Reino Unido retrasa de nuevo su decisión sobre plan de China para la mayor embajada de Europa

Reino Unido retrasó este martes por tercera vez la decisión de aprobar el polémico plan chino de construir en Londres la mayor embajada de Europa, lo que llevó a China a advertir de que este nuevo revés podría minar la confianza entre ambas partes.

Los planes de China de construir una nueva embajada en el emplazamiento de un edificio de dos siglos de antigüedad cercano a la Torre de Londres llevan tres años estancados debido a la oposición de residentes locales, legisladores y defensores de la democracia de Hong Kong en Reino Unido.

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La preocupación de que la nueva embajada pueda utilizarse como base de espionaje ha llevado a algunos políticos británicos y estadounidenses a instar al Gobierno a bloquear los planes de Pekín. En una carta a la que tuvo acceso Reuters, el Departamento de Vivienda dijo que ahora, en lugar de hacerlo el 10 de diciembre, decidiría antes del 20 de enero si el proyecto podía seguir adelante, debido a los retrasos en las respuestas de los ministerios de Interior y Asuntos Exteriores.

Se retrasa la decisión por la evaluación de seguridad

Un portavoz del primer ministro, Keir Starmer, dijo que el retraso se debía a que esos ministerios habían aportado sus puntos de vista sobre las implicaciones “particulares” para la seguridad de la aprobación de la embajada y que no debía tomarse una decisión hasta que no se hubieran tenido en cuenta. La embajada de China en Londres lamentó otro retraso.

“Instamos encarecidamente a la parte británica a que apruebe rápidamente nuestra solicitud de planificación para evitar socavar aún más la confianza mutua y la cooperación entre ambas partes”, dijo un portavoz.

Luke de Pulford, director ejecutivo de la Alianza Interparlamentaria sobre China y viejo crítico de los planes para la embajada, dijo que el nuevo retraso era “enteramente obra del propio Gobierno”.

“En lugar de este aplazamiento interminable, que sólo conseguirá enfadar más a Pekín, el Gobierno debería decir no y acabar de una vez”, dijo a Reuters.

El momento de la decisión es políticamente delicado para el Gobierno de Starmer, después de que recientemente se acusara a sus representantes de restar importancia a la amenaza que China supone para la seguridad nacional británica al permitir el fracaso de un juicio contra dos británicos acusados de espiar para China.

Starmer advirtió el lunes de que China plantea “amenazas a la seguridad nacional” de Reino Unido, pero añadió que estrechar los lazos comerciales es de interés nacional.

El Gobierno chino compró el sitio para la nueva embajada, en Royal Mint Court, en 2018, pero sus solicitudes de permiso de planificación fueron rechazadas por el consejo local. El presidente chino, Xi Jinping, pidió a Starmer el año pasado que interviniera.

Los políticos de la oposición han pedido al Gobierno que bloquee los planes debido a la proximidad de cables estratégicos de fibra óptica que pasan por debajo del emplazamiento.

Cortesía de El Economista



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