
Llega a su oficina, saluda, entra a las juntas, hace y entrega sus tareas, pero no se siente feliz ni conectado con su trabajo. Esta es la descripción de una persona y una empresa que experimentan el fenómeno laboral bautizado como quiet cracking o quiebre silencioso.
Como palabra, quiet cracking se incorporó a los diccionarios este 2025. En el mundo laboral, se trata de una manifestación de la falta de compromiso en el trabajo.
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“Describe una ruptura interna que aún no se nota en los resultados”, explica Hogan Assessments, firma de evaluaciones y desarrollo de talento.
Los trabajadores que viven en modo quiet cracking cumplen con su trabajo, pero en silencio experimentan estrés, desmotivación y signos de agotamiento.
No se trata de una renuncia silenciosa, en la que existe una intención de hacer menos o sólo lo necesario, en el quiebre silencioso la insatisfacción por el trabajo se cuela poco a poco, incluso sin que el empleado se de cuenta.
Experimenta estrés, ansiedad, insomnio, sin asociarlo directamente al trabajo. Sin embargo, el riesgo para él y la organización es que de un momento a otro este trabajador que cumple con sus labores y resultados se quiebra, lo que impacta su estabilidad personal y laboral.
“En el agrietamiento silencioso el rendimiento se mantiene, pero la salud mental y el compromiso se deterioran. Para las empresas esto significa que empleados aparentemente sólidos pueden ‘quebrarse’ de un momento a otro, generando consecuencias culturales y financieras a largo plazo”, advierte Hogan Assessments.
En México, 84% de las personas trabajadoras asegura que el trabajo es esencial, pero no el centro de su vida, de acuerdo con el estudio Las nuevas reglas del compromiso, de Pluxee e Ipsos.
Hogan Assessment menciona que 54% de las personas en el país están satisfechas con su trabajo, pero el resto expresa falta de ánimo para trabajar.
Además, la satisfacción con el salario va de la conformidad a la frustración. Cuatro de cada 10 trabajadores expresaron una “satisfacción regular” que indica una aceptación poco entusiasta de la remuneración, de acuerdo con la Guía Salarial Michael Page 2026.
En este contexto, el quiebre silencioso encuentra a trabajadores insatisfechos susceptibles de romperse.
A nivel mundial, el quiet cracking afecta a casi la mitad de la fuerza laboral global y provoca pérdidas económicas por 438,000 millones de dólares.
Los rompimientos de los colaboradores pueden prevenirse si dentro de las organizaciones se acepta la existencia de este fenómeno y mediante acciones concretas que pueden sellar las grietas en el ánimo del trabajador.
Una primera tarea es invertir en el desarrollo y crecimiento profesional de los trabajadores. Hablar con ellos del futuro para su carrera dentro de la empresa, del propósito de su puesto y cómo impacta en la organización contribuirán a recuperar el sentido de pertenencia.
Uno de los motivos que llevan a mermar el compromiso de los trabajadores es un liderazgo que no escucha. La formación de líderes empáticos en habilidades para escuchar, retroalimentar y apoyar a los equipos en situaciones de estrés contribuirá a frenar ese agotamiento silencioso.
Otro aspecto clave para prevenirlo es alinear los valores de la compañía con lo que motiva al empleado. Un trabajador dentro del quiet cracking genera resultados, por lo que en las evaluaciones de productividad la desmotivación no se asomará. Para detectarla a tiempo, las encuestas sobre el clima laboral y su respectivo análisis permitirán a los empleadores detectar señales de agotamiento silencioso entre sus colaboradores.
“Abrir canales seguros de comunicación y reforzar la escucha activa evita que pequeños problemas se conviertan en crisis”, indica Hogan Assessments en un reporte.
Las señales que envía el trabajador que vive distanciado emocionalmente de su empleo y que en cualquier momento puede quebrarse son:
- Mayor ansiedad.
- Menos entusiasmo.
- Síntomas físicos como insomnio y fatiga.
- Baja participación en reuniones.
- Distanciamiento emocional del equipo y los proyectos.
“Son señales que deben tomarse en serio. Solo invirtiendo en desarrollo, empatía y alineación de valores podrán las organizaciones evitar que las personas lleguen al punto de quiebre. El bienestar sostenido debe verse como un componente esencial de la estrategia del negocio”, advierte Ryne Sherman, Director de Ciencia de Hogan Assessments, citado en el reporte.
Cortesía de El Economista
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