
Recientemente, el Congreso de la Ciudad de México aprobó nuevas acciones para enfrentar la contaminación que produce la moda rápida, una industria que se estima genera 364.67 toneladas al día en la capital del país, de acuerdo con la Secretaría del Medio Ambiente (Sedema).
Ante ello, Alfonso Martínez Equihua, CEO y cofundador de Recolecto, consideró que “la reforma aprobada por el Congreso de la Ciudad de México es una oportunidad muy buena que tenemos para avanzar hacia una economía circular textil; nosotros como empresa celebramos el paso”.
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En entrevista para El Economista, Martínez Equihua mencionó que la empresa se encuentra lista para dar los siguientes pasos hacía a un modelo de consumo más responsable y consciente junto con las autoridades, empresas, consumidores, familias y ciudadanos.
Mejores decisiones
La startup Recolecto impulsa nuevos ciclos de vida para prendas y textiles de forma sostenible por medio de un programa de recolección de ropa, con la intención de alargar su vida útil a través del reúso y/o su reciclaje; un granito de arena que una industria señalada por su alto impacto ambiental por su producción masiva y consumo acelerado.
La gente necesita tomar decisiones de compra más conscientes en un mundo donde es posible adquirir ropa con sólo dar un clic; sin embargo, la reforma sólo es una base, porque “la manera como estamos consumiendo, viene de los dos sentidos; del lado de las empresas, pero también del lado de los consumidores, y la plataforma de las leyes e instituciones que tenemos, nos ayudan a regular esta función”, explicó el CEO de la startup.
En 2024, el mercado de ropa en México llegó a valer 29.57 mil millones de dólares, y se espera que llegue a los 45.48 mil millones en 2024, de acuerdo con datos de la agencia de investigación de mercados Informes de Expertos; este mercado se divide en el formal e informal.
Martínez Equihua consideró importante trabajar la formalización, así como las importaciones de ropa y calzado a nuestro país; tan sólo en el primer rubro, la Cámara Nacional de la Industria Textil (Canaintex) dio a conocer este año que llevan ocho semestres consecutivos en negativo y cerraron 2024 con la pérdida del 8% del PIB manufacturero nacional por el contrabando, abusos en programas de comercio exterior e ilegalidad en el sector.
El problema real
El cofundador de Recolectó explicó que, al comenzar con el modelo de reciclaje textil antes de que fuera ley, pueden aportar para encontrar una solución de este tipo de contaminación, por lo que se encuentran listos para colaborar con la Sedema, en una iniciativa que le da impulso a la economía circular.
Sin embargo, hay otro problema: “El modelo anterior de entregarle la ropa a las fundaciones, organizaciones y caridades, al momento de que no tienen un modo de reciclar lo que no se puede usar, esto termina de acuerdo con la Ellen MacArthur con el 73% de la ropa en los basureros”, agregó Martínez Equihua.
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Así que no se trata sólo de reutilización, sino que solamente una cuarta o una tercera parte es lo que en el modelo tradicional se puede reusar, dejando hasta el 76% de ropa que se tira a la basura, que es donde quedan las fibras naturales o el poliéster que tardará cientos de años en degradarse, lo que dejará un problema grande.
“El problema lo tenemos más o menos de entre 400,000 y 800,000 toneladas que se tiran a los basureros cada año en México”, refirió el CEO de Recolecto.
Más interés
Desde la fundación de la startup en 2021, han logrado recolectar 8 millones de prendas en puntos de acopio, logística propia y acuerdos con empresas “y la mejor manera es precisamente en estas ropas en estas tiendas de segunda mano, es como puedes llegar más fácilmente a un consumidor que compra algo de una manera barata, pero también está haciendo que haya una disminución de emisiones”, indicó Alfonso.
A partir del modelo que usan, sus aliados en reciclaje textil lograron que lo que no se reuse lo reciclen y termine en aislamientos acústicos para automóviles principalmente; si se tenía una posibilidad del 73% de que la prenda terminará en la basura, ahora sólo será el 2% que son los botones y cierres “que todavía estamos en proceso de ver cómo se podrían reciclar”, describió.
Desde la Generación Z hasta los Baby Boomers, cada vez hay más interés en el medio ambiente “y hemos encontrado en redes sociales, en muchos comentarios y en todas partes mucho eco en la población, en los consumidores y por el otro las empresas. Las empresas están preocupadas, los centros comerciales están preocupados”.
Más avance
Ya hay una ley, pero “es un tema de ir avanzando, y además de la ley, hay que poner las reglas de ejecución, qué beneficios tienen las empresas y los consumidores que lo están haciendo y qué efectos tienen también las empresas que no lo hagan”, expuso el directivo.
En Europa, la responsabilidad es extendida hacia productores y empresas, pero el consumidor también debe hacerse cargo de su consumo, ya que el mayor efecto en la sustentabilidad parte de nuestras decisiones en el hogar.
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“Es que todos pongamos de nuestra parte (…) es muy bueno lo que hacen desde la parte del del gobierno y la parte del Congreso es vital y lo más relevante es que la Ciudad de México puede ser líder en América Latina en economía circular textil; entonces, de nuestra parte estamos muy contentos, celebramos y queremos ver de qué manera ayudamos y contribuimos como una opción tanto económica, como social y como ambiental para poder solucionar este este problema”.
¿Cómo puedes ayudar?
Alfonso Martínez consideró que “la velocidad con la que estamos comprando y desechando las prendas, el planeta no lo puede absorber; entonces necesitamos, primero es una disminución y comprar ropa que dure más”, y aseguró que el depositar la ropa en los contenedores de Recolecto es una garantía de que la reciclarán o reusarán.
Asimismo, compartió más tips que puedes poner en práctica para ayudar a aminorar la contaminación textil:
- Compra menos, pero mejor. Invierte en prendas duraderas y de buena calidad.
- Reutiliza lo que ya tienes. Extiende la vida útil de tu ropa con reparaciones, transformaciones o intercambios.
- Compra ropa de segunda mano. Darle una nueva vida a una prenda evita que termine en el relleno sanitario.
- Lava con menos frecuencia. Cada carga consume agua y energía; sólo lava cuando sea necesario.
- Secado al aire libre. La secadora consume cinco veces más energía que la lavadora.
- Elige fibras recicladas u orgánicas. Prefiere materiales con menor huella ambiental como algodón orgánico o poliéster reciclado.
- Cuestiona tus hábitos de consumo. Antes de comprar, pregúntate si realmente necesitas esa prenda, su origen y a dónde irá cuando ya no se use.
Cortesía de El Economista
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