¿Quién ayuda a la Presidenta?


En su tercera aparición en menos de dos meses, los productores de maíz que exigen al menos 7 mil 200 pesos por cada tonelada del grano, y en algunas regiones la exigencia se elevó a 9 mil pesos, cumplieron su amenaza de bloquear aduanas y desde el lunes mantienen protestas y cierres carreteros en un mayor número de zonas del país.

La situación se agravó por el acuerdo con transportistas que iniciaron también el lunes un paro nacional, para protestar por la crisis de inseguridad y violencia que viven en gran parte de las carreteras de México, en las que son constantemente extorsionados y asaltados sin que las autoridades federales, pero tampoco estatales o municipales, hagan algo por detener a los delincuentes. Los empresarios del autotransporte, pero igual los que conducen su propio tráiler, lamentan que además de los robos, son cada vez más los asesinatos que se cometen en contra los operadores, lo que ha provocado una gran falta de choferes que ya no quieren conducir en los caminos del país por el alto riesgo que representa.

Sumadas estas dos protestas, la Presidenta Claudia Sheinbaum y su Gobierno enfrentan un bloqueo nacional de carreteras de dimensiones no vistas en la historia reciente, y que tiene semiparalizado al país.

Lo preocupante es que la Presidenta no termina de salir de la crisis política que le significaron las manifestaciones del movimiento de El Sombrero ligado al asesinato del presidente municipal Carlos Manzo en Uruapan, y de la Generación Z, por el pésimo manejo y gestión que le dieron a esa emergencia desde el oficialismo, y que pese a todo el costo y desgaste político que les ha generado, no parecieron aprender la lección y están repitiendo los mismos errores con transportistas y agricultores.

Ayer martes en su mañanera, Sheinbaum tuvo que salir a decir que se había “malentendido” a su secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, quien trató de descalificar a los manifestantes por asegurar que estaban ligados al PRI, al PAN y hasta al desaparecido PRD, y a aclarar que no tenían carpetas de investigación abiertas contra ellos, como dijo la titular de Segob. 

La legitimidad de las demandas de los transportistas y de los productores de maíz, obligan a los operadores políticos de la Presidenta a cambiar sus estrategias fallidas de descalificación, y a escuchar las demandas de los quejosos, y en toda su complejidad, buscar caminos de solución, para que empiecen a ayudar de verdad a su jefa, que parece estar sola ante tanto embate. 

No tener quién aparezca de forma pertinente y atinada para que no sea ella la que tenga que encarar todos los reclamos, la hace aparecer como una Presidenta fuerte por los niveles de aceptación que aún mantiene, pero con un gobierno débil al que se le vienen acumulando los problemas.

Cortesía de El Informador



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