¿Qué verás en la experiencia inmersiva Tim Burton: El Laberinto?

Aquí no hay un recorrido predecible. Hay puertas. Una, dos, tres… a veces cuatro. Algunas visibles, otras escondidas. Y una regla: una vez que eliges, no hay regreso. Como si entraras a la mente de Tim Burton, en este laberinto —instalado por primera vez fuera de Europa en la Ciudad de México— el orden no está dado: lo construyes tú. Aquí te contamos cómo es Tim Burton: El Laberinto en CDMX.

“Fue maravilloso pensar en una experiencia donde las personas puedan viajar por distintas sagas, y que cada quien decida cómo vivirla”, explicó Felype de Lima, director creativo de la experiencia.

Una sala puede tener dos puertas: si eliges la segunda, pierdes la oportunidad de pasar por la primera. Así funciona la lógica de este universo: lo que dejas atrás, desaparece. ¿Mágico no? Como sus películas.

Y sin embargo, lo esencial siempre aparece. Las salas fundamentales están aseguradas, porque Tim Burton: El Laberinto es una experiencia inmersiva que mezcla arte, cine, memoria y juego. Aquí no solo se muestran personajes, sino obsesiones.

En Tim Burton: El Laberinto entras a la cabeza del director

El recorrido incluye más de 200 obras originales del propio Tim Burton: dibujos, bocetos, pinturas, páginas arrancadas de sus diarios visuales. Todas las piezas que vas a ver son originales, porque él está dibujando todo el tiempo y no todos los personajes que imagina terminan en una película. Esta es la única forma de conocer los mundos que no llegaron al cine.

Algunas de esas piezas fueron rechazadas por estudios grandes, pero aquí tienen un lugar privilegiado. Otras han sido animadas por primera vez exclusivamente para esta exposición. “Ver los dibujos desde su libreta es una joya absoluta que tienes que experimentar”, dijeron los organizadores.

Escoge una puerta, juega y no mires atrás. ¡Muy a la Tim Burton!

En El Laberinto, cada decisión importa. Hay más de 300 combinaciones posibles. El visitante diseña su propio camino. Y como cualquier mundo burtoniano, las reglas del juego están claras: no se puede retroceder, solo avanzar; algunas puertas son trampas; otras, salidas de emergencia. Solo las numeradas te llevan a nuevos universos.

“Lo importante es jugar como niños. Decidir, explorar, equivocarse. Hablar con quienes te acompañan. Discutir cuál es la próxima puerta. Esto no es una exposición tradicional. Es como estar dentro de una película”, afirmó Felype.

Y lo es. Cada sala está diseñada como un set de filmación: sonido, iluminación, escenografía, proyecciones. Todo pensado para envolverte. El equipo detrás trabajó durante meses al lado de Burton.

“Hicimos toda la curaduría y el diseño de la exposición pensando en el espectador, intentando escoger lo mejor de lo mejor. Todo ha sido aprobado por Tim. Esta es su visión”, contó.

50 esculturas, 40 años de carrera y un bebé de Beetlejuice 2

Además de las piezas gráficas, Labyrinth alberga más de 50 esculturas a escala real de personajes icónicos como La Reina de Corazones, Emily (la novia cadáver), Sparky, Frankenweenie, Beetlejuice, Sweeney Todd, Charlie, y por supuesto, El Joven Manos de Tijera.

“La escultura de Johnny Depp fue especialmente difícil. Tuvimos que hacer un estudio anatómico de su cuerpo y rostro por épocas, porque no se ve igual en Eduardo Manos de Tijera que en El Sombrerero. Analizamos las películas fotograma por fotograma. Nada se inventa: cada herida, cada cicatriz, cada botón es idéntico”, detalló el director creativo.

Todo este proceso tomó casi un año y pasó por autorizaciones de varias productoras. Y como primicia exclusiva, la sala dedicada a Beetlejuice 2 incluye arte original y una escultura inédita: el bebé de Beetlejuice.

La mente detrás de todo: Tim Burton

¿Y Tim Burton ya lo vio? Claro que sí. Estuvo aquí un día antes de la apertura. Caminó por las salas, saludó a sus personajes, se tomó selfies con sus criaturas a escala real. “Él dice que es la mejor exposición del mundo, porque es un juego. Ama México. Le hace sentido. Porque al igual que su arte, la cultura mexicana también abraza la muerte, el color, la transformación”, sostuvo Felype.

Por eso, esta experiencia no es para mirar de lejos. Es para perderse. Para elegir, para jugar, para volver si quieres, porque sí, puedes repetir la visita. Pero nunca será igual.

Cada quien lleva un personaje de Tim Burton en el corazón.

Cortesía de Chilango