Fuente de la imagen, Policía Nacional de Colombia
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- Autor, Redacción
- Título del autor, BBC News Mundo
Mientras Colombia está en luto por la muerte el lunes 11 de agosto del senador Miguel Uribe Turbay, baleado en un acto público en Bogotá en junio, la investigación sobre el motivo del crimen sigue su curso.
Elder José Arteaga Hernández, alias Chipi o Costeño, permanece como uno de los principales sospechosos según las autoridades.
A fines de junio, Arteaga Hernández fue identificado como el líder de una célula criminal contratada para ejecutar el atentado contra el político. Su arresto fue confirmado días después.
Según la Fiscalía General, Chipi se encargó presuntamente de reclutar a los involucrados en el atentado y realizar la planeación del crimen por encargo.
Hasta el momento seis personas fueron detenidas, incluido un adolescente de 15 años, principal sospechoso de ser el autor material de los disparos que finalmente apagaron la vida de Uribe Turbay.
Otros detenidos son Katerine Andrea Martínez, alias Gabriela, una joven de 19 años que habría proporcionado el arma al adolescente; William Fernando González Cruz, alias El Viejo o El Hermano, quien fue otro de los cabecillas logísticos del ataque; Carlos Eduardo Mora González, un colombo-venezolano identificado como conductor de uno de los vehículos usados en el escape de los implicados y Cristian Camilo González Ardila, de quien la Fiscalía dice que se encagaría de garantizar la huida del perpetrados.
Chipi, de un “outsourcing criminal”
Según el avance de las investigaciones revelado por el general Triana, el atentado estuvo cuidadosamente planeado, con Chipi como cabeza de la operación, “un delincuente con más de 20 años de historial delictivo, quien sería el principal coordinador de la acción criminal, desde su planeación hasta su ejecución”, señaló el alto mando.
Tras su captura, el ministro de Defensa colombiano, Pedro Sánchez, indicó que ‘el Costeño’ fue quien coordinó los detalles logísticos y operativos del atentado.
“Este criminal, que habría recibido hasta 1.000 millones de pesos para articular la red de sicarios y coordinar cada detalle del ataque, ya está en manos de la justicia”, afirmó Sánchez.
El sospechoso ya era conocido desde la década de 2000 por delitos como lesiones, robos, extorsión y violencia en la zona de Bogotá. Estuvo encarcelado en la prisión La Modelo, donde conoció en 2002 a William González, El Hermano.

Fuente de la imagen, Getty Images
“La investigación indica que [el atentado] no es fortuito. Es algo planeado, de personas que se reúnen, se concentran, y planean la afectación a la integridad del senador. Y eso implica que hay alguien detrás de todo eso”, dijo Triana en entrevista con la revista Semana.
Aunque no se ha identificado al autor intelectual, el general aseguró en junio que el grupo encabezado por Chipi fue contratado como “outsourcing criminal”, es decir, un grupo delincuencial que realiza operaciones a sueldo.
“[Chipi] Es una persona líder, tiene una capacidad criminal señalada que implica que estuvo en la cárcel. Organiza un trabajo criminal, da instrucciones a un grupo de personas, entre ocho y 10 personas”, aseguró Triana a Semana.
El funcionario señaló que, como en otros casos de la delincuencia de Colombia, la célula delictiva de Chipi se aprovechó de que el adolescente detenido viene de un contexto de conflictos familiares y fue “instrumentalizado” para realizar el ataque.
Los otros involucrados participaron en las labores de planeación y movimientos antes, durante y después del atentado.
Los motivos del crimen aún no han sido esclarecidos.

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Cortesía de BBC Noticias
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