
La periodista Vicky Dávila ha trabajado durante 33 años en diversos medios colombianos. El sábado charló con El Economista sobre su intención de competir en las elecciones presidenciales de 2026.
—Una periodista prestigiosa como lo es usted, ¿por qué querría ser presidenta de Colombia?
Porque vamos a perder a Colombia. Es la única razón. Estamos en un riesgo enorme de perder la democracia, la libertad del orden y las instituciones.
—El 7 de junio ocurrió el atentado contra el precandidato Miguel Uribe, pocos días después le llamó por teléfono el Ministro del Interior para avisarle de la existencia de un plan para asesinarla. ¿Tiene miedo?
Si uno se deja tomar del miedo, se paraliza. Yo tomo esas amenazas con responsabilidad, tomando las decisiones que hay que tomar alrededor de la seguridad para garantizar que no nos pase nada a mi familia y a mí, pero no tengo miedo.
—Usted comentó que la retórica de odio que usa el presidente Gustavo Petro creó un ambiente propicio para que ocurriera un magnicidio como el de Miguel Uribe.
Petro es el responsable político del atentado contra Miguel Uribe. Él ha tratado de arrinconar y hostigar a la oposición.
—En 2023 Nicolás Petro, hijo del presidente, reconoció que el narcotráfico aportó dinero a la campaña de su padre. ¿Teme que esto pueda pasar también rumbo a las próximas elecciones presidenciales?
Yo denuncié el caso, junto a mi equipo de periodistas, cuando era directora de Semana. Hoy el hijo del presidente está en juicio, pero han utilizado todas las triquiñuelas, y el juicio no ha comenzado. El narcotráfico siempre va a querer penetrar las campañas. Lo que tiene que haber una posición irrestricta de decencia y honorabilidad a toda prueba para que eso no suceda. Los colombianos saben de mi honorabilidad a toda prueba y jamás permitiría que la corrupción, el delito, la plata sucia, podrida llegara a mi campaña. Prefiero perder, pero seguir siendo honorable.
—¿Cómo sería su política exterior?
Con diplomacia, respeto y seriedad. Vamos a trabajar con Estados Unidos. Va a regresar Israel el 7 de agosto del 26, vamos a trabajar con el Reino Unido, con los países amigos. Vamos a respetar a los distintos gobiernos. Vamos a trabajar con el presidente Trump. Lo vamos a hacer combatiendo el narcotráfico juntos; el crimen organizado juntos. Petro es un irresponsable redomado.
—¿Cómo se imagina que sería la relación con México?
Será una relación respetuosa con México. Uno escoge siempre a sus mejores amigos, pero no quiere decir que los demás sean enemigos. Hay que tener una buena relación. Los cárteles mexicanos están en mi país. Y Colombia se convirtió, en este gobierno, en la despensa, en los proveedores de la cocaína y de la coca para los cárteles mexicanos.
—¿Usted teme que la relación entre Petro y Maduro perjudique a Colombia?
Petro no tiene principios, no tiene valores. Él tiene un plan; no da puntada sin dedal. No está solo, ahí está Cuba, Venezuela, Nicaragua, China, Irán. ¿Por qué cree que Petro nunca fue capaz de condenar los ataques terroristas de Hamás donde más de 1,200 murieron en Israel? Él está de lado de Hamás, porque él nació en un grupo terrorista.
—¿Cómo han respondido los empresarios ante la política económica de Petro?
La clase empresarial tiene un reto inmenso de ser más valiente, porque necesitamos a los empresarios para dar esta lucha, y finalmente ganar las elecciones.
—Es decir, no han sido críticos al gobierno.
No es que no sean críticos, es que hay muchas amenazas a sus intereses. Amenazas físicas a sus intereses.
—¿Cómo describiría a la política económica de Petro?
Petro tiene un resentimiento ideológico en el cual su propósito es luchar por una supuesta igualdad donde todos seamos pobres. Esa es la ideología del comunismo y socialismo. Petro es un engendro ideológico del socialismo y del comunismo. Tiene, en ese engendro, un mandato ideologizado de acabar con la empresa privada, de estatizar todo, de acabar con las fuerzas armadas, de dañar la economía. De expandir el odio.
—Ha mostrado preocupación por las elecciones del próximo año.
Aprovecho para decirles a los países en el mundo que nos ayuden a que no perdamos nuestra democracia. Que nos ayuden a vigilar esas elecciones libres y democráticas, no queremos perder a nuestro país. Nos quedan 10 meses por el todo o nada; para rescatar o perder a Colombia.
Cortesía de El Economista
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