
Los últimos datos de pobreza del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) —la nueva autoridad encargada de medir el indicador— confirman que más de 13 millones de personas salieron de la pobreza en el sexenio pasado. Este avance (y los retos pendientes) tiene un vínculo directo con el mercado laboral.
De acuerdo con un análisis de Acción Ciudadana Frente a la Pobreza (ACFP), el resultado se debe en buena medida a la reducción en la dimensión económica (una de las dos dimensiones de la pobreza multidimensional), la cual considera los ingresos.
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A su vez, la mejora en los ingresos observada entre 2018 y 2024 está ligada al aumento de los recursos económicos obtenidos por el trabajo. “El trabajo aporta 75 de cada 100 pesos del ingreso monetario de los hogares en 2024 y sumado a las pensiones, que son producto del trabajo del pasado y aportan otros 9 pesos, representan 84 de cada 100 pesos”, destacó la organización civil.
Esto coincide con el periodo de incrementos más altos al salario mínimo. En ese lapso, la referencia salarial ha tenido un aumento acumulado de 135%, este año se ubica en 8,475 pesos al mes.
La Comisión Nacional de Salarios Mínimos (Conasami) indicó que la mitad de la reducción de la pobreza en el sexenio pasado se debe “exclusivamente a la política salarial”.
“Los resultados preliminares apuntan a que por cada 10% de incremento en el salario mínimo real, el ingreso por trabajo se incrementó en 2.67 puntos porcentuales. Esto implica que, en ausencia de incrementos del salario mínimo por arriba de la inflación, la pobreza multidimensional se habría ubicado en 2024 en 40.6% y la pobreza extrema en 8.5 por ciento”, señaló en un comunicado.
Pero en torno a la pobreza en México aún hay un reto que también tiene un vínculo con el mercado laboral: el acceso a servicios de salud.
En contraste con la mejora en ingresos, la dimensión social de la pobreza multidimensional empeoró, pasó de 26% a 32% de la población. Este renglón engloba a las personas con carencias sociales o dicho de otra forma, la posibilidad de ejercer derechos básicos. El bajo acceso a servicios de salud fue el que más influyó en este comportamiento.
“Los datos de Inegi muestran que la carencia por acceso a servicios de salud se duplicó entre 2018 y 2024. Había 20 millones en 2018 y seis años después hay 44.5 millones con carencia por acceso a servicios de salud. Era el 16% de la población ahora es el 34%. Y podría empeorar afectando a 57 millones de personas y subir a 44% de la población, aún peor que en 2022”, advirtió ACFP.
Esto está ligado a la informalidad laboral. Entre el cierre del 2018 y el del 2024, el trabajo informal sólo se redujo dos puntos porcentuales y se mantuvo con un nivel superior al 54% de la población ocupada.
“Los datos de la medición de la pobreza 2024 muestran la urgencia de corregir a fondo las políticas gubernamentales. En la dimensión económica el resultado positivo proviene de la acción de todos los actores, en contraste los programas de transferencias y las carencias que dependen principal y directamente de la acción gubernamental tienen un desempeño muy limitado o de plano negativo”, señaló Acción Ciudadana Frente a la Pobreza.
Mercado laboral, entre las mejoras para avanzar
De acuerdo con ACFP, una parte de las acciones para acelerar la reducción de la pobreza en México se relacionan con el mercado laboral.
Esto propone la organización:
- Crear empleos de calidad y con remuneración suficiente
- Potenciar la incorporación a la fuerza productiva de mujeres y jóvenes, hoy en condición de exclusión
- Fomentar las cooperativas y empresas de la economía social, especialmente en las zonas indígenas y rurales con mayor rezago social
- Garantizar educación y servicios de salud con calidad y equidad, especialmente a quienes viven en pobreza
- Corregir la distribución de los programas de transferencias monetarias para que no excluyan a quienes menos tienen.
“La medición confirma que la vía para reducir la pobreza es crear una economía de inclusión y crecimiento con equidad y una política social que construya un piso de derechos sociales (no sólo transferencias). La política social para ser efectiva debe iniciar por cerrar las brechas de desigualdad en educación, salud, seguridad social, vivienda y demás factores de bienestar y movilidad social para romper el círculo vicioso de la pobreza”, indicó.
Cortesía de El Economista
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