Quieren establecerse en México 66% de migrantes que no pudieron cruzar a Estados Unidos

El endurecimiento de la política migratoria de Estados Unidos desde el 20 de enero pasado, cuando inició el segundo mandato del presidente Donald Trump, ocasionó que miles de migrantes extranjeros se quedarán en México. 66% tiene la intención de establecerse en el país y continúan llegando.

No hay estadísticas que permitan saber con exactitud cuántos son, debido a que la mayor parte de ellos entra y sale sin ningún control; sin embargo, es posible formarse una idea de ello con el número de extranjeros deportados desde Estados Unidos a territorio mexicano y los que han solicitado refugio en el país.

De acuerdo con cifras del gobierno mexicano, del 20 de enero al 10 de diciembre de 2025, fueron deportados por Estados Unidos a México 11,886 migrantes extranjeros.

En tanto, de enero a septiembre de 2025, más de 58,800 extranjeros solicitaron asilo ante la Comisión de Ayuda a Refugiados (Comar). Se trata de una cifra similar a la registrada en el mismo periodo de 2024, cuando fueron 58,644.

Un análisis de la Agencia de la Organización de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) señala que más de la mitad de las solicitudes de asilo presentadas durante los primeros nueve meses de 2025 se tramitaron en Chiapas, Tabasco, Veracruz y la Ciudad de México.

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Las estadísticas de la Comar muestran que, de 2021 a 2025 se registró un incremento considerable en las solicitudes de reconocimiento de condición de refugio, principalmente de personas provenientes de Honduras, Venezuela, El Salvador, Haití y Cuba.

En 2013 se tramitaron 1,295 solicitudes; en 2015 la cifra fue de 3,442 y en 2024 fueron 40,763. Lo relevante es que entre 2021 y 2023 cada año se superaron las 100,000. En 2023 se tuvo la cifra más alta, con 140,725. En 2024 se registraron 78,000.

Entre 2021 y 2024 solicitaron el reconocimiento de condición de refugio 468,210 personas y se les concedió asilo a 98,425 personas que no pueden regresar a sus lugares de origen y, por lo tanto, requieren protección internacional y México se la concedió.

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A esos números habría que sumar la cantidad de extranjeros que se encuentran en México en busca de un mejor nivel de vida, no necesariamente en busca de asilo.

Por otra parte, al revisar las cifras de solicitantes de condición de refugiado habría que considerar que solo uno de cada tres solicitudes se resuelve.

Si se toma en cuenta el número de solicitudes del 1 de enero de 2013 al 30 de noviembre de 2024, fueron recibidas 633,167 solicitudes, de las cuales se resolvieron solo 209,217, es decir, 33.04%. De esas resueltas, 139,637 fueron resueltas de manera positiva y constituyen 22.05% de los que comenzaron el trámite y 66% de los resueltos.

México viola reiteradamente el principio de no devolución

Para Luis Javier Carrancá, integrante de la Clínica Jurídica para personas refugiadas Alaíde Foppa, de la Universidad Iberoamericana, lo que ocurre es que las autoridades mexicanas incurren en una reiterada violación al derecho de no devolución de personas solicitantes de reconocimiento de condición de refugio; cunden las devoluciones aceleradas por parte del Instituto Nacional de Migración (INM) y no hay mecanismos para sancionar y reparar las violaciones a los derechos de las personas migrantes.

Cuenta que, hasta antes de 2022, los solicitantes iniciaban su trámite y una vez admitido, la Comar les expedía una constancia de trámite o solicitante de refugio, que les daba derecho a estancia en el país hasta la conclusión del proceso.

En 2022, ese organismo adoptó un sistema de citas, lo cual no está contemplado en la ley. En lugar de registrar su solicitud e iniciar el trámite, les programaban una cita a tres o seis meses después, para iniciar el procedimiento.

Eso colocaba a los migrantes en una situación de alta vulnerabilidad, porque no eran considerados solicitantes de refugio, aunque el papel que les daban decía que no podían ser devueltos.

Lo que ocurría era que, al ser detenidos por agentes del INM, con frecuencia les rompían esos papeles o los desestimaban y los sacaban del país.

En 2023, la Comar dejó de expedir ese papel y solo les pide estar atentos a sus correos electrónicos por donde les informa cuándo se deben presentar a iniciar su trámite.

“Eso genera menos garantías contra las devoluciones, redadas o verificaciones migratorias, lo que los somete a mayor riesgo de ser devueltos”.

Aun en esa situación, algunas personas lograban iniciar formalmente su trámite de solicitud de refugio y podían obtener en el INM una Tarjeta de Visitante por Razones Humanitarias, que es un documento migratorio temporal que les permite regularizar su estancia, trabajar y acceder a salud y educación.

Lo grave es que, a finales de 2023, el INM disminuyó drásticamente la emisión de esas tarjetas, “dejando a las personas solicitantes en un limbo”, porque no pueden apelar al principio de no devolución de personas en peligro.

Cifras de la Secretaría de Gobernación indican que en 2022 se otorgaron 131,075 Tarjetas de Visitante por Razones Humanitarias; en 2023 fueron 129,212 y en 2024 solo 4,138.

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De enero a junio de 2025 se expidieron 4,129, de los cuales 80% se otorgaron a ciudadanos cubanos, 6% venezolanos, 3% guatemaltecos, 3% hondureños y 3% colombianos.

Según la ACNUR, el incremento de migrantes que buscan establecerse en México ha provocado la sobrepoblación en albergues y ha elevado los riesgos de protección.

“Las personas refugiadas y solicitantes de asilo en el norte del país enfrentan graves riesgos de protección, con miles viviendo en albergues o asentamientos informales, expuestos a condiciones climáticas extremas, violencia y falta de servicios sanitarios adecuados”.

Ya son más los migrantes que prefieren quedarse en México

Las cifras muestran que México dejó de ser solo país de tránsito de extranjeros hacia Estados Unidos y se ha convertido también en lugar de destino.

Al respecto, Giovanni Lepri, representante de ACNUR en México, destacó que a pesar de las agresivas políticas contra lo que llaman migración no autorizada implementadas por el gobierno de Estados Unidos, siguen llegando a México migrantes de diversas nacionalidades, ya sea por razones de violencia, persecución o en busca de un mejor nivel de vida.

“Se trata de personas que, en su mayoría, han salido de sus países, contra su voluntad, buscando protección o alternativas para la reconstrucción de sus proyectos de vida”.

Según datos preliminares del Monitoreo de Protección 2025, realizado por ACNUR y organizaciones civiles, 66% de los migrantes extranjeros que se encuentran en territorio mexicano considera hoy a México como su destino y 31% insiste en ir a Estados Unidos.

El dato surge 1,490 encuestas realizadas a migrantes que entraron a México de manera irregular y se encuentran en Tapachula, Chiapas; Ciudad Juárez, Chihuahua; Tijuana, Baja California; Reynosa, Tamaulipas; Ecatepec, Estado de México; Monterrey, Nuevo León; Saltillo y Piedras Negras, Coahuila; Villahermosa, Tabasco; en torno al río Suchiate, Chiapas y Ciudad de México,

El año pasado, cuando se hizo el mismo ejercicio, 41% prefería quedarse en México y 57% insistir en llegar a Estados Unidos.

En 2024, 53% de las personas encuestadas señaló violencia, amenazas e intimidación como causas principales por las que abandonaron su país de origen y 76% afirmó que su integridad estaría en riesgo si volviera a su país.

En 2025, 61% refirió la violencia, amenazas e intimidación como principal razón de salida y 80% mencionó que enfrentaría un riesgo si tuviera que regresar a su país. Esto indica un incremento en la proporción de personas que muy probablemente necesitan protección internacional.

Por otra parte, en 2024, 55% de las personas viajaban en grupo familiar y 45% lo hacía de forma individual. Un tercio de la población encuestada eran niñas, niños o adolescentes, lo que indica un desplazamiento más amplio de núcleos familiares completos.

En 2025, este dato cambió: 52% de la población son personas adultas que viajan solas, mientras que el 48% restante fueron grupos familiares.

De igual modo, hubo variación en la composición de edad: mientras que, en 2024, una de cada tres personas era niña, niño o adolescente, en lo que va de 2025 fueron una de cada cuatro, lo cual significa que hay, ligeramente, menos grupos familiares que salen de su país de origen con respecto a los años anteriores, o bien, que las familias viajan separadas.

115,000 personas han sido integradas con ayuda de ACNUR

Por otro lado, según la ACNUR, de 2021 a la fecha 115,000 personas que ya residen en sus ciudades de integración en México han sido beneficiadas con el Programa de Integración Local de México que opera esa organización internacional y en el que participan 650 empresas privadas que contratan activamente a personas refugiadas en Aguascalientes, Baja California, Chiapas, Chihuahua, Coahuila, Guanajuato, Jalisco, Ciudad de México, Querétaro, Quintana Roo, Nuevo León, Puebla, San Luis Potosí y Tabasco. En lo que va del 2025 han beneficiado a más de 3,000. En 2024 fueron 13,000.

Las personas refugiadas que participan en el programa han contribuido con más de 275 millones de pesos anualmente en impuestos.

Giovanni Lepri, comentó que México, con toda su idiosincrasia, complejidades y dificultades, en estos últimos años ha demostrado poder ser un país de asilo.

“Tiene la posibilidad, pero no la ha usado a fondo”.

Desde su perspectiva, los programas, como los apoyados por la ACNUR han demostrado que, con los instrumentos adecuados, sí es posible integrar personas extranjeras que llegan sin nada en las manos, pero con muchas capacidades de aportar al país.

Según el especialista, para lograr la integración se necesitan los ingredientes correctos: quitar la narrativa según la cual el extranjero viene a quitar las oportunidades de empleo o servicios a los mexicanos, sobre todo, porque en México hay más de un millón de vacantes, que evidentemente los mexicanos no están llenando.

También implementar políticas públicas sostenibles en el tiempo que permitan la integración de extranjeros y contar con acceso a servicios públicos como salud y educación.

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Cortesía de El Economista



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