La imagen tradicional de nuestros ancestros prehistóricos como seres rudimentarios, centrados únicamente en el uso de herramientas de piedra, ha recibido un giro inesperado. En las profundidades del pasado, hace 476.000 años, se encuentra una innovadora prueba de su capacidad creativa: la primera estructura de madera conocida. Este descubrimiento, realizado en las cataratas Kalambo, en Zambia, no solo amplía nuestra visión sobre los primeros homínidos, sino que redefine la relación de estos con su entorno y los recursos naturales.
El hallazgo se centra en dos troncos interconectados por una ranura cuidadosamente tallada, una técnica que demuestra una planificación meticulosa y habilidades tecnológicas avanzadas para la época. Este descubrimiento, liderado por el profesor Larry Barham de la Universidad de Liverpool, ha sido descrito como “disruptivo” por la forma en que desafía las nociones tradicionales sobre los primeros homínidos y su dependencia exclusiva de la piedra.
Un descubrimiento preservado en agua
Los restos de madera suelen ser víctimas del paso del tiempo. A diferencia de la piedra, la madera se descompone rápidamente, lo que hace que los hallazgos de este tipo sean extremadamente raros. Sin embargo, las condiciones húmedas y los sedimentos ricos en agua de las cataratas Kalambo han creado el ambiente perfecto para preservar estos restos durante casi medio millón de años.
En el sitio, los investigadores encontraron un tronco de 1,4 metros de longitud que se superpone a otro más grande, ambos con marcas claramente talladas con herramientas de piedra. La ranura que conecta las piezas es un ejemplo temprano de unión estructural, similar a los métodos de carpintería moderna. El propósito de esta estructura sigue siendo un misterio, pero los arqueólogos especulan que pudo haber sido parte de una plataforma, un puente o incluso los cimientos de una vivienda.
Una nueva perspectiva sobre la tecnología primitiva
La datación de estos troncos se logró mediante técnicas de luminescencia, una herramienta clave para determinar cuándo los minerales en el sedimento que rodeaba la madera estuvieron expuestos por última vez a la luz solar. Este método, desarrollado recientemente, permitió fechar la estructura en 476.000 años atrás, mucho antes de la aparición del Homo sapiens.
Los investigadores sugieren que los autores de este proyecto podrían haber sido miembros de la especie Homo heidelbergensis, un ancestro común de los neandertales y los humanos modernos. Aunque esta especie ya era conocida por fabricar herramientas de piedra avanzadas, este hallazgo indica que también habían desarrollado habilidades sofisticadas para trabajar la madera.
Más que solo “la Edad de Piedra”
La etiqueta de “Edad de Piedra” que se utiliza para describir este periodo de la prehistoria podría necesitar una revisión. Si bien la piedra ha sido el material predominante en los registros arqueológicos debido a su durabilidad, el descubrimiento en Kalambo Falls sugiere que la madera también jugó un papel fundamental en las primeras sociedades humanas.
Además de los troncos interconectados, se hallaron otras herramientas de madera en el sitio, incluidos un palo de excavación y una cuña. Estos objetos refuerzan la idea de que los primeros homínidos ya estaban explotando una variedad de materiales naturales para satisfacer sus necesidades.
La madera, a pesar de ser menos duradera que la piedra, ofrecía ventajas clave: era más fácil de trabajar, más ligera para transportar y versátil para diversos usos. Este hallazgo no solo nos muestra el ingenio técnico de nuestros antecesores, sino también su capacidad para observar y aprovechar las propiedades de los materiales a su alrededor.
Un legado que invita a replantearnos la historia
La estructura de Kalambo Falls nos proporciona una rara ventana a un mundo donde las capacidades humanas emergentes empezaban a moldear el entorno. Este hallazgo no solo representa un avance tecnológico, sino también un cambio cultural: la capacidad de construir algo duradero para mejorar la calidad de vida.
El impacto de esta estructura trasciende su tiempo. Nos invita a replantearnos el legado de nuestros ancestros y a considerar cuánto más hay por descubrir sobre sus habilidades y formas de vida. Como señala el profesor Barham: “Estos hallazgos nos obligan a ver a los primeros homínidos bajo una nueva luz, no como simples sobrevivientes, sino como innovadores que transformaron su mundo.”
Mientras los arqueólogos continúan explorando sitios como Kalambo Falls, el panorama de la prehistoria humana se amplía. Cada descubrimiento no solo desafía nuestras ideas preconcebidas, sino que también destaca la resiliencia, creatividad y adaptabilidad que nos han definido desde el principio.
Referencias:
- Milks A. Hominins built with wood 476,000 years ago. Nature. 2023;622(7981):34-36. DOI: 10.1038/d41586-023-02858-1
- Barham, L., Duller, G.A.T., Candy, I. et al. Evidence for the earliest structural use of wood at least 476,000 years ago. Nature 622, 107–111 (2023). DOI: 0.1038/s41586-023-06557-9
Cortesía de Muy Interesante
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