Récord de empleo e inflación a la baja, dos buenas noticias que se tambalean

Aunque el empleo y la inflación muestran tendencias positivas en los últimos reportes, estas no están del todo garantizadas rumbo al cierre de año.

FERIA DE SAN FRANCISCO

El empleo formal en México alcanzó en julio un máximo histórico de 23.5 millones de plazas, tras la incorporación de 1.29 millones de trabajadores de plataformas digitales al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), sin embargo, este aumento sin precedentes no refleja una aceleración económica y no cambia la realidad de un mercado laboral que lleva meses en dificultades, señalan los expertos.

Para Janneth Quiroz, directora de Análisis Económico de Monex, el incremento en la formalidad de julio se trata de un “evento único” que no implica creación neta de nuevos empleos, sino un traslado desde la informalidad.

Alejandro Saldaña, economista en jefe de Ve por Más, subrayó que, descontando este efecto estadístico, “la generación de empleo formal está prácticamente estancada desde mediados de 2024” por el aumento de costos laborales, dado el incremento al salario mínimo, de vacaciones, aportaciones al retiro, entre otros, pero sin mejoras en productividad.

La tregua arancelaria de 90 días entre México y Estados Unidos, señalan ambos economistas, apenas pospone decisiones de inversión y mantiene en pausa a sectores como la industria automotriz.

A estos factores se suma la incertidumbre empresarial, tanto por reformas internas que alteran las condiciones para hacer negocios, como por la política comercial de Estados Unidos.

Según Saldaña, esta combinación desalienta nuevas contrataciones y podría agravar la informalidad si se aprueban cambios como la reducción de la jornada laboral, que implicaría “más costos para los patrones sin un aumento equivalente en productividad”.

Riesgos sobre la inflación

En paralelo, la inflación al consumidor se desaceleró por tercer mes consecutivo, a 3.51% anual, su menor nivel desde diciembre de 2020, gracias a la caída de precios agropecuarios y energéticos.

Sin embargo, la inflación subyacente, clave para proyectar la tendencia de largo plazo, se mantuvo en 4.23% anual y, dentro de ella, las mercancías se aceleraron por octavo mes consecutivo, a 4.02%, cruzando el umbral de 4% por primera vez desde febrero de 2024.

El detalle de julio mostró que las mercancías no alimenticias registraron una inflación mensual mínima de 0.05%, pero las alimenticias subieron 0.43%, su mayor alza para un mes igual desde 2022.

Este comportamiento preocupa, ya que la última vez que las mercancías superaron 4% anual tardaron 47 meses en regresar por debajo de ese nivel.

El repunte de la inflación en mercancías responde a una mezcla de factores estadísticos y estructurales. Entre ellos, una base de comparación baja, el efecto rezagado de la depreciación del peso a finales de 2024 e inicios de 2025, y el impacto de los aranceles a países sin tratado de libre comercio, particularmente a China, que han encarecido algunas importaciones, incluso en comercio electrónico. Y añadió que los ajustes de precios internacionales también juegan en la fórmula, explicó el economista en jefe de Ve por Más.

“Cuando las automotrices o empresas globales suben precios en Estados Unidos por aranceles, normalmente lo replican en México”, a lo que se suma el traslado de presiones previas en alimentos frescos hacia las mercancías alimenticias, comentó Saldaña.

Los especialistas advierten que esta aparente buena racha es vulnerable. En el empleo, porque la mejora se debe a un cambio metodológico y no a un mayor dinamismo económico. Y en la inflación, porque la desaceleración proviene de componentes volátiles y no del núcleo de precios, que sigue presionado por factores como ajustes energéticos en otoño, estacionalidad cambiaria y posibles impactos del proteccionismo estadounidense.

OBRAS DE INFRAESTRUCTURA HIDALGO

Cortesía de Expansión



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