¿Referendo de autonomía fiscal se hundió por orden de Álvaro Uribe?

La derrota que significó para el gobernador de Antioquia, Andrés Julián Rendón, el hundimiento del proyecto del referendo por la autonomía fiscal de las regiones causó un nubarrón de dudas y rumores sobre posibles fisuras, tensiones y divisiones en el Centro Democrático (CD), incluso, con tintes de marcadas diferencias entre el mandatario departamental y el expresidente Álvaro Uribe, líder natural de la colectividad.

Aunque casi nadie habla con nombre propio del tema, varias fuentes contaron que este generó gran ruido dentro del partido por el actuar de las senadoras y precandidatas presidenciales María Fernanda Cabal y Paloma Valencia, quienes no dieron el sí al proyecto en la Comisión Primera, donde naufragó en el primero de cuatro debates. Tal como corroboró este medio, las dos congresistas se ausentaron antes de que se comenzara la votación para decidir si la iniciativa seguía su curso.

En cuanto el senador Carlos Fernando Motoa, coordinador ponente del proyecto, terminó de exponer la defensa del referendo por las regiones, se abrió el espacio para deliberar, pero nadie participó, ni partidarios ni detractores. “Anuncio que se va a cerrar”, dijo Alberto Benavides, vicepresidente de la Comisión, pero no hubo quién tomara la palabra. Acto seguido, el congresista anunció el inicio de la votación. Fue en ese instante que Cabal se paró y salió del recinto. Después, al ser llamadas, ni ella ni Valencia estaban en el salón para dar el voto.

Al final, la iniciativa logró siete votos favorables y ocho negativos. El alboroto en el CD vino después, cuando algunos empezaron a decir que los votos de Cabal y de Valencia pudieron salvar la iniciativa; y otros criticaron que, siendo del mismo partido le hubieran dado la espalda a Rendón, principal abanderado del referendo. El asunto tiene dos miradas. Desde el ámbito político es, en efecto, un desplante al gobernador y hay quienes dicen que la instrucción de que las senadoras no votaran a favor la dio el mismo Uribe, un dato que este medio no logró confirmar con una prueba fehaciente.

Desde el ámbito técnico hay que decir que solo los dos votos positivos de ellas no hubieran salvado la propuesta, porque necesitaba 11 para no hundirse, según explicó la secretaria de la Comisión Primera, Yury Sierra. Pero, en total hubo seis abstenciones o ausencias, entre las cuales figura un antioqueño: el conservador Germán Blanco, quien según el gobernador había dicho que iba a votar sí, al igual que el cordobés liberal Fabio Amín. Es decir que, al final, esos cuatro votos hubieran sostenido la iniciativa para el siguiente nivel de discusión.

De hecho, Cabal se defendió de las críticas por haberse salido justo cuando iba a comenzar la votación y reiteró que su voto no era decisivo, ya que con un sí suyo se hubiera generado un empate y se habría repetido la votación que, de haber quedado de nuevo ocho a ocho, habría causado el archivo del proyecto. Sobre la causa de su ausencia sostuvo que debía ir a ampliar la denuncia que interpuso contra el presidente Gustavo Petro por participación en política: “De no haber asistido, se habría archivado la denuncia”. Y, al final, dijo públicamente que apoya la iniciativa descentralizadora de Rendón.

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Valencia fue directa en decir que no apoya la idea de autonomía fiscal de las regiones, pese a que respeta al gobernador de Antioquia. Sustentó su postura en el déficit del país que equivale al 61% del presupuesto. “Si llegáramos a transferir, como lo pretende el referendo, el 46% de los recursos de toda la Nación, no habría con qué pagar la Fuerza Pública, la justicia, la Fiscalía, los funcionarios públicos, las pensiones que representan prácticamente el 30% del presupuesto de la Nación, ni el servicio a la deuda, ni tampoco todos los servicios que el Estado está prestando”, dijo, y recalcó que lo que paga el Estado sirve a todos los colombianos.

Más allá de tecnicismos, fue evidente el revuelo por el resultado de la primera pelea que tuvo en el Congreso este proyecto para el que recogieron más de 4 millones de firmas de apoyo ciudadano, de las cuales la Registraduría avaló más de 2 millones. Revuelo que tiene su foco en la línea que habría dado Uribe para no apoyarlo.

