capacidad para reorganizarse. Crear es cambiar de modo mental según lo que la situación exige.

También muestra que la creatividad no siempre implica más control. En contextos muy libres, el cerebro puede “soltar” parte del control consciente para permitir respuestas más rápidas y flexibles. Eso no significa caos, sino eficiencia.

Los resultados ayudan a entender por qué muchas personas describen la creatividad como un estado especial. No es solo una sensación: el cerebro realmente funciona de otra manera. Cambia el equilibrio entre atención, acción, emoción y decisión.

Aunque el estudio se centró en músicos, sus implicaciones van más allá. La improvisación musical se convierte aquí en una ventana para entender cómo creamos todos, desde escribir hasta resolver problemas complejos en el día a día.

Referencias

  • Da Mota, P. A., Fernandes, H. M., Lourenço Queiroga, A. T., Stark, E., Vohryzek, J., Cabral, J., … & Vuust, P. (2025). Creativity in Music: The Brain Dynamics of Jazz Improvisation. Annals of the New York Academy of Sciences. doi: 10.1111/nyas.70042

Cortesía de Muy Interesante



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