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- Autor, Redacción
- Título del autor, BBC News Mundo
España y otras partes de Europa están atravesando esta semana por una extensa ola de calor que ha estado acompañada por incendios forestales, algunos de gran magnitud.
La Agencia Estatal de Meteorología de España (Aemet) había emitido para este martes un aviso rojo de peligro extremo para la provincia de Sevilla, así como para partes de la provincia de Córdoba, ambas en el sur del país, porque se preveía que podían registrar temperaturas de hasta 44 °C.
Además advirtieron las altas temperaturas se mantendrán hasta inicios de la semana próxima y que en muchas partes del país podrían ubicarse entre 40 °C y 42 °C.
La ola de calor en España se ha visto particularmente agravada por la ocurrencia de numerosos incendios forestales en distintas provincias. En algunos de estos como el ocurrido en la localidad de Tres Cantos, a las afueras de Madrid, los equipos de bomberos han enfrentado grandes dificultades para extinguir el fuego debido a los vientos y el clima seco.
Según José Luis Camacho, portavoz de la Aemet, un fenómeno meteorológico ha estado contribuyendo en España a la generación de estos incendios: las tormentas secas.
Tales fenómenos “hacen que el fuego se origine en poco tiempo, se propague rápido por el viento y, si el lugar es inaccesible, que los medios de extinción tarden en llegar”, dijo Camacho este martes a la agencia Europa Press.
El funcionario advirtió que esta semana las condiciones del tiempo se están conjugando para que se produzcan tormentas secas en algunos puntos de España, aunque también se espera que algunas húmedas ofrezcan alivio.
¿Pero qué son tales tormentas secas y por qué contribuyen a los incendios?

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Caen rayos, pero no llueve
Quizás alguna vez en una tarde de verano has escuchado el resonar de los truenos, pero no ves que caiga lluvia. Eso podría tratarse de una tormenta seca.
En ese fenómeno se generan condiciones atmosféricas para que se produzca la precipitación de lluvia, como en cualquier tormenta, pero debido a que el aire debajo de las nubes está muy caliente o seco, la lluvia se evapora antes de llegar al suelo.
Sin embargo, si hay condiciones de tormenta eléctrica, los rayos sí pueden alcanzar la superficie. Y cuando la vegetación en el suelo está seca, y la escasa o nula lluvia no la humedece, la caída de rayos puede iniciar incendios, explica la meteoróloga de la BBC Helen Willetts.
En regiones donde las condiciones del tiempo han generado un ambiente muy seco, como ha ocurrido este verano en España, una lluvia ligera no puede contrarrestar la propagación de incendios.
“Si el clima ha sido cálido y seco durante un período prolongado, se requiere una mayor cantidad de lluvia para humedecer el lecho combustible y reducir las posibilidades de ignición por rayos”, explica la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de EE.UU.

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Se consideran secos los relámpagos que caen cuando hay menos de 2,5 mm de lluvia. (Un milímetro de lluvia equivale a un litro por metro cuadrado).
En un estudio publicado en 2022, científicos identificaron las siguientes condiciones necesarias para que produzcan relámpagos secos:
- Altas temperaturas en la superficie a nivel del terreno.
- Sequedad en la troposfera baja.
- Humedad e inestabilidad en la troposfera media
Dmitri Kalashnikov, investigador de la Universidad Estatal de Washington en el noroeste de Estados Unidos y autor principal de ese estudio, señaló que debido a las igniciones múltiples, los incendios por rayos secos son difíciles de controlar.
“Contrasta eso con un incendio causado por humanos”, afirmó Kalashnikov. “Ese tipo de incendio, sea provocado o accidental, se limita a una localidad y por lo general ocurre en sitios cercanos a los que es más fácil acceder”.
En cambio, las tormentas secas pueden producir incendios en cualquier parte, incluidas zonas remotas o de difícil acceso para los equipos de combate al fuego.
Estas condiciones son las que se han registrado en España y que han provocado la propagación de incendios forestales.

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Rayos y truenos
Las tormentas comunes, que implican la precipitación de agua al suelo, se producen cuando el aire es muy inestable o volátil.
Son el resultado de un rápido ascenso del aire, algo parecido al vapor que se eleva de una taza de té caliente, explica Willetts . Pero una vez que el aire se enfría, se condensa y forma nubes oscuras y densas llamadas cumulonimbus.
El aire ascendente sigue alimentando estas tormentas mientras comienzan a retumbar. Es la forma que tiene la naturaleza de reequilibrar la energía en la atmósfera.
Dentro de las tormentas eléctricas, el aire cálido y húmedo se mueve rápidamente hacia arriba y hacia abajo, y las corrientes ascendentes empujan el aire por encima del nivel de congelación, por lo que las gotas de agua del aire se convierten en hielo o granizo.
Así, dentro de las nubes de tormenta hay una mezcla de hielo y agua, que se rozan entre sí y transfieren cargas eléctricas. Esto provoca una acumulación de carga eléctrica y, cuando esta alcanza una magnitud suficiente, se libera en forma de relámpago.
Cuando se produce un rayo, explica Willetts, este es capaz de calentar el aire hasta alcanzar unos 30.000 °C.
El aire se calienta tan rápidamente que se expande de repente creando una onda de choque, una enorme vibración en el aire.
Eso es lo que oímos como un trueno.

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Cortesía de BBC Noticias
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