Incluso, fuentes de la Gobernación de Antioquia indicaron que ambas congresistas habían confirmado con anterioridad su voto positivo y que el giro que dieron a última hora causó sorpresa en Rendón y el comité promotor del referendo.

Asimismo, señalaron que Uribe conocía el proyecto a profundidad: “Habría que preguntarle a él su opinión sobre el mismo y si él fue quien dio la instrucción de no votarlo”. Rendón, por su parte, expresó que quienes se salieron pese a haber anunciado que apoyarían el referendo o que votaron no, “le hacen un favor” a Petro, opositor de la iniciativa.

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“¡Qué mezquindad el elegir el derroche centralista ante tantas necesidades en la región! ¿Acaso un ministerio sabe lo que acontece en las regiones, en los pueblos, los dolores y necesidades que tiene la gente, sus deseos de triunfar, sus oportunidades? Las necesidades del barrio Manrique de Medellín o del municipio de Jericó no las sabe y menos las siente una corbata en Bogotá”, dijo el gobernador.

Hay que recordar que el proyecto buscaba que los impuestos de renta y patrimonio se quedaran mayoritariamente en los departamentos donde se generan, con lo cual se duplicaría lo que hoy reciben vía Sistema General de Participaciones (SGP). En otras palabras, se quería reformar la Constitución para que empresas y personas naturales tributaran de forma directa a los departamentos en los que tienen su residencia, de modo que la llegada de esos recursos no dependa de forma exclusiva de las transferencias de la Nación. Asimismo, se proyectaba un régimen de subsidiaridad para departamentos con menos desarrollo empresarial.

Fuentes que pidieron reserva contaron que hace tiempo se nota la diferencia entre Rendón y Uribe, y algunos incluso dijeron que el primero no goza mucho de los afectos del segundo. En el partido hay dos visiones. Una de quienes creen que Uribe marca distancia con Rendón y que ni siquiera estaba contento de que él fuera el candidato del CD en las pasadas elecciones territoriales que finalmente ganó. Otros aseguran que, desde el comienzo, el expresidente no vio con buenos ojos la iniciativa del referendo.

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Este caso tiene un antecedente: la tasa de seguridad, una pelea que en su momento ganó el gobernador, pese a que se opusieron a la iniciativa de forma pública, tanto Uribe como el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez. Y aquí entran otras fuentes cercanas a la colectividad a opinar que es que Rendón es, en cierta medida, “muy terco” a la hora de ir en consonancia con el que es su jefe político. “El presidente (en referencia a Uribe) es muy respetuoso, pero pues también debe dar sus posiciones porque si no la gente después le echa la culpa a él”, dijo una persona allegada al partido.

Y aunque otra persona muy de la casa afirmó que ambos personajes son respetuosos en el trato que se dan, señaló que sí hay un ambiente difícil generado, no por el gobernador, sino por algunas personas cercanas a él que estarían cuestionando la figura del expresidente y su papel de jefe que los arropa a todos. “El gobernador es un hombre excesivamente prudente y decente, pero no está bien que gente cercana a él piense que a Uribe lo pueden jubilar. No hay dos jefaturas, el doctor Uribe tiene un legado por preservar y el gobernador está creando una continuidad de ese mismo legado, aquí no pueden reñir las cosas. Simplemente, nadie puede creer que está por encima de un hombre como Álvaro Uribe”, expresó la fuente.

Para la excongresista María del Rosario Guerra, integrante del comité promotor del referendo, el hundimiento de la propuesta es señal del temor que sienten muchos políticos en el país con el “cuento” de que de esa forma los gobernadores y alcaldes se “vuelven emperadores” y que llegarían a depender de ellos para la consecución de votos.

Guerra coincide con el gobernador en que, con el resultado en la Comisión Primera no perdieron del todo, que usarán los mecanismos legales que les quedan para lograr mantener a flote el proyecto y que vuelva a discutirse en el Congreso. “Yo soy un hombre perseverante”, dijo Rendón, y reiteró que no se trata de un “capricho pasajero”, sino de un “clamor de las regiones asfixiadas por la dictadura del centralismo”. Habrá que esperar para ver si el referendo saca la cabeza del agua.

Cortesía de El Colombiano



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