¡Reclamo estudiantil!


Fernanda Romero rendirá protesta hoy como presidenta de la FEU, pero ya trae el ábaco en la mano. Recordó que se corrigió “el errorcito” del recorte del 56% a la UdeG -detalle menor, nada más querían dejar a la Universidad en los huesos-, pero recordó lo obvio: arreglar el desastre no significa que el presupuesto alcance. Ni siquiera creció lo que la inflación, así que en términos reales la Universidad trae la cartera más flaca que el semestre pasado.

Romero soltó la frase que debería ir en la entrada de cada oficina federal: “Cada peso que se le quita a la casa de estudios se le quita a un estudiante”. Pero pedir presupuesto proporcional al crecimiento de matrícula y centros universitarios es, al parecer, ciencia ficción.

Mientras tanto, la federación de estudiantes advierte: sin recursos no hay expansión.

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La Glosa del Primer Informe del gobernador Pablo Lemus arrancó tan tibia que parecía una clase de civismo… hasta que llegaron los cuestionamientos y, ahora sí, empezó el verdadero espectáculo.

Primero, el secretario de Gobierno, Salvador Zamora, tuvo que hacer malabares con las cifras de personas desaparecidas, que cada dependencia reporta como si fueran resultados de encuestas distintas. 

Luego vino el secretario de Seguridad, Juan Pablo Hernández, quien recibió una lluvia de críticas por el operativo del sábado de la supuesta Generación Z. El funcionario aseguró que habrá sanciones para los oficiales que “se pasaron de fuerza”.

¡Habrá Glosa durante dos semanas! Por si quieren visitar el Congreso y conocer a sus secretarios estatales. 

Por cierto, la diputada de Futuro, Mariana Casillas, no se guardó nada y preguntó directo: ante los disturbios de la marcha del sábado pasado -con casi 50 detenidos y enfrentamientos-, ¿por qué Salvador Zamora sigue en su silla? La renuncia, dijo, debería estar más lista que los comunicados oficiales. ¡Tómala!

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¿Pues qué pasó en la CEDHJ? ¿Se fueron de puente largo o qué? 

Mientras autoridades presumieron que el organismo había estado presente para “vigilar” los derechos humanos durante los disturbios del sábado en el Centro tapatío, la propia Comisión salió a desmentirlos con una honestidad brutal: no fueron.

Aclaran que sí estaban en comunicación… pero solo con las autoridades, no con los manifestantes. ¿La razón? No esperaban que la protesta “se pusiera tan violenta”. 

¡Sin palabras!

Al final, la Comisión llegó después de todo: ya con detenidos y policías heridos. 

Vigilancia diferida, dicen.
 

Cortesía de El Informador



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