El Gobierno de Cuba anunció la liberación de 553 presos como respuesta al reciente gesto diplomático del presidente saliente de Estados Unidos, Joe Biden, de retirar a la isla de la lista de países patrocinadores del terrorismo.
La medida, comunicada por el presidente cubano Miguel Díaz-Canel en una carta al papa Francisco, busca aliviar las tensiones internacionales y, al mismo tiempo, responder a la presión interna e internacional por los derechos humanos en la isla.
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Entre los liberados se encuentran, según autoridades estadounidenses, defensores de derechos humanos y manifestantes detenidos durante las históricas protestas del 11 de julio de 2021. Estas movilizaciones fueron un punto de quiebre para el régimen, con miles de ciudadanos exigiendo libertad, mejoras económicas y el fin de las restricciones gubernamentales. La respuesta del Gobierno fue contundente: más de 1.000 personas fueron arrestadas, según organizaciones de derechos humanos, muchas de ellas condenadas a penas que van hasta los 25 años.
Las protestas en Cuba del 2021
Las protestas se realizaron en una fecha de relevancia histórica para el país y convirtieron en un símbolo de resistencia, con ciudadanos reclamando, entre otras cosas, acceso a medicamentos, alimentos y derechos básicos. “Ellos nunca debieron estar presos. Su único ‘delito’ fue alzar la voz por una vida digna”, afirmó una de las madres de los presos, que se han reunido en las plazas públicas para pedir que el proceso de liberación sí se lleve a cabo.
Mientras las familias de los detenidos esperan noticias concretas, el futuro político de Cuba y sus relaciones con Estados Unidos aún se mantiene bajo gran incertidumbre.
La liberación se realizará de forma escalonada y con el respaldo del Vaticano, que ha actuado como mediador en este proceso. Según un alto cargo estadounidense, los primeros presos podrían salir de las cárceles antes del 20 de enero, fecha en la que Donald Trump asumirá la presidencia.
Aunque el Gobierno de Díaz Canel no ha detallado los nombres ni las condiciones específicas de los liberados, se espera que entre la mayoría de liberados estén personas encarceladas por su participación en el 11 de julio.
La decisión de Biden de retirar a Cuba de la lista negra fue descrita como un “gesto de buena voluntad” y estuvo acompañada de la suspensión de sanciones relacionadas con la ley Helms-Burton (que mantiene el embargo a Cuba) y restricciones financieras impuestas por la administración Trump. Sin embargo, esta medida ha generado reacciones mixtas.
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El canciller cubano, Bruno Rodríguez, expresó su emoción por la medida, pero subrayó que espera más cambios, pues el embargo económico persiste, lo que afecta gravemente a la economía de la isla.
Por su parte, sectores críticos en Estados Unidos, como el futuro secretario de Estado, Marco Rubio, han cuestionado la decisión y anticipan que la administración Trump podría revertir estas acciones.
El levantamiento de algunas sanciones, la exclusión de la lista de países con nexos con el terrorismo y la liberación de estos presos, es vista por muchos como un paso importante hacia la revitalización de Cuba, aunque para otros es solo un pequeño alivio en medio de una crisis más profunda.
Cortesía de El Colombiano
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