Reescribiendo la historia gracias a la geoquímica: Lo que pensábamos sobre las minas del Rey Salomón y la contaminación no era correcto

En el corazón del Valle de Timna, al sur de Israel, se encuentran las famosas “minas del Rey Salomón”, una fuente de fascinación tanto histórica como arqueológica. Durante siglos, estas minas de cobre han sido asociadas con la riqueza del rey bíblico y con innovaciones tecnológicas de la antigüedad. Pero también han sido objeto de un intenso debate: ¿fueron estas minas responsables de una contaminación ambiental significativa que marcó la región y más allá?

Un estudio reciente publicado en Scientific Reports revela algo inesperado: la minería en Timna tuvo un impacto ambiental sorprendentemente limitado. Los investigadores de la Universidad de Tel Aviv, liderados por el profesor Erez Ben-Yosef, emplearon avanzadas técnicas de análisis geoquímico para demostrar que la contaminación estaba confinada al área inmediata de los hornos de fundición. Este hallazgo contradice de pleno los estudios previos, por los que nos obliga a replantear nuestras ideas sobre la relación entre las civilizaciones antiguas y el medio ambiente.

¿Qué sabemos de las minas de Timna?

El Valle de Timna, situado en el desierto de Arabá, ha sido un punto clave de extracción de cobre desde hace más de 6.000 años. Aunque su explotación comenzó en el período Calcolítico, su momento de mayor actividad se dio durante la Edad del Hierro (siglos XI-IX a.C.), coincidiendo con los reinados de los bíblicos David y Salomón. Estas minas no solo fueron esenciales para la producción de cobre, sino también para el desarrollo de tecnologías avanzadas de fundición.

Entre los sitios más emblemáticos se encuentra el sitio 34, conocido como “La Colina de los Esclavos“. Sin embargo, el nombre es engañoso: investigaciones recientes han demostrado que los trabajadores aquí no eran esclavos, sino artesanos altamente capacitados, responsables de una tecnología que transformaba la piedra en metal. Los restos arqueológicos encontrados —como alimentos de calidad, textiles finos y herramientas especializadas— evidencian que estos individuos ocupaban una posición privilegiada en su sociedad.

Sitio 201. Fuente: Scientific Reports

Durante años, algunos investigadores afirmaron que la minería en Timna generó una contaminación ambiental masiva, cuyos efectos se extendieron incluso a escala global. Pero la realidad es que el reciente estudio dirigido por Ben-Yosef ofrece un panorama distinto, sustentado en datos científicos actualizados.

Los investigadores utilizaron espectrometría de fluorescencia de rayos X portátil (pXRF) para mapear la presencia de metales como cobre y plomo en el suelo. Sus resultados muestran que la contaminación estaba confinada a unos pocos metros alrededor de los hornos de fundición. Según el profesor Ben-Yosef, “la concentración de plomo cae por debajo de los 200 partes por millón a solo unos metros del horno, lo cual está dentro de los niveles seguros establecidos por la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos para áreas residenciales”.

Es más, los metales estaban encapsulados en residuos como escoria, lo que significa que no se dispersaron fácilmente hacia las plantas, los animales o los humanos. Este descubrimiento contradice estudios previos que sugerían una contaminación de larga duración en el área.

Los metales estaban encapsulados en residuos como escoria. Fuente: Midjourney / Eugenio Fdz.

Lecciones desde Timna y Faynan

El Valle de Faynan, en Jordania, complementa la historia de Timna como otro epicentro de la minería antigua. Investigaciones recientes han llegado a conclusiones similares: la minería no causó un daño ambiental significativo. Por ejemplo, el análisis de 36 esqueletos de la Edad del Hierro reveló que solo tres presentaban rastros de contaminación metálica en sus dientes, mientras que el resto estaban completamente libres de ella.

Este patrón refuerza la idea de que el impacto ambiental de la minería antigua fue local y limitado. Ambos valles comparten características ambientales clave, como climas áridos y una mínima erosión del suelo, lo que ayudó a preservar tanto los restos arqueológicos como los niveles de contaminación en su estado original.

Por otra parte, este contraste con la minería moderna es notable. Hoy en día, los efectos de la minería son globales y devastadores, afectando suelos, agua y sistemas ecológicos enteros.

El estudio concluye que las minas del Valle de Timna no impactaron en el medio ambiente. Recreación de un yacimiento. Fuente: Midjourney / Eugenio Fdz.

¿Cómo se analizaron los residuos?

Uno de los aspectos más innovadores de este estudio fue el uso de mapas geoquímicos para analizar los residuos metálicos en Timna. El equipo recolectó centenares de muestras de suelo de los sitios 34 y 201, que representan diferentes períodos de explotación minera. Los análisis mostraron concentraciones significativas de cobre y plomo en los montículos de escoria, pero estas disminuían drásticamente a pocos metros de distancia.

En el sitio 34, los investigadores también identificaron altos niveles de fósforo, asociados con estiércol animal, cerca de los corrales. Esto indica que las actividades metalúrgicas estaban organizadas de manera que minimizaban su interacción con otras áreas del campamento. Un dato es que los hornos de fundición se ubicaban lejos de los espacios dedicados al alojamiento humano y al manejo de animales.

La precisión de estos mapas no solo permitió comprender mejor la distribución de la contaminación, sino también identificar áreas de actividad humana, como talleres y corrales, que de otro modo habrían pasado desapercibidas.

¿Qué significan estos resultados para el presente?

El caso de Timna ofrece una perspectiva valiosa sobre la relación entre las civilizaciones humanas y el medio ambiente. Aunque la minería y la metalurgia son intrínsecamente contaminantes, los datos de este estudio sugieren que, en la antigüedad, estas actividades se llevaban a cabo con un impacto ambiental mínimo.

En un momento en el que enfrentamos crisis ambientales globales, es importante reconocer que el contexto importa. A menudo, proyectamos nuestras preocupaciones contemporáneas sobre el pasado, pero este estudio demuestra que la escala y las tecnologías empleadas son factores cruciales para entender el impacto ambiental.

Para los investigadores actuales, estas conclusiones subrayan la importancia de abordar las crisis ambientales modernas con una comprensión más profunda de las lecciones que nos ofrece la historia.

Referencias

  • Omri Yagel, Aaron Greener, Willie Ondricek y Erez Ben-Yosef. “Pre-roman copper industry had no polluting impact on the global environment”. Scientific Reports. DOI: 10.1038/s41598-024-80939-5.

Cortesía de Muy Interesante



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