
“5 maneras científicamente probadas para ahorrar”, “12 trucos para ahorrar mucho dinero”, “cómo ahorrar dinero, aunque ganes poco”, y miles de remedios mágicos más. Nos encontramos con estos consejos por todas partes para, ahora sí, lograr ahorrar. Pero, ¿cuál es el problema con este hábito fundamental de las finanzas personales? ¿Por qué, simplemente, no podemos hacerlo?
El ahorro, ¿es una falta de hábito o una falta de posibilidades reales? Según la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 2024, los alimentos son el principal destino del gasto en los hogares mexicanos. Representan el 37.7% de sus ingresos, lo que equivale a un promedio de 5,994 pesos mensuales.
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La encuesta, elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), señala que la mayor parte de los ingresos de los mexicanos, especialmente en los deciles más bajos, se destina al gasto corriente.
El gasto corriente incluye la suma de gastos en alimentos, vestido y calzado, vivienda, limpieza, salud, transporte, educación, esparcimiento, gastos personales y transferencias, según el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas (CEFP).
Entonces, si la mayor parte de los ingresos se destina al gasto corriente, ¿queda poco margen para crear patrimonio o ahorrar?
Axel González Gómez, coordinador de datos en México, ¿cómo vamos?, explica que, para los deciles de menores ingresos, el gasto corriente monetario representa casi la totalidad de sus ingresos, y ese porcentaje se reduce conforme los ingresos aumentan. “Para el decil de mayores ingresos, el gasto corriente monetario representa sólo el 50%, lo que deja un espacio de la mitad del ingreso para otro tipo de gastos o inversiones”, explica.
En los niveles de ingresos más altos, los gastos de los hogares están mucho más diversificados. En contraste, en los deciles 1 y 2, los ingresos son tan bajos que el gasto en alimentación, por ejemplo, no es intercambiable; se trata de un gasto en bienes esenciales. “En los deciles más altos, a pesar de que gastan más en términos absolutos en este tipo de rubros, sus ingresos son tan altos que estos gastos no tienen un peso tan considerable“, señala.
Entonces, ¿qué hacemos? ¿No ahorramos porque no nos alcanza?
La Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) afirma que la idea de que ahorrar es un hábito complicado porque tenemos muchos gastos o simplemente no nos alcanza es errónea. “Basta con tener la disposición y seguir algunas recomendaciones”, aseguran.
Según el blog de Bank of America, Mejores hábitos financieros, a veces lo más difícil es empezar. Lo principal, dice, es crear una estrategia sencilla y realista para no desistir.
Y tal vez ahí está gran parte del problema: casarse con porcentajes que no son acordes a tu realidad, como el famoso 10% de tus ingresos que dictan las finanzas personales.
Lo primero que deberías hacer, según Bank of America, es saber exactamente en qué gastas, a dónde se va tu dinero, porque sin un diagnóstico no hay una posible solución. Ya sea en papel o en una aplicación, es indispensable que lleves un registro de gastos. Solo no digas que lo haces en tu cabeza.
Una vez que sabes en qué se te va el dinero, viene el ajuste. Este sencillo ejercicio te demostrará sí ingresa menos de lo que gastas. Posteriormente, tendrás que determinar qué gastos son indispensables y cuáles puedes eliminar de tu lista para dar lugar al ahorro.
Esta es la parte del presupuesto, donde contemplas tus gastos fijos (como renta, comida, transporte) y asignas una nueva categoría: el ahorro.
Aquí, Bank of America ofrece un consejo fundamental: “trata de ahorrar una cantidad que tenga sentido para ti”, lo que hará el proceso más sencillo. Si tienes un presupuesto ajustado, busca dónde más puedes obtener ese dinero, es decir, ajusta los gastos no indispensables.
A lo mejor dices que no tienes dinero, pero ¿qué pasa con ese refresco que te tomas todos los días, ese cigarro que te fumas o el café de la mañana? Si bien se trata de ahorrar y no de quitarle toda la felicidad a la vida, puedes elegir uno de estos gastos. Por ejemplo, ¿qué te parece preparar el café en casa y llevarlo al trabajo?
Otras recomendaciones de Bank of America para ajustar gastos son:
- Busca actividades gratis: Usa recursos, como publicaciones de eventos comunitarios, para encontrar entretenimiento gratis o de bajo costo.
- Revisa los cargos recurrentes: Cancela las suscripciones y membresías que no uses, especialmente si se renuevan automáticamente.
- Cocina tus comidas: Planea preparar la mayoría de tus comidas en casa y busca ofertas en restaurantes locales las noches que quieras darte un gusto.
- Espera antes de comprar: Cuando tengas la tentación de comprar algo no necesario, espera varios días. Quizá te des cuenta de que el artículo que querías era un deseo y no una necesidad, y puedes desarrollar un plan de ahorro para comprarlo en el futuro.
Finalmente, dicen que “corazón que no ve, no siente”. Por eso, elige un método automático para ahorrar. Esto facilitará el hábito, y ya no tendrás que pensarlo; simplemente se hará.
Cortesía de El Economista
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