En el marco de las excavaciones arqueológicas del proyecto Vulci Cityscape, un reciente hallazgo de extraordinario valor histórico y artístico ha sorprendido a los estudiosos. El equipo de arqueólogos que trabaja en la antigua ciudad etrusca de Vulci ha recuperado la cabeza de mármol de una estatua femenina, identificada como una Kore griega. Se trata de un fragmento escultórico excepcional, tanto por su calidad formal como por su contexto de aparición. Se trata, en efecto, de uno de los pocos ejemplos de estatuaria griega monumental documentada en territorio etrusco.
El hallazgo adquiere una relevancia singular porque prueba materialmente la circulación de modelos artísticos y simbólicos entre el mundo griego y las comunidades de Italia central en época arcaica. La presencia de una Kore griega en Vulci, por tanto, obliga a replantear el alcance y la profundidad de los contactos culturales en el Mediterráneo antiguo, más allá de los intercambios comerciales tradicionalmente conocidos.
Vulci, una gran ciudad etrusca abierta al Mediterráneo
La antigua ciudad de Vulci, situada en la actual región del Lacio, fue uno de los principales centros urbanos de la Etruria meridional entre los siglos VII y V a. C. Su posición estratégica, cercana a la costa tirrena y vinculada a importantes vías fluviales, favoreció que el núcleo urbano se integrara en amplias redes comerciales y culturales. Desde hace décadas, la arqueología ha demostrado que Vulci desempeñó un papel clave en la recepción y la reinterpretación de influencias externas.
El proyecto Vulci Cityscape, que inició en 2020, ha permitido profundizar en el conocimiento de la topografía urbana y de los espacios monumentales de la ciudad. Las investigaciones recientes han recuperado áreas de gran relevancia religiosa y arquitectónica, entre ellas, un templo monumental. Es precisamente en este contexto sagrado donde apareció la cabeza de la Kore, un hallazgo que sugiere que el fragmento pudo haber formado parte de una escultura vinculada al culto.
El hallazgo de la Kore en un contexto sagrado monumental
La cabeza de la estatua se recuperó durante las excavaciones realizadas en el área central de la ciudad, en un sector asociado a edificaciones religiosas de importancia. Con base en esto, los arqueólogos han sugerid que la estatua formó parte del programa escultórico de un espacio cultual relevante para la comunidad etrusca de Vulci. Este contexto permite plantear la hipótesis de que la escultura cumplió una función simbólica y ritual. La introducción de una imagen femenina de tradición griega en un santuario etrusco apunta a procesos complejos de apropiación cultural, en los que las élites locales pudieron integrar elementos foráneos dentro de sus propias prácticas religiosas.
Rasgos formales de la Kore: arte griego del inicio del siglo V a. C.
Desde el punto de vista estilístico, la cabeza corresponde claramente al tipo de Kore, una figura femenina característica de la estatuaria griega arcaica. Estas esculturas se distinguen por su frontalidad, la serenidad de sus rasgos y la cuidada representación del peinado y los elementos ornamentales. El ejemplar de Vulci presenta una talla de especial refinamiento del cabello, elaborado en mechones y trenzas que responden a modelos bien conocidos del arte griego.
Los estudios preliminares han permitido situar la obra en los primeros decenios del siglo V a.C., en un momento de transición entre el periodo arcaico tardío y el inicio del clasicismo. La calidad de la talla y la elección del mármol, por otro lado, refuerzan la atribución a un taller griego de alto nivel, posiblemente vinculado al ámbito ático. Esta datación convierte a la pieza en un testimonio clave para analizar la difusión temprana de modelos escultóricos griegos fuera de Grecia.
Restauración y estudios científicos: un intento de recuperación de la imagen original
La cabeza de la recién descubierta Kore se ha trasladado a un centro especializado para proceder a su restauración y estudio. Se están realizando análisis científicos para identificar la procedencia del mármol, las técnicas de talla empleadas y la posible presencia de restos de la policromía original. Estos estudios permitirán reconstruir con mayor precisión el aspecto que tuvo la escultura en la antigüedad.
La investigación sobre la policromía resulta especialmente relevante, ya que las esculturas griegas estaban pintadas. La posibilidad de detectar pigmentos contribuirá a comprender mejor el impacto visual que la Kore pudo producir en el espacio sagrado de Vulci.
Un hallazgo que redefine las relaciones entre etruscos y griegos
La presencia de un ejemplo de estatuaria griega monumental en el contexto etrusco tiene profundas implicaciones historiográficas. Hasta ahora, el conocimiento de las relaciones entre ambos mundos se basaba, sobre todo, en el estudio de la cerámica importada y de otros bienes de lujo. La Kore de Vulci demuestra que también circulaban esculturas de gran formato y alto valor simbólico.
Esta nueva evidencia arqueológica obliga a reconsiderar el papel de las élites etruscas como agentes activos en la selección y apropiación de modelos culturales griegos. La estatua, de hecho, sugiere que existía una demanda consciente de arte griego para llenar los espacios religiosos etruscos. La esfera cultural etrusca, por tanto, se integraba en el universo simbólico mediterráneo.
El hallazgo también refuerza la imagen de Vulci como un centro dinámico y cosmopolita durante la época arcaica. Su capacidad para obtener objetos y aplicar modelos artísticos procedentes de Grecia indica la existencia de contactos estables y de largo alcance que probablemente se articulaban a través de las rutas marítimas y las alianzas comerciales. En este sentido, la Kore de Vulci, además de ser una obra de arte excepcional, también funciona como un indicador histórico de primer orden, que permite rastrear los flujos culturales que conectaban a las comunidades del Mediterráneo central con el mundo helénico.
Un nuevo referente para la arqueología del arte antiguo
Desde la perspectiva de la arqueología, la cabeza de Kore recuperada en Vulci se perfila como un referente imprescindible para futuros estudios sobre la difusión del arte griego. Su excelente estado de conservación, unido a un contexto arqueológico bien documentado, ofrece una oportunidad única para profundizar en el análisis de la estatuaria arcaica fuera de las fronteras de Grecia.
En definitiva, la recuperación de esta cabeza escultórica enriquece el patrimonio arqueológico al tiempo que invita a repensar las dinámicas culturales del mundo antiguo, mostrando cómo etruscos y griegos compartieron espacios, símbolos y formas artísticas en un proceso continuo de interacción y transformación.
Referencias
Cortesía de Muy Interesante
Dejanos un comentario: