
El secretario de Economía, Marcelo Ebrard, proyecta resolver las preocupaciones estadounidenses sobre barreras no arancelarias de México antes de iniciar la revisión formal del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
Sobre estos cuestionamientos, dijo que lo pertinente “es precisarlos, resolverlos o aclararlos antes de iniciar la revisión del Tratado. Es decir, en buena medida, muchos de estos puntos nos van a ayudar después, si los resolvemos o llegamos a un acuerdo para la revisión del Tratado”.
El 31 de julio pasado, la presidenta Claudia Sheinbaum y su homólogo estadounidense, Donald Trump, pactaron una pausa de 90 días para frenar el aumento de 25 a 30% el arancel a las importaciones estadounidenses de productos mexicanos que no cumplen con las normas del T-MEC.
De acuerdo con Trump, México acordó poner fin inmediatamente a sus barreras comerciales no arancelarias. “Hablaremos con México durante los próximos 90 días con el objetivo de firmar un acuerdo comercial en algún momento dentro del período de 90 días”, dijo entonces Trump.
Hasta ahora, ninguno de los dos gobiernos ha especificado a qué barreras no comerciales se refiere Trump, aunque la Representación Comercial de la Casa Blanca (USTR) publica reportes anuales sobre este asunto en forma desglosada por decenas de socios comerciales, incluido México.
En el Programa Por la Mañana, de Ciro Gómez Leyva, Ebrard dijo el viernes que se trata de “cincuenta y tantas” barreras comerciales no relacionadas con aranceles, sobre las que catalogó, a manera de ejemplo, como preocupaciones sobre los nuevos órganos reguladores como la comisión antimonopolio, las acciones de combate a la propiedad intelectual y la duración de los procedimientos.
Ebrard agregó que México tiene también una lista de peticiones en materia de comercio exterior, tanto arancelarias como no arancelarias.
Las aduanas estadounidenses aplican actualmente tarifas de 35% a Canadá y 25% a México a los productos que no cumplen con el T-MEC para presionar una mayor cooperación en materia de fentanilo y migración; de 25% a los vehículos ligeros a ambos países (excluyendo el contenido estadounidense) y de 50% al acero, aluminio y cobre también a las dos naciones.
“Vamos a tratar de resolverlos o aclararlos de aquí al término de los 90 días que acordó la presidenta Claudia Sheinbaum con el presidente (Trump)”, dijo Ebrard.
El T-MEC entró en vigor el 1 de julio de 2020 con una vigencia inicial de 16 años, hasta 2036. Cada seis años se revisa. Si no hay consenso, el tratado sigue activo, pero expirará automáticamente en 2036 si no se renueva.
“No lo han presentado como una exigencia, no lo están manejando en ese sentido. Te dicen: ‘Son mis preocupaciones y aprovechemos estos 90 días para tratar de resolverlas’.
“Y hemos ido avanzando bastante bien, entonces creo que podemos llegar a un buen punto de acercamiento donde no sean esas 50 o 50 y tantas preocupaciones un elemento que nos perturbe la revisión del Tratado”, indicó Ebrard.
Inician consultas en octubre
El funcionario expuso que México y Estados Unidos iniciarán consultas rumbo a la revisión del T-MEC en octubre, noviembre y algunos días de diciembre. El objetivo: “Para tener lista la evaluación de cada país y sector por sector de cómo nos fue con el T-MEC y qué cosas se proponen que se revisen, para eso son las consultas”.
Una última de sus aclaraciones: “No quiere decir que se esté adelantando. Tiene que ser en octubre, noviembre y diciembre, y a partir de los primeros días de enero se inicia formalmente ya la revisión del acuerdo” para concluirse el primero de julio de 2026.
Al respecto, Kenneth Smith, especialista en comercio internacional y socio de AGON, cuestionó el mismo viernes que la Administración del Presidente Trump no haya reconocido con hechos los esfuerzos de México, retirando los aranceles relacionados con migración y seguridad.
“Me preocupa que la intención de Estados Unidos sea seguir obteniendo concesiones de México (…) Que lleguemos a la revisión del T-MEC con los tres bloques de aranceles encima (migración/fentanilo; automotriz; y acero y aluminio) más los aranceles adicionales que Trump piensa imponer en semiconductores, camiones, turbinas, cobre, etc.”, dijo en un mensaje en X.
De ser así, agregó, Estados Unidos podría argumentar que en la revisión del T-MEC el punto de partida para la discusión sobre el futuro del Tratado no es el libre comercio, sino los aranceles que están en vigor y pretender que sean permanentes.
“México jamás debería aceptar aranceles permanentes (o “base” como les llama Trump), sino insistir en que la solución para que Norteamérica pueda competir exitosamente con China es preservar el libre comercio a través del T-MEC”, concluyó.
Cortesía de El Economista
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