
- Autor, Steve Rosenberg
- Título del autor, Editor de Rusia, BBC News
- Informa desde Tver
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Al entrar en Tver en el auto, lo primero que veo son imágenes de soldados.
Están por todas partes. En vallas publicitarias, en las paredes de los edificios, en las paradas de autobús. Sus retratos van acompañados con la inscripción “Héroe de Rusia”.
Cargan fusiles Kalashnikov y le hacen un llamado al público a “Amar, estar orgulloso y defender” a Rusia.
En otras palabras, animan a que la población se enliste y vaya a luchar a Ucrania.
Tres años después de la invasión a gran escala de su vecino, Rusia está buscando nuevos reclutas.
A pesar de todas las imágenes militares que rodean la ciudad, si vives en Tver es posible de que estés convencido de que la vida en Rusia es normal y continúa como si nada.
La línea del frente de la guerra está a cientos de kilómetros de distancia.
“Mira a tu alrededor”, me dice Mijail, un profesor local.
“Los autos van y vienen y todas las tiendas están abiertas. No caen bombas, no hay pánico, no oímos ninguna sirena. No corremos a ningún punto de evacuación”.
Para muchos rusos, la invasión de Ucrania –lo que el Kremlin todavía llama una “operación militar especial”– es algo que sólo ven en las pantallas de sus televisores.
Pero para personas como Anna, es mucho más real.
“Conozco a mucha gente que se fue a combatir”, me cuenta Anna mientras charlamos en la calle.
“Algunos nunca regresaron. Espero que [la guerra] termine lo antes posible”.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, asegura que ese también es su deseo.
Sin invitar a Ucrania a la mesa de negociaciones, su administración ya ha iniciado conversaciones directas con los líderes rusos para ponerle fin al conflicto.
Pero, ¿qué piensan los rusos del presidente estadounidense y sus intenciones de acercarse a Moscú?
“Trump es una caja de sorpresas”, afirma Anna. “No sé qué esperar de él”.
“Queremos la capitulación total de Ucrania”
Algunas de las personas con las que hablo en Tver repiten la narrativa oficial que han estado escuchando durante los últimos tres años en la televisión estatal: que su país no es el agresor, que Rusia está defendiendo a los rusos y a los rusoparlantes en Ucrania y liberando, no ocupando, territorio.
Esto no significa que la sociedad rusa en su conjunto acepte esta realidad alternativa.
“En una sociedad la gente siempre prefiere estar en la corriente principal”, opina Andrei Kolesnikov, columnista de newtimes.ru y Novaya Gazeta.
“Si la cultura popular es estar a favor de la guerra y la televisión dice que estamos en guerra con Occidente, el ciudadano promedio pensará que es así”, prosigue.
“Es más fácil no pensar en los detalles. Si quieres vivir en paz, ¿por qué no unirte a lo que piensa mayoría?”.
Kolesnikov añade que es lo que algunos investigadores denominan “la posición fetal”.
“Cuando te defiendes de un mundo inexplicable es como si fueras un bebé. Te dices: ‘No puedo explicarme a mí mismo lo que está pasando, así que te creo. Puedes alimentarme con tus palabras y lo voy a aceptar’. Es típico de todas las sociedades que son un poco autoritarias y un poco totalitarias”.
Larissa y su marido Valery aceptan la línea oficial.
“Estamos todos a favor de la operación militar especial”, me cuenta Larissa. “¡Estamos dispuestos a ofrecernos como voluntarios e ir allí nosotros mismos!”
Aunque claramente todavía no lo han hecho.
“Esperamos que Rusia salga victoriosa. Queremos la capitulación total de Ucrania”.
“Tenemos libertad de expresión”
La policía aparece. Recibieron una llamada en la que les informaban de que en Tver andaban “personas sospechosas con una cámara”.
Se referían a nosotros.

Son respetuosos, pero quieren saber por qué estamos aquí.
Le toman una declaración a nuestro chofer. Revisan nuestro vehículo. Me piden una explicación oficial de nuestra visita.
Les explico que estamos reporteando sobre el estado de ánimo de los rusos fuera de Moscú. Les mostramos nuestros documentos, que están en regla.
Mientras estábamos hablando con los agentes, un equipo de cámaras de la televisión estatal rusa aparece y comienza a filmarnos.
“Estábamos de paso”, lanza el reportero, “vimos a la policía y te reconocimos. ¿Puedes contarnos qué está pasando?”
—”No lo sé” —respondo—. “¿Quizás puedas decírnoslo tú?”.
“¿Qué has estado filmando?”.
“Hemos estado hablando con gente en la calle”, le explico. “Creo que se nos permite hacerlo”.
“Sí, en nuestro país tenemos libertad de expresión”, responde el periodista.
“¿Quizás la policía sólo quiere ayudarte? Es desagradable oír a la televisión occidental difundir noticias falsas de que en Rusia no hay libertad de expresión. Hablas con la gente libremente y nadie te impide hacerlo”.
“Aparte de ti”, señalo, “y de los policías que están junto a nuestro coche”.

El incidente, que duró aproximadamente una hora, no es algo que nos cayó completamente por sorpresa.
Tres años de guerra han alimentado las sospechas sobre Occidente dentro de Rusia. Los primeros signos de un deshielo en las relaciones entre Estados Unidos y Rusia aún no han cambiado esa situación.
Hablando con la gente de Tver, queda claro que los rusos esperan que el fin de los combates traiga consigo un alivio económico.
“Los precios de las cosas que más necesito están muy altos”, dice Yulia mientras mece a su bebé para que se duerma en un cochecito.
“Como el precio de las papas y las cebollas. Realmente lo siento [el peso económico]”.
Pero el profesor Mijail no cree que Donald Trump tenga ninguna estrategia para garantizar la paz.
“Lamentablemente, Trump no tiene ningún plan”, opina Mijail.
“Él improvisa. No sabe lo que va a hacer. Mis simpatías están con él. Me alegro de que haya ganado. Pero en este episodio, todos estamos en la oscuridad, como también lo está Trump”.

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Cortesía de BBC Noticias
